“Nos hemos organizado para que nadie mate a ningún gato más en Ibiza»
En marzo saltaron todas las alarmas entre la comunidad animalista española porque desde el Ayuntamiento de Sant Josep de Sa Talaia se financiaron jaulas para que una asociación de cazadores capturase gatos ferales. Las informaciones confusas sobre el origen de esta acción y el posible apoyo de alguna entidad animalista a una subvención tan paradójica y un fundado temor sobre el destino final de los gatos, han obligado a organizarse a la sociedad civil ibicenca.
Animalados ha hablado con Nicoleta Stanut, portavoz de la Plataforma Felina Ética de Ibiza, una asociación que trabaja para defender a los gatos locales y reconducir la situación hacia una gestión eficaz y según los principios científicos que promulgan los especialistas en bienestar felino.
¿Tienen que temer por su vida los gatos en Ibiza?
Sí, hasta que todos los ayuntamientos no hagan y cumplan con una ordenanza en la que se implemente el método CER, es decir, la captura, esterilización y retorno, sin hacer excepciones con los tipos de suelo, sin restricciones según categorías catastrales como rural o urbano. Parece de pronto que los gatos deban ser una anécdota con un control exclusivo del entorno urbano, cuando los gatos hace miles de años que son compañeros fieles del medio rural, que es el mayoritario en esta maravillosa isla. Toda la vida ha habido gatos formando parte de la cotidianidad de los isleños, quizá por eso, no se ha reparado en ellos para hacer campañas oficiales de gestión.
Siempre se ha visto el tema de los gatos como un asunto particular. Ahora se ha planteado como problema y a la hora de abordarlo lo hacen desde una perspectiva errónea. Hay mucha gente que cuida de los gatos de manera informal, pero no damos abasto, necesitamos recursos para esterilizarlos y que no haya nuevas camadas. Para que la gente podamos cuidar de los gatos de los municipios, sean rurales o urbanos, debemos saber que están protegidos por leyes locales que entienden que sólo la captura, esterilización y retorno inmediato es el método eficaz. Además, es lo aceptable humanamente.
¿La situación es homogénea en toda la isla?
No, hay municipios que tienen control de la población felina y otros no. Hace años que en Ibiza Ciudad se expidieron unos carnets y se hace una gestión de las colonias evitando la sobrepoblación. En 2017 se celebraron las Primeras Jornadas de Bienestar Animal en Sant Antoni. En la isla hay personas que tienen conocimientos y referencias sobre lo que es la gestión ética de las poblaciones felinas.
¿Qué es la Plataforma Felina Ética de Ibiza?
Es un colectivo que nace de la gran preocupación y problemática que existe en la isla de Ibiza con los gatos, por la falta de control de la sobrepoblación. Nosotros no negamos que haya que actuar, pero sabemos e insistimos en que el único método ético es la implantación del CER (captura, esterilización y retorno) en todos los municipios de la isla.
Queremos contribuir a que no haya más gatos, que los que hay no pasen hambre, tengan una calidad de vida digna y gozar entre todos de un medio ambiente equilibrado libre de amenazas. Es un momento complicado por la pandemia y no podemos hacer reuniones grandes o deben ser telemáticas, pero estamos contentos de la adhesión casi unánime a nuestra preocupación y a las propuestas que vamos esbozando.
¿Qué tipo de personas conforman la Plataforma Felina Ética de Ibiza?
La plataforma está abierta a todos los ciudadanos sensibles con el bienestar de los animales, desde cuidadoras, animalistas, agricultores, colectivos y profesionales varios. Los ibicencos de toda la vida suelen conservar una relación muy entrañable con los animales.
Un encanto de las Baleares es su relación con la naturaleza. Muchos residentes nacieron en el extranjero y están familiarizados con las prácticas de protección animal, así que no podemos dibujar un perfil único. Lo que sí es importante es aunar esfuerzos y establecer puentes de diálogo. El núcleo de la plataforma lo gestionamos media docena de personas, todos con un compromiso firme con los animales. Yo soy gatera de toda la vida, pero quiero poner en valor el trabajo de Yaiza, Rocío y Pepe, entre otros.
¿Es cierto que biólogos y ecologistas apoyan la gestión ética como estrategia de conservación de la biodiversidad?
Es pronto para dar respuestas categóricas, pero está claro que coincidimos claramente en la necesidad de controlar la población de gatos que está disparada porque no se ha actuado metódicamente ni se han puesto los recursos adecuados.
Los gatos nacidos en libertad con un grado de baja socialización no pueden ser trasladados ni confinados ni dados en adopción, lo que tienen que estar es esterilizados y alimentados con pienso de alto contenido proteico. Cuando la población está estabilizada y decreciendo según el ritmo natural por falta de cachorros, los gatos dejan de ser un problema y se hace evidente por qué los necesitamos a nuestro lado sobre todo en el medio rural.
Uno de los proyectos de la Plataforma Felina Ética de Ibiza es convocar charlas y mesas de diálogo para compartir informaciones contrastadas y derribar falsos mitos sobre el impacto real de los gatos y cómo su concentración o no es lo que marca la diferencia.
¿Cuál es el panorama legal en Baleares?
No hay una ley autonómica que defienda y reconozca al gato feral. La ley vigente el próximo año cumplirá las tres décadas y ya en su momento fue poco ambiciosa. La reforma de 2017 propiciada por las restricciones a la tauromaquia no ha significado un avance significativo para la defensa de otras especies. Llama la atención cómo se plantea la protección en términos de propiedad. Por ello quedan fuera los gatos de la calle, que en realidad sí nacieron en ella y no se han socializado de pequeños para vivir dentro de una casa. Son gatos de todos y son seres sintientes como en breve reconocerá el Código Civil español.
La vieja ley empieza diciendo que en la conciencia ciudadana urge acabar con las torturas, con los daños o sufrimientos que les infligimos, o con los malos tratos de que en ocasiones son objeto muchos de los animales que conviven con nosotros, pero no se traduce aún en la imposición de la gestión ética de las colonias.
¿Qué os ha motivado para coordinaros ahora?
La falta de sensibilidad hacia el gato feral por parte de las administraciones, que ha motivado a que algunos ayuntamientos pacten con colectivos manifiestamente ajenos al bienestar animal y su empeño en considerarlos especie invasora. Hay una confusión deliberada o no sobre qué necesitan los territorios, la fauna, los habitantes y los gatos para convivir de manera armónica. Algunos han sabido canalizar sus intereses y han encontrado apoyos insospechados, pero la sociedad civil local y muchas asociaciones estamos aquí para escuchar y hacernos oír porque los gatos sin dueño importan.
¿Cómo se os puede apoyar?
Estamos muy ilusionadas y también desbordadas, así que se nos puede contactar por redes sociales y trataremos de contestar cualquiera de las personas que lideramos la plataforma tan rápido como podamos.
Estamos en plena época de nacimiento de nuevas camadas y además estamos empapándonos de normativas para la redacción de propuestas legislativas, enmiendas a borradores y difusión del proyecto. Queremos dialogar con las administraciones y necesitamos conseguir recursos y visibilidad para contactar y apoyar a los cientos de personas que en Ibiza no soportan la idea de que los gatos que conocen o a los que cuidan puedan acabar en una trampa mortal. ¡Ah! Y no solo los gatos, porque las jaulas no son selectivas y según su uso pueden hacer mucho daño.