Un estudio de Vall d’Hebron demuestra que la terapia asistida con perros es eficaz en el tratamiento del síndrome alcohólico fetal
Se trata del primer estudio en el mundo que ha evaluado la eficacia de la terapia asistida con perros en el síndrome alcohólico fetal (SAF).
Un estudio realizado por profesionales del Servicio de Psiquiatría de Vall d’Hebron con la colaboración de CTAC (Centro de Terapias Asistidas con Canes) y la Fundación Probitas, demuestra que la terapia asistida con perros es eficaz en los pacientes que sufren síndrome alcohólico fetal (SAF).
El síndrome alcohólico fetal es una patología relacionada con el consumo de alcohol durante el embarazo. Como explica la Dra. Nuria Gómez, psiquiatra y responsable del Programa del Síndrome Alcohólico Fetal del Servicio de Psiquiatría de Vall d’Hebron, “la ingesta de alcohol durante el embarazo puede provocar daños en el desarrollo del sistema nervioso central. Estos daños causan que los pacientes presenten síntomas diversos, como por ejemplo problemas cognitivos, psicológicos, conductuales y sociales”.
Los pacientes tienen dificultades en el control emocional y la autoregulación conductual, dificultades para entender las normas sociales, déficits en las habilidades de la vida diaria, en las habilidades sociales y el aprendizaje. Sin un diagnóstico y abordaje adecuado pueden sufrir fracaso escolar, abuso de sustancias y problemas legales. La mayoría de los pacientes que acuden a consulta son niños y adolescentes. Pero esta patología también afecta a los adultos, puesto que no tiene cura, a pesar de que puede mejorar.
El año 2018, Vall d’Hebron, con la colaboración de CTAC y la Fundación Probitas, fue el primer centro del mundo que usó terapia asistida con perros para tratar el síndrome alcohólico fetal. En estas sesiones, los pacientes interactúan con perros en terapias dirigidas por una psicóloga y con la presencia de una técnica de CTAC. En cada terapia se marcan una serie de objetivos (como mejorar la tolerancia a la frustración) que se trabajan con diferentes ejercicios.
Como explica Laura Vidal, psicóloga del Programa del Síndrome Alcohólico Fetal, los pacientes con SAF tienen muchos problemas para comunicarse a través del lenguaje verbal. De este modo, “los perros son facilitadores de la terapia, puesto que, con otro tipo de lenguaje, movilizan recursos afectivos y comunicativos en los pacientes”. Los pacientes conectan emocionalmente con los perros gracias a la ayuda de la psicóloga y la técnica, y mediante el juego.
Mejoras en tres grandes aspectos de la patología
Como indica la Dra. Nuria Gómez, “ahora hemos realizado el primer estudio científico del mundo para evaluar la eficacia de la terapia asistida con perros en los menores de edad que sufren síndrome alcohólico fetal”.
En este estudio han participado 33 pacientes de entre 6 y 18 años, que se dividieron en dos grupos: pacientes que solo recibían terapia farmacológica y pacientes que recibían terapia asistida con perros y terapia farmacológica. Primero se hacían seis sesiones individuales y después seis sesiones grupales. Las principales conclusiones son que los niños con SAF que hacen terapia con perros mejoran más que el otro grupo en sus habilidades sociales, regulan mejora su conducta y presentan una mejora general de su trastorno.
En este sentido, como añade Laura Vidal, “hemos visto que, gracias a la terapia asistida con perros, los pacientes se comunican mejor con la familia y expresan mejor sus sentimientos, presentan menos conductas de riesgo, se autorregulan mejor, se frustran menos, controlan mejor su impulsividad y tienen menos rabietas”.
La implementación de la terapia asistida con perros en Vall d’Hebron es fruto de un acuerdo con la Fundación Probitas y la colaboración de CTAC. Vall d’Hebron hace un seguimiento multidisciplinario de estos pacientes, puesto que participan, en el tratamiento, el Servicio de Psiquiatría, y, en su diagnóstico, el mencionado servicio y el área de Genética y los Servicios de Neurología, Radiología y Neurofisiología. Los Servicios de Oftalmología y de Endocrinología también participan valorando posibles complicaciones. En Vall d’Hebron ya se han tratado más de 400 niños y adolescentes con esta patología en los últimos tres años.