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«Queremos una Málaga ecologista, animalista y respetuosa con el medio ambiente”

El descontento con los espacios caninos no es un hecho exclusivo de la ciudad de Barcelona. En otras ciudades del territorio español, como es el caso de Málaga, tampoco existen espacios suficientes para el bienestar de los perros. Tal y como sucede en la ciudad condal, donde encontramos una plataforma que lucha por la convivencia entre personas y canes en los espacios públicos (Espai Gos), la ciudad malagueña ha encontrado en la Asociación Mi Mejor Amigo una herramienta muy útil en la lucha por los derechos de las personas con perro.

Hoy en Animalados hablamos con Pedro Gil Manzaneda, la persona encargada de dar vida a la Asociación Mi Mejor Amigo, para conocer de primera mano la función y el trabajo que desarrolla esta joven plataforma que ya ha conseguido sus primeros éxitos en cuanto a la mejora de los espacios caninos de Málaga.

Pedro Gil nos explica primero de todo cuándo y cómo se originó la idea de crear una asociación: “La idea nace las navidades pasadas cuando mi perro y yo decidimos denunciar al Ayuntamiento de Málaga por el abandono que sufría el parque de María Luisa, un espacio frecuentado por los animales”. “El lugar no tenía ningún tipo de limpieza, habían ratas, los perros pequeños podían escaparse entre las rejas… y para colmo, un agente secreto nos quería multar por tener a nuestro perrete suelto en un lugar llamado pipicán que lleva más de veinticuatro años abandonado”.

Las ínfimas condiciones del área de recreo para perros de este parque llevó a Pedro Gil a organizar una asociación que luchara contra esta situación: “Ante el malestar que sentía por las condiciones del pipicán del parque de María Luisa me dirigí a los vecinos con la intención de construir una asociación que defendiera los derechos de las personas con animales, a tener espacios dignos”. “Recogimos más de 2.500 firmas, firmas que entregamos a los tenientes alcaldes del gobierno de Málaga, a los medios locales… con los que conseguimos apoyo. Con los vecinos y la gente que quiso contribuir con la causa fundamos la Asociación Mi Mejor Amigo, un grupo de gente que creamos unos estatutos y unas normas sin que nos importara la condición política, sexual, ni religiosa de los componentes”.

Pedro Gil nos comenta cuáles son los objetivos de la Asociación Mi Mejor Amigo: “Nuestro primer objetivo es conseguir que el parque de María Luisa cuente con un parque canino digno a corto plazo. Nuestro principal objetivo es conseguir espacios caninos en los distintos distritos de la ciudad de Málaga. A la vez, queremos una Málaga ecologista, animalista y respetuosa con el medio ambiente”. El creador de la asociación nos confiesa que ya han conseguido algunas metas en el poco tiempo que llevan trabajando: “Ya nos escuchan en los plenos del Ayuntamiento y en las juntas de los distintos distritos de la ciudad. En cuanto al parque de María Luisa hemos conseguido una zona provisional y la promesa de un futuro espacio canino con agua, luz y condiciones de limpieza”.

Hablamos también con Pedro Gil sobre la situación general de los animales de compañía en Málaga, y nuestro entrevistado no asegura que: “El principal problema está en el abandono y la sobreabundancia de animales en las protectoras, donde solo hay entradas y muy pocas salidas. Las políticas de acogida no funcionan, es muy difícil que una persona pueda acoger a un animal de compañía con el coste que conlleva las vacunas, ADN, chip, comida… además los animales no disponen de espacios públicos en los que jugar y correr en libertad”.

Pedro Gil nos habla también sobre aquellos aspectos que debería de cambiar la ciudad de Málaga para garantizar el mejor bienestar posible de los animales: “Serían necesarias unas buenas políticas de acogida. Disponer de la información necesaria para asegurarse de que una mascota no va a perjudicar tu salud, ni va a ser peligrosa… todo se basa en la educación y en la formación sobre el comportamiento de los animales de compañía”.

Para acabar, Pedro Gil nos comparte su opinión sobre la situación general en España en cuanto al trato y al bienestar de los animales de compañía: “Existe una mayor conciencia social en España en los últimos años en el trato de los animales, pero estamos muy lejos de países como EEUU, Inglaterra, Noruega, Suecia o Holanda. Hace veinte años nadie me diría que las corridas de toros se fuera a prohibir”. “Hay dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos, los cuales estamos destruyendo la primera de estas dos fuentes”. Con estas palabras acaba la entrevista a Pedro Gil, la persona escogida por mayoría como presidente de la Asociación Mi Mejor Amigo, con sólo un voto en contra: el suyo propio.

 

Los vecinos de Málaga consiguen un espacio digno para los perros en el parque de María Luisa

Las protestas y el esfuerzo de los vecinos de Málaga, liderados por la asociación ‘Mi mejor amigo’, han dado sus frutos. El Ayuntamiento ha habilitado un área de recreo para perros en el parque de María Luisa satisfaciendo así las necesidades de animales y usuarios que reclamaban desde hacía ya semanas un “recinto canino digno”.

Tal y como sucede en otras ciudades como Barcelona, el Ayuntamiento de Málaga se comprometió a construir un espacio para perros en este parque, pero la realidad es que con el paso de los meses no se han tenido noticias sobre esta nueva área. Ahora, tras el movimiento de los usuarios, se ha conseguido una medida provisional que permite que los canes puedan gozar de un sitio en el que estar sueltos sin ningún problema.

La decisión del Consistorio malagueño se ha producido gracias al movimiento convocado y organizado por la asociación ‘Mi Mejor Amigo’, encabezada por Pedro Gil. El grupo animalista y los vecinos denunciaron las nefastas condiciones del pipicán del parque de María Luisa. «El pipicán del parque es un espacio abandonado, con terreno en malas condiciones, inseguro y peligroso para el bienestar de los animales».

Según explican desde ‘Mi Mejor Amigo’, las malas condiciones que presentaba el terreno canino del parque de María Luisa se extiende por otras zonas de Málaga donde «todas las construcciones están destinadas al turismo y ya no se tiene en cuenta a los ciudadanos con perro de la ciudad».

Los vecinos de Málaga han logrado que, por el momento, el parque cuente con dos espacios acotados para los perros. Uno para los canes de tamaño más grande, y otro para aquellos de tamaño más pequeño. Actualmente estas dos áreas no se encuentran equipadas, pero el primer paso ya está dado hacía unos espacios dignos para los animales.

A lo largo del viernes de la semana pasada, los representantes de ‘Mi mejor amigo’ y distintos vecinos independientes inauguraron los nuevos espacios provisionales y gozaron de una jornada de alegría y optimismo por el devenir del área canina del parque de María Luisa. A la vez, los asistentes agradecieron el apoyo mostrado por parte de los distintos grupos políticos y la respuesta definitiva del Ayuntamiento de Málaga.

Córdoba implementará el método CES-R, un control ético de colonias de gatos

El método reduce el número de gatos en una colonia, a la vez que les aprovisiona de todos los cuidados necesarios

Córdoba es, desde este mes de mayo, una de las principales impulsoras del método CES-R, un sistema basado en la captura, esterilización y retorno de gatos a su lugar de origen. El sistema, que se viene reivindicando por entidades animalistas desde hace años, se iniciará primero como una prueba piloto y posteriormente se implementará de manera general si todo sale como está previsto. Desde la federación de protectoras de animales de Córdoba (FAPAC), una de las entidades que ha apoyado esta medida, han manifestado “una inmensa alegría” por la implantación de este método en varias colinas piloto de Córdoba.

El sistema CES-R se basa en identificar una colonia de gatos para posteriormente capturar-los y esterilizarlos. Una vez esterilizados, además, se les desparasita y se les trata veterinariamente en caso de ser necesario, para posteriormente devolverlos a las colonias. Así se logra un doble objetivo: por un lado, asegurar una vida digna y de mayor calidad a los gatos que viven en la calle. Por el otro, se reduce el número de gatos en las colonias. Además, dado que los gatos están controlados, se abre la puerta a posibles adopciones.

El CES-R se aplica formalmente por Sadeco, una empresa municipal que depende del Ayuntamiento de Córdoba. También se encarga de la ejecución la asociación Arca de Noé. Ahora bien, fuentes cercanas a cómo se ha gestado el proceso afirman que esto no se podría haber llevado a cabo sin el esfuerzo de otras muchas asociaciones animalistas como FAPAC, o el congreso de Jornadas Felinas Andaluzas, que aglutinó diferentes asociaciones animalistas especializadas en felinos. Así lo asegura Emma Infante, quien ha seguido y apoyado el CES-R por ser un método “científico, económico y ético”

No obstante, Emma Infante también reconoce que se podría haber llegado más lejos. “Ciertamente, ha habido una limitación en el enfoque del proyecto”, lamenta. La analista en materia animalista asegura que “ha habido timidez institucional” y que “es una necesidad aplastante implementar el CES e incluso ampliarlo”.

Cuanto a la posibilidad de que el método se expanda, no está claro que la medida llegue a otros lugares. Después que Málaga ya apoyara la iniciativa, falta ver la reacción de otras administraciones. “Hacen falta voluntarios, pero también implicación administrativa”, explica Infante. En esta línea, se han hecho algunas de las críticas hacia el hecho de que el CES-R sea sólo un proyecto piloto. Aun así, tanto Infante como la FAPAC, partícipes del proyecto, están de acuerdo en que es un paso adelante. “Sentimos una gran alegría con esta decisión”, han dicho desde la organización animalista.

Los malagueños, obligados a registrar el ADN de sus perros

La medida tiene el objetivo de identificar a los responsables de excrementos en la vía pública

Unas 570.000 personas viven en Málaga ciudad. El incivismo de algunos vecinos que no recogían los excrementos de los perros ha obligado a las autoridades locales a tomar medidas. La más excepcional es la que obliga a los propietarios a identificar el ADN de sus perros. A partir del 1 de Enero, esta es una obligación para todos los residentes malagueños que, de no cumplirla, podrían ser multados.

Las multas se aplican bien por no tener el ADN del animal registrado o también por ser responsable de uno de los excrementos encontrados en la vía pública. La identificación se podrá hacer de manera ágil, bastará con extraer una muestra de los restos encontrados en la calle. Posteriormente, la identificación del propietario será inmediata.

La cuantía de las multas será bastante elevada. Supondrán un mínimo de 217 euros, tratándose de la primera vez. Reincidir aumenta considerablemente el coste de la multa, así como dejar deposiciones en parques públicos o lugares de interés cultural. El objetivo final es tener las calles limpias, evitar malos olores y la insatisfacción de los vecinos con las incidencias producidas por no recoger las deposiciones.

El modelo parece una buena manera de evitar el incivismo, por lo que podría ampliarse a otras ciudades si resulta efectivo. Un posible impedimento para la generalización del modelo son los 35 euros que cuesta la extracción de la muestra de ADN. Este gasto caería en manos de todos los propietarios, también aquellos que cumplen sus obligaciones habitualmente. Por otra parte, se trata de un único pago, lo que lo hace más asequible para todos. Hasta el momento, habría registrados ya más de 12.500 perros, según informa diariosur de Málaga.

El incivismo de personas que no recogen las ‘cacas’ es un problema para la convivencia. Por ello, desde Animalados, ofrecemos una serie de pautas que pueden mejorar el civismo en la ciudad.

Matar animales no debe resultar impune

 

A pesar de la creciente sensibilidad social al respecto, matar animales en este país continúa resultando prácticamente impune. Vivimos en un tiempo en el que basta con leer las noticias de sucesos para armarse de razones con las que defender una nueva reforma del Código Penal en lo referente al maltrato animal. Crímenes atroces como el del caso Sorky nos demuestran que las penas recogidas en el artículo 337 son ridículas, incapaces del menor efecto disuasorio para los maltratadores.

Si el individuo que mató a palos a su caballo por perder una carrera entró en la cárcel, no fue por la condena de ocho meses, sino gracias al trabajo del abogado de la acusación popular y a la inhabitual decisión de la jueza del juzgado de lo penal nº 8 de Palma de Mallorca, que rechazó la suspensión de la pena a pesar de no superar los dos años de prisión y carecer de antecedentes penales. Y aunque hubiera matado a miles de animales la pena no superaría los doce meses, como ocurrió en el caso del Parque Animal de Torremolinos. Si estos días ha entrado en prisión la presidenta del mencionado centro, no fue por el delito de maltrato animal (un año de cárcel), sino por el de falsedad de documento público (dos años y nueve meses), con el que superó la barrera de los dos años que obliga a cumplir condena de privación de libertad. Es decir, falsificar una firma es más grave para el Código Penal que matar animales. ¡Qué barbaridad!

No sé si endurecer las penas en general contribuye o no a la disuasión del delincuente y a su rehabilitación, pero tengo la absoluta convicción de que la sociedad no se va a tomar en serio el delito de maltrato animal mientras las penas sean tan reducidas, tan desproporcionadas a la baja. Un tipo penal nuevo necesita tiempo para consolidarse, repiten los especialistas. Pero la experiencia nos dice que el delito ambiental solo fue tomado en serio cuando el primer empresario contaminador entró en prisión. La triste realidad es que las sanciones económicas y las condenas de pocos meses que se suspenden casi automáticamente por costumbre no producen ningún efecto en nuestra sociedad. Ninguno. No sirve de nada decir que la violencia contra los animales ha pasado de ser falta a delito, si la gente no percibe ninguna amenaza de castigo proporcionado al delito cometido. Hoy resulta muy barato matar animales.

Durante la tramitación de la reforma de 2015, desde la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA) promovimos enmiendas para que, en los casos más graves, en los que confluyeran varios agravantes, el juez pudiera condenar a penas superiores a dos años, como un subtipo agravado de «prisión efectiva». Lamentablemente entonces no pudimos convencer a los grupos mayoritarios. Sin embargo, parece que las cosas están cambiando últimamente.

Desde el Colegio de Abogados de Málaga, con el impulso de su sección de derecho y bienestar animal, se ha promovido una reforma del Código Penal para incrementar la pena a un mínimo de tres años de prisión «para aquellos supuestos en los que el maltrato a los animales se ejecute de forma continuada en el tiempo, sobre un número elevado de animales ocasionando su muerte; así como aquellos supuestos en los que el delito se cometa por quien tiene la obligación legal o contractual de velar por el cuidado y el bienestar de los animales». La propuesta se había elaborado con la intención de que una atrocidad como la del Parque Animal no volviera a repetirse. De hecho, en la sentencia el propio juez se sumaba a una petición del fiscal reclamando un nuevo subtipo agravado para los casos más graves en el Código Penal. Recordemos que la presidenta de Parque Animal ha sido condenada como responsable de la muerte indiscriminada y masiva de más de 2.100 perros y gatos que tenía alojados entre 2008 y 2010, a los que suministró productos eutanásicos de forma incorrecta, y en menor dosis para ahorrar costes, lo que les provocó una lenta y dolorosa agonía, además de haber falsificado las firmas de los veterinarios para justificar los sacrificios.

A pesar de que desde el Ministerio de Justicia no parecían muy proclives a reabrir el debate sobre un Código Penal recién reformado, lo cierto es que fue el Grupo Popular el que el pasado mes de octubre presentó en el Congreso una proposición no de ley que se hacía eco de la propuesta surgida en Málaga. Por otra parte, la APDDA centró la IV Jornada parlamentaria de protección animal celebrada en septiembre en el análisis del delito de maltrato animal recogido en el Código Penal, en colaboración con la
nueva asociación INTERcids-Operadores Jurídicos por los Animales. En las conclusiones valoramos positivamente la reforma de 2015, en la que se atendieron parcialmente las propuestas de nuestra asociación: se amplió el concepto de animal doméstico protegido por la ley, se tipificó la explotación sexual de animales, se consideró delito el abandono de animales en lugar de falta, se extendió la pena adicional de inhabilitación de tenencia de animales más allá de los profesionales, se agravó la pena en cuatro circunstancias agravantes y en caso de muerte del animal… Pero también consideramos que es preciso abordar ya en esta misma legislatura una nueva reforma que corrija algunas cuestiones pendientes. Entre ellas, destaca por supuesto la inclusión de un subtipo agravado que garantice la entrada en prisión del maltratador, pero también hay otras que no deben olvidarse.

Ha llegado el momento de proteger también al animal en estado silvestre. Resulta inconcebible que sea
delito matar a un animal que viva en una casa, pero que no lo sea si vive libre en el campo. El reciente escándalo por el video que muestra a unos individuos despeñando a un jabalí en los Picos de Europa ha servido para poner en evidencia esta laguna legal.

También se echa de menos que se tenga en cuenta expresamente la incautación provisional de los animales implicados o de todos los que pudieran estar en riesgo, con garantías para su bienestar e integridad. El reciente auto de la jueza del juzgado de instrucción nº 1 de Lugo que dictó orden de alejamiento de dos individuos con respecto a la perra a la que tiraron presuntamente por la ventana ha abierto el debate sobre la protección de los animales maltratados durante el proceso judicial.

Entre las conclusiones de nuestra IV Jornada, se enumeran una veintena de medidas concretas sobre las que los miembros de APDDA vamos a trabajar en los próximos meses: desde la imprescindible aclaración o supresión de términos como «maltrato injustificado» o «maltrato cruel» hasta dar la mejor respuesta al vínculo existente entre la violencia contra los animales y las violencias interpersonales, pasando por resolver la insuficiencia e inadecuación de instalaciones para albergar animales decomisados de diversas especies.

Hace dos años dimos un paso importante en el Código Penal en esta materia, pero la sociedad del siglo XXI nos demanda una nueva reforma que mejore sustancialmente la persecución penal del maltrato y el abandono de animales. Así lo demuestran los centenares de miles de personas que firman peticiones como esta de change.org. Emprendamos pues una nueva reforma acorde a la nueva concepción jurídica de los animales como seres vivos dotados de sensibilidad que se va a incorporar en breve al Código Civil y que debe abrir una etapa en la que los animales, también en el ámbito penal, sean sujetos de derechos bajo la protección de las leyes.

Chesús Yuste. Coordinador de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA)