«Los animales tienen una capacidad de amar que no tenemos los humanos»
El Santuario Gaia ha logrado rescatar a más de 1.500 animales en ocho años y se convertido en un fenómeno social sin precedentes. Son muchos los internautas que conocen la sabiduría del toro Samuel o las aventuras de la enamoradiza Fabiola, una preciosa oveja de La Rioja. El principal culpable de este fenómeno es Ismael López (Sevilla, 1979), que acaba de publicar el libro Animales como tú, (Duomo Ediciones) y que atiende a Animalados en una entrevista que pretende dar a conocer un poco mejor qué hay detrás de Santuario Gaia.
Por qué los animales rescatados en Gaia son de granja?
Porqué en la sociedad donde vivimos nos preocupamos mucho de perros y gatos que forman parte de nuestras familias y los animales de granja son los grandes olvidados. Hasta que hemos surgido los santuarios, cuando había un animal de granja que aparecía abandonado la solución que tomaban los ayuntamientos era matarlos.
Como mantenéis el proyecto económicamente?
Con socios, gente que apadrina algún animal, con donaciones puntuales, con la venta de merchandising de nuestra tienda online, con la venta del libro… y ya está. Porque no tenemos subvenciones ni ningún tipo de ayuda por parte de las administraciones…
No las tenéis porque no os las dan o es una decisión vuestra?
No! No nos las dan. No tenemos derecho a ninguna subvención…
Pero cómo puede ser eso?
Pues… eso es lo que yo no me explico.
Habéis tenido alguna subvención en el pasado?
No, no, nunca la hemos tenido. Hay protectoras que sí que suelen tener pero nosotros nos dedicamos a animales de granja y esto es algo nuevo en España y no hay ningún tipo de ayuda. Al contrario, nosotros nos estamos haciendo cargo de los casos de decomisos que hay cuando nos avisan las administraciones. A veces nos pueden llegar hasta cuarenta animales pero no nos dan ni euro. Encima que nos hacemos cargo de los decomisos, que es algo que deberían hacer las administraciones, no nos dan ningún tipo de ayudas.
O sea, que en cualquier momento os llama un ayuntamiento o la Generalitat o el Seprona de la Guardia Civil y os piden que os hagáis cargo de los animales que han decomisado gratis?
Sí. Nos dicen: “O os los quedáis o los vamos a matar”. Y ya está.
Con que administración deberías gestionarlo? Con la Generalitat, no?
Pues no lo sé. Nos han llegado promesas, siempre cuando hay elecciones, pero luego nunca hacen nada.
Vuestro esfuerzo es titánico, pero tras leer el libro, la sensación es que el mayor sacrificio que hacéis es emocional. No sé si estoy hablando con la persona que ha visto morir a más seres queridos… Cómo se gestiona esto?
Pues mira mi cuerpo ha desarrollado una enfermedad en el colón que no para de sangrar cada dos por tres. Así es como lo soporto. He enfermado. Esto no se puede soportar. Están las pérdidas… pero también todas las preocupaciones de gestionar un proyecto como el Santuario Gaia. Ahora por ejemplo llevo tres días sangrando sin parar… Pero qué voy a hacer? Es un proyecto que salva vidas y tienes que seguir hacia adelante. Es algo que hablo mucho con Coque: al final estamos sacrificando nuestras vidas para salvar otras.
De todos los animales que han pasado por el Santuario hay uno que es especial…
Samuel. Es Samuel…
Exacto, Samuel. Un toro. Dices en el libro que era tu mejor amigo. Nos puedes contar la historia?
Un día nos avisaron de que podíamos rescatar a un ternero de una granja lechera, porque los que nacen machos en las granjas lecheras son mandados directamente al matadero porque no pueden producir leche. Nos presentamos allí y tenía diarreas con sangre y estaba muy mal. Como tampoco lo podían mandar enfermo al matadero, normalmente lo que hacen es matarlos allí directamente. Tuvimos la oportunidad de llevárnoslo. Estaba tan enfermo que me tiré más de un mes durmiendo todos los días con él. Era pequeñito. Tenía cuatro días. Y allí se empezó a crear un vínculo. También dormíamos con Coque.
Me estás diciendo que en una cama dormías Samuel, tú y Coque?
Bueno… en la cama no. En la habitación, si… En el suelo. Así que se crió dentro de la casa, como otro perro o otro gatos de los que teníamos en la casa. Y esto nos hizo ver que no era diferente a los perros y los gatos… que las diferencias las ponemos los humanos. Y es más, Samuel, por ejemplo, que en aquel tiempo era un ternero y luego se convirtió en un toro, lo entendía todo. Los toros y las vacas son muy conscientes de todo. Tienen ese racionamiento que los humanos solo nos atribuimos a nosotros.
Samuel era consciente de todo el trabajo que nosotros hacíamos en el Santuario y él sabía que si estábamos preparando la furgoneta era porque íbamos a rescatar a otro animal y ya se le veía ilusionado. Y cuando volvíamos el nuevo rescatado siempre llegaba con miedo, temblando… y él mismo se adjudicó el trabajo de calmarlos. Ni siquiera hacía falta hablar. Cuando le decíamos ‘ahora vamos a ir a ver a fulanito’ él cogía y ya se iba a ver a ese animal porque hasta se sabía los nombres. A los humanos nos parece muy extraño porque no estamos acostumbrados a convivir con ellos, estamos acostumbrados a explotarlos. Como Samuel fue tratado desde primera hora como un igual, su comportamiento fue más natural, como son ellos.
Se nota mucho la diferencia entre animal que os llega pequeño, como Samuel, o el que os llega mayor y con una mochila de sufrimiento importante?
Si, esa es la diferencia. Si nos llegan de bebés se desarrollan de manera más normal, como son ellos. Pero si llegan de mayores llegan con esa mochila de maltrato… Muchos de ellos sí que superan ese miedo a los humanos. O más que superarlo, nos perdonan como especie. Consiguen perdonarnos y vuelven a confiar en nosotros. Pero hay otros que han sido tan maltratados que no lo consiguen. Yo mismo no hubiera sido capaz de superar un maltrato así… creo que los animales tienen una capacidad de amar que no tenemos los humanos.
Sirva también el ejemplo de los perros, que quizás son los animales que más conocemos, y que por mucho que un dueño le pueda maltratar, siempre estará a su lado y preparado para satisfacerle…
Ellos tienen una bondad que nosotros no tenemos.
Además de todas las vidas salvadas, habéis conseguido aumentar la sensibilidad de muchas personas hacia los animales e incluso convertir a muchos de ellas en vegetarianas. Esto era querido o surgió natural?
La misión del Santuario no era solamente la de salvar vidas porque al final es insignificante salvar a un ternero si al mismo momento están matando a miles y millones de terneros en los mataderos. Así que nosotros lo que queríamos era que ese animal sirviera como embajador de todos esos animales que no se salvan y contar su vida. Creo que ese ha sido el éxito del Santuario, por eso tenemos tantos seguidores. Antes no se sabía como era una oveja, como era una cabra, un toro… Las barbaridades que decimos de los cerdos, que si son muy guarros y sin embargo son todo lo contrario. Cuando hemos empezado a contar como son de verdad la gente se enganchaba porque se sorprendía y le daba que pensar.
Parece aumentar la sensibilidad hacia los animales. Los más jóvenes parecen crecer mucho más concienciados…
Yo creo que esto está pasando por las redes sociales. Antes no teníamos acceso a esta información, solo a lo que nos ponían en televisión y allí los anuncios pagados por las empresas que explotan a los animales te venden a la vaca que sonríe dando leche… por las redes sociales, que es donde están las nuevas generaciones, al final la información llega. Tienes que tener el corazón muy duro para verlo y seguir con este maltrato.
Habéis visto gente que llega al Santuario y hace esta evolución?
Si, si, nosotros aceptamos a los voluntarios si cumplen con las condiciones físicas y muchos ni siquiera son vegetarianos pero al poco de estar en el Santuario dicen que ya no pueden seguir comiendo animales, después de haberles mirado a los ojos, abrazado…
Tú mismo cuentas en el libro que hiciste una evolución parecida…
Yo he estado toda la vida comiendo animales y me ha encantado el jamón, el queso… hasta que un día, una taurina me dijo ‘tú mucho defender a los toros pero bien que te comes a las vacas’ y me hizo entrar en una crisis y fue por esta señora que hice el cambio. Por esto no puedo decir que nunca me creeré mejor que alguien que coma animales… yo también lo he hecho y me creía que amaba a los animales.
Teniendo en cuenta las constantes emociones que sentís en el Santuario, en el libro no se intuye ni una pizca de rencor ni tan siquiera contra los cazadores…
Es que yo no considero a los ganaderos, ni a los taurinos ni a los cazadores como mis enemigos. Yo no pienso que sean malas personas. Yo pienso que han recibido una educación diferente, que se han criado en municipios diferentes y que están acostumbrados a hacer eso desde pequeños. Si yo hubiera mamado lo mismo que ellos estaría haciendo exactamente lo mismo que ellos.
Crees que esta tendencia de mayor respeto animal es una moda o es un paso más en nuestra evolución como especie?
No es que haya llegado para quedarse, es que va a más. El siguiente paso evolutivo en el ser humano es el veganismo porque es un paso más hacia la empatía. Es aumentar nuestro círculo de compasión. Tenemos nuestro círculo de compasión hacia nuestros padres, nuestros hermanos… y el perro y el gato que forman parte de nuestra familia. Y el veganismo amplía ese círculo de compasión y permite incluir a esos animales que maltratamos y nos comemos.
El siguiente paso evolutivo en el ser humano es el veganismo
Por qué razón los lectores de Animalados deberían leer tu libro?
Si quieres conocer más a los animales este es el libro. Es un libro que trata de amor, que cuenta historias de amor y que le ayudan a uno en el día a día. Es un libro que te ayuda, te gusten o no los animales, porque trata de superación y eso a todos nos ayuda.
Al principio nos contabas tus problemas con el colón pero por como hablas, parece que el Santuario te da mucha vida, verdad?
Sí. Son mis niños. Ellos son los que me dan la fuerza.