Los animales de Guatemala ya son «seres sintientes»
El pasado 2 de marzo, Guatemala dio un paso adelante importante convirtiéndose en referente en América Central en cuanto a la protección de los animales.
Después de años de trabajo, se consiguió aunar las tres Iniciativas de Ley que se trabajaban de forma separado en el texto definitivo de la Ley de Protección Animal, convirtiendo al país en el más avanzado de la región y uno de lo más avanzados del mundo.
La ley, que se aplica en la totalidad del territorio guatemalteco, significa un avance muy importante para los animales del país puesto que, por primera vez, pasan a ser considerados “seres sintientes” y se les confiere, por lo tanto, una protección especial a la altura de esta nueva categoría, que recientemente también se ha implementado en las legislaciones de otros países como Francia, Colombia y Portugal y que reconoce en los animales la capacidad de sentir sufrimiento y dolor, pero también alegría o miedo, capacidades hasta hace muy poco reservadas exclusivamente para los humanos.
La categorización de los animales como seres sintientes obliga al legislador a brindarles un tipo de protección que había sido desconocido hasta esta nueva generación de leyes aprobadas ya en el s-XXI; un nivel de protección mucho más acorde al conocimiento científico actual que el de las leyes aprobadas hasta hace poco. Es por esto que esta nueva ley se fundamenta en el respeto hacia los animales y no la mera propiedad de éstos y su tenencia responsable, sea cual sea la finalidad del animal en cuestión (compañía, servicio, producción, investigación o espectáculos).
Así, a partir de la aprobación de esta nueva Ley de Protección Animal, en Guatemala se prohíben las peleas de perros, el uso de drogas y otras sustancias que alteren las capacidades físicas y comportamentales de los animales que participan en eventos deportivos, el uso de animales en investigación para productos cosméticos y sus ingredientes, la entrada al país de circos extranjeros que tengan animales y la adquisición de nuevos ejemplares para los circos nacionales, la mutilación de cola, orejas y tercera falange en los animales de compañía y la zoofilia, además de todos aquellos comportamientos ampliamente reconocidos como maltrato como el abuso y castigo físico, la tenencia en malas condiciones o el abandono.
Guatemala es el primer país de América Central en aprobar una ley de protección animal tan vanguardista, y siendo un país de poco más de 15 millones de habitantes, se coloca en el grupo de países delanteros en materia de protección animal.
Artículo de Núria Murlà, Asesora jurídica en Murlà & Contreras abogados
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