Iberia pierde un gato que lleva once días desaparecido en la T2 del Prat
Andrea Barragán hace once días que está viviendo una pesadilla. Es el tiempo que su gato lleva perdido en el aeropuerto de Barcelona. Itchy llegó a Barcelona procedente de Manchester en un vuelo que aterrizó hace dos sábados a las doce del mediodía en el Prat. Allí le esperaba ella para empezar una nueva vida en la capital catalana después de cuatro años en el norte de Inglaterra donde lo adoptó con apenas dos semanas de vida. Mientras Andrea aguardaba la llegada de su gato, el transportín donde viajaba el animal cayo de la cinta y se rompió. Operarios de Swissport, la compañía que se encarga de las maletas, lo pusieron en un carrito pero con las vibraciones el transportín se acabó de romper y el gato huyó asustado. “Hasta las dos del mediodía no me comunicaron que no lo tenían, entonces me dijeron que personal de Iberia se pondría en contacto conmigo, pero no lo hicieron hasta las seis de la tarde, nadie se hacía responsable de la pérdida” lamenta Andrea, que no esconde su tristeza y enfado por la situación que está atravesando. “Swissport e Iberia se echaban las culpas y nadie se movía” remarca su tía, Montse Barragán. Agnès Dufau, presidenta de la Plataforma Gatera, se muestra aún más dura: “Durante tres días se han reído en su cara, como les puedes dar a una persona el transportín vacío o decirle que debe estar en Manchester”.
La indignación por la desaparición de Itchy motivó que esta asociación moviera hilos denunciando los hechos vía twitter y que se creara una página en Change.org para que AENA se responsabilizara y facilitara la búsqueda de Itchy que suma ya casi 8.500 firmas de las 10.000 establecidas. Y es que después de determinar que el gato no se había escapado en el interior sino en las pistas de aterrizaje, le comunicaron que en esta zona no podía buscarlo y que solamente podia esperar que alguien lo encontrara. “La difusión del caso por las redes sociales ha permitido que AENA e Iberia reaccionaran y el miércoles por fín dejaron entrar a Andrea de tres a ocho de la noche” señala Dufau. La búsqueda fue infructuosa esa tarde, pero al día siguiente de madrugada un operario vio varias veces a Itchy, a quién reconoció por su collar verde, en la zona corporativa de la T2. Fue entonces cuando Andrea pidió que le dejaran ir de noche. “Con el ruido que hay en las pistas durante el día es mejor buscarlo de noche” anota su tía, que denuncia “las pegas que le han puesto hasta ahora”. “Me dejaron pasar dos días de siete a diez y este lunes ya he podido estar de nueve hasta las tres de la madrugada, algo que llevo pidiendo desde que desapareció, con una persona de seguridad y una voluntaria que trabaja en esa terminal” explica Andrea, que los fines de semana ha tenido que renunciar a su búsqueda porque cierran la oficina central y no puede solicitar la acreditación. Su insistencia tiene una razón de ser: “Sé que no lo están buscando, Iberia ya me ha dicho que no ha destinado ninguna persona para su captura”.
La Plataforma Gatera pide más tiempo por la noche y jaulas trampa y monitorizadas porque Itchy no es el único gato que vive en el aeropuerto. “Hay dos colonias de gatos y donde se encuentra Itchy hay unos quince, hecho que demuestra que hay gente que los alimenta, que está pendiente de ellos” subraya Dufau. La presidenta de la entidad considera que “el fallo es suyo e Iberia està haciendo lo mínimo, no ha activado ningún mecanismo para hallarlo once días después”. Andrea està convencida que si dispone de más tiempo se reecontrará con él: “Tengo esperanza, en casa cuando lo llamo viene, aquí quizás está asustado y no viene, pero siempre maúlla cuando lo llamo”.
Artículo de Xavi Tedó