ARTivistas
«En un mundo más antiguo y más completo que el nuestro se movían acabados y enteros, dotados con sentidos que nosotros jamás hemos perdido ni logrado, y viven escuchando voces que nosotros nunca oiremos. No son paganos ni subhumanos; son otras naciones, y conviven atrapados en el mismo tiempo y espacio con nosotros, prisioneros del esplendor y de la labor de la tierra.» Henry Beston, The Outermost House, 1929
Si una vez el arte, pintado en las más oscuras cavernas de nuestros antepasados, imploró a los dioses su benevolencia y sus regalos para los humanos, hoy, en la exposición «El Venadito», el arte interpela a los propios humanos, convertidos en falsos dioses, para implorar su benevolencia hacia las otras criaturas.
Esa es la intención de los más de 40 artistas que exponen en la muestra bajo el comisariado de Montserrat Pérez, artista y activista y fundadora del espacio siNesteSia.
Como en la edición anterior, la muestra pretende visualizar la importancia de la labor de las entidades de protección de la naturaleza, en este caso Depana. Con la exposición no solo se pretende remover las conciencias, sino también procurar que tanto los artistas como las entidades animalistas puedan recibir una ayuda económica para proseguir con su labor. El 80% del precio de las obras se destina al autor y el 20% a Depana, aunque hay casos en los que el mismo autor cede el 100% de lo recaudado a la entidad, como es el caso del artista invitado Guido Daniele y sus «Handnimals».
Tristemente parece que «su salvación está en nuestras manos» comenta Montse Pérez ante la obra de Guido. Está en nuestras manos, porque en ellas ha estado y está también su destrucción. «No quiero que el público salga derrotado, sino creyendo que puede aportar algo, que puede ayudar», prosigue Montserrat. Por ello, «El Venadito» no muestra imágenes crudas ni explícitas, sino que busca mediante la creación y el ingenio, hacernos ver lo que no queremos ver. Dotar de color y textura lo invisible o lo perversamente oculto.
Beren Arredondo, con su impresionante colección de fotomontajes, nos habla de esta invisibilidad «tratando de jugar con el paisaje y la huella de la desaparición de estos animales y su entorno». Su propuesta es una reflexión artística magnífica. No sólo nos habla de los animales en concreto, sino que alude a su hogar, su hábitat. Los ojos de esta águila nos miran, nos interpelan, nos preguntan decepcionados «¿no me ves?». El ser humano, por eso, no entiende demasiado bien que es «ver». De ahí su nefasta afición a coleccionar animales en jaulas, zoos, acuarios. Quieren verlos al instante, frente a ellos, rápido. Ver animales sumisos, cautivos, en un recinto con un cartel que diga su nombre. Animales cautivos, por su belleza y nuestra ambición. Cautivos de nuestro egoísmo y ceguera. No verás al águila si no ves su montaña, su bosque, su libertad.
«Hemos creado una guerra contra la naturaleza» nos explica en su cartela Bianca Yespica y dibuja magistralmente un ciervo con máscara de gas. Los intoxicamos, los perseguimos, los acorralamos. Convirtiendo al amigo en enemigo, en una guerra donde solo gana la muerte, la tristeza, la soledad, el miedo. Charles Darwin se sorprendía al llegar a los Galápagos y observar que aquellos animales no nos temían. «No temen al hombre» se maravillaba. Terrible afirmación, que coloca al humano en el bando de los monstruos, de lo temible, de lo oscuro. En el bando del enemigo.
Este enemigo que me consume, metafórica y literalmente. Que me hacina y me usa. Que ni siquiera quiere conocerme. Que me numera y me contabiliza. Que me convierte en cosa, en producto, en código de barras. Si este enemigo lee la diminuta pieza de María Isabel Uribe, que condensa y comprime toda la anulación a la que sometemos a nuestros compañeros de planeta, espero que reaccione y actúe.
Si el arte tiene hoy una misión, una razón de ser, es la de interpelarnos, revolvernos por dentro, hacernos reaccionar. Mira a través de Él, que sea cristal y espejo. Mira a través y VE al otro. Refléjate y mírate a ti mismo. Entonces, espero, verás al águila en su montaña y sabrás quién es y sabrás y sentirás que debe seguir siendo.
Podréis visitar «El Venadito» y participar de sus actividades paralelas hasta el 20 de mayo en el centro cultural La Farinera del Clot. ¡Os reto también a encontrar la obra solidaria que he realizado para la muestra!
Nota: Obra de la portada: Autora: Esperança Deltell
Artículo de Silvia Esteve