Los que ya no sirven
Los recogemos de las cunetas, heridos en el cuerpo, destrozada el alma por el abandono; los recogemos en la puerta, anónimos y mudos testigos abandonados; los rescatamos de las perreras…
Son los perros de caza, los que ya no sirven; no sirven para cazar porque son viejos y sus patas no son tan veloces, sus cuerpecillos destrozados por tantos “lances de caza”, su vista cansada, ya no valen. Cachorros que un día fueron alegres y juguetones, hoy son adultos asustados y tristes; madres que parieron camada tras camada, porque se buscaba el cruce perfecto, su mirada desconfiada, su cuerpo agotado, sus encías casi blancas por falta de buena alimentación, lo dicen todo.
Y estos son los afortunados, los que a pesar de los pesares, han encontrado cobijo en refugios y casas de animalistas que se dejan la piel, la vida y el dinero en sacarlos adelante. Sí, son los afortunados, porque tendrán una oportunidad de demostrar lo que son: perros nobles, cariñosos, leales, lo que no le dejaron ser. Serán adoptados o se quedarán de por vida en los refugios, siempre a salvo, siempre seguros.
Los otros, los que nadie pudo ayudar porque los ahorcaron o tiraron a pozos, porque los dejaron morir de las heridas o de las enfermedades, son los que nadie cuenta, lo que no son ni estadística, los sin nombre, los sin número, los invisibles de los invisibles, los que existieron sin existir, son también perros de caza.
SIEMPRE EN NUESTRO RECUERDO, SIEMPRE EN NUESTRA LUCHA
Carmen Manzano- PTA SPAPM