“Cualquier persona puede ayudar y hacer un voluntariado en una protectora de animales”
“Es sábado por la mañana, cojo la bicicleta y me dirijo a las afueras de Xàtiva. Chechu, Star y Gordon me esperan impacientes, hoy es el día de paseo. Llevo ya dos años siendo voluntario en el refugio de animales del pueblo donde vivo. Mi trabajo es ayudar en lo que se me necesite y cuidar de estos perretes el tiempo que estén con nosotros mientras buscamos una nueva familia donde disfrutar de una segunda oportunidad. Soy José Fonollosa y esto es Diario de un Refugio”.
Así comienza Diario de un Refugio, la última obra de José Fonollosa, dibujante y profesional del cómic nacido en Vinaròs (Castellón) en el año 1975. Fonollosa ha atendido amablemente a Animalados para explicarnos con más detalles por qué son tan importantes los animales tanto en su vida personal como en muchas de sus obras.
¿Qué quieres transmitir a tus lectores con tu última obra, Diario de un Refugio? ¿Con qué se encontrarán las personas que quieran leer este cómic?
Diario de un Refugio realmente nace como consecuencia de la pandemia y del confinamiento. Cuando se abrieron las restricciones y pudimos volver a la calle, mentalmente, un paso importante para mí fue el regreso como voluntario a la protectora SPAX de Xàtiva, donde colaboro desde el año 2018. Este resurgir tan importante me abrió de nuevo la inspiración y decidí crear este cómic.
En Diario de un Refugio explico a través de viñetas las experiencias y los aprendizajes del día a día en la protectora. Con un toque de humor intento explicar cómo se trabaja en un refugio y cómo se ayuda a los animales abandonados a buscar un nuevo hogar. En definitiva, explico experiencias reales vividas y procuro explicarlas con humor y mucho amor.
Tan solo un año antes de salir a la luz Diario de un Refugio, publicaste Refugio. ¿Qué diferencias hay entre un cómic y el otro?
Refugio es un cómic que dibujé tan solo un año después de mi comienzo como voluntario en la protectora SPAX. Cuando ya consideré, en cierta manera, que estaba asentado en el refugio y ya sabía un poco cómo funcionaban las cosas y cuál era el espíritu de la protectora, decidí dibujar sobre todo ello. Además, me pareció un tema interesante, ya que no recordaba que se hubiera dibujado hasta el momento nada sobre la vida de los animales en las protectoras.
Hasta que no inicié mi experiencia en la protectora, no tenía ni idea de qué era este lugar realmente. Tan solo sabía que existían. Imaginaba que dentro de estos espacios había animales y que tenían unas necesidades, nada más.
Refugio, por un lado, pretende plasmar lo que fueron mis primeras vivencias en la protectora SPAX durante el primer año y, por otro lado, y mucho más importante, explicar todo lo que hay dentro de ellas. Ya no solo lo que se hace físicamente, es decir, adopciones, acogidas, alimentación… sino también explicar todo lo que hay detrás y la filosofía de las protectoras de animales.
A nivel personal, ¿cómo ha cambiado tu vida desde que decidiste iniciar la experiencia de voluntario en una protectora de animales? ¿Cómo surgió esta idea?
En uno de los cómics explico, de una manera sencilla, que la idea de aventurarme en el voluntariado de una protectora de animales me surgió en una crisis de los cuarenta de manual (risas). Era un algo que tenía ahí en la cabeza y que seguro que nos pasa a muchas personas que nos gustan los animales cuando vemos alguna publicación en el Facebook o alguna fotografía en redes sociales de algún animal de un refugio. Finalmente, decidí que podía hacer alguna cosa más por ellos, pregunté a la protectora SPAX de Xàtiva y comencé la experiencia como voluntario.
Los primeros días fueron raros. De hecho, el primer día, de camino hacia el refugio, me decía a mi mismo: “yo no sé si voy a valer para esto”, ya que tampoco tenía muy claro lo que me iba a encontrar. Pues de esto han pasado ya cuatro años, por lo que mal no me ha ido.
Sin duda valoro el voluntariado como una experiencia positiva, aunque también hay momentos duros. Hay momentos, días y situaciones difíciles de las que te acuerdas y dices “pues vaya”, pero hay que seguir y mirar hacia delante.
¿Crees que las personas que leen Diario de un Refugio o Refugio pueden animarse a iniciar un voluntariado en una protectora de animales? ¿Era este uno de los objetivos de estas dos obras?
Yo pienso que sí. Sobre todo, a través de los cómics, he tratado de quitarle dramatismo al hecho de intentar acercarte a ayudar. Yo creo que leyendo Refugio y Diario de un Refugio te das cuenta de que no necesitas ser especial para ayudar en una protectora de animales. Cualquiera, hasta yo, puede hacerlo (risas).
Aun así, hay que poner en valor que las personas que se echan a la espalda la organización y el funcionamiento de una protectora son personas que sacan tiempo, dinero y esfuerzo de donde no les queda. La mayoría tienen su trabajo y además se encargan de los refugios. Son asociaciones benéficas, por lo que ni mucho menos sacan nada de dinero por esta labor, más bien al contrario. Por tanto, es importante poner en valor a todas estas personas, ya que no todo el mundo es capaz de llegar hasta estos puntos de compromiso. Yo conozco compañeras que llegan a unos puntos en los que yo me hundiría, con una cantidad de casos por semana con los que yo no podría.
Según el último informe “Él Nunca lo Haría” de la Fundación Affinity, durante el 2021, las protectoras españolas recogieron aproximadamente 285.000 perros y gatos. ¿Qué opinas sobre este dato?
Me parece muy triste. La propia Fundación Affinity pone los puntos a seguir para que esto no pase. El abandono cero es imposible, pero que se rebaje muchísimo el número de abandonos creo que es importante y posible. Es importante lanzar mensajes de sensibilización y tenencia responsable. Yo creo que la propia sociedad poco a poco va dando pasitos para mejorar esta situación, aunque también es cierto que, actualmente, semana tras semana, la protectora en la que colaboro se encuentra con perros en la puerta abandonados y en situaciones complicadas.
Muchas personas que inician el voluntariado se ponen muy tristes cuando ven que han abandonado a un animal en la puerta de la protectora. Con el paso del tiempo puedes llegar a pensar que lo mejor que le ha podido pasar al animal ha sido aterrizar en el refugio, porque la otra opción puede ser mucho más terrible: malviviendo por la calle, buscándose la vida y el alimento como pueden, etc.
Nos han dicho que te estrenado como casa de acogida para animales… ¿Cómo ha sido la experiencia?
He funcionado como casa de acogida en casos puntuales. Cuando alguna compañera me avisa es porque no existe ninguna otra opción para ese animal. Yo tengo un gato en casa que es muy nervioso y eso complica la convivencia con el resto de los animales. Sin embargo, si que he hecho de casa de acogida con una camada de gatos o con algún que otro perro, eso sí, durante horas contadas o tan solo una noche. En la protectora saben que pueden contar conmigo para muchas cosas, pero para esto solo en casos de urgencia.
Además de Diario de un Refugio y Refugio, ¿qué otras obras tienes en las que los protagonistas sean animales? ¿Qué encontraran los lectores en estas otras obras?
Mi historia con los tebeos de animales viene ya de largo. En 2010, tras acabar un proyecto de cómic histórico de casi dos años, acabé agotado y decidí que mi siguiente obra tenía que ser algo más ligero, de humor y dinámico. En ese momento, me giré y vi a mis dos gatas por casa mirándome y haciendo sus cosas, y esta situación me inspiró para hacer “Miau”, un cómic con tiras humorísticas sobre la vida de dos gatos en casa con humano. Esta idea desencadenó finalmente en un total de tres cómics donde realmente lo que plasmaba era lo que me pasaba a mi con ellos en el día a día.
Posteriormente, una amiga se encontró a un cachorro de gato que acabó en mi casa y de ahí salió otro cómic que se llama Toñín. En esta obra represente el día a día con ese gatito desde que llegó siendo un cachorro hasta que llegó a la edad adulta. Y este Toñín es el que tengo actualmente y que se escucha todo el rato durante la entrevista (risas).
Los primeros tres cómics eran con un objetivo más humorístico, pero con el de Toñín sí que busqué también una finalidad didáctica explicando cómo es la adaptación de un gato a un hogar. No es lo mismo introducir a un gato como toca, que introducirlo dentro de una casa y dejarlo ahí dentro y que se apañe él solo. A través de un veterinario explicaba aspectos como proporcionar al animal un espacio seguro, cómo acondicionar la casa, etc.
Desde entonces, he ido alternando cómics de cualquier tipo de tema con algún cómic sobre animales, hasta finalmente llegar a las obras relacionadas con el voluntariado en la protectora SPAX de Xàtiva.
¿Consideras que tus cómics sobre animales pueden servir como herramienta didáctica para las escuelas?
Sí, de hecho, me consta que en algunos colegios utilizan algunas de mis obras con fines didácticos. Yo cuando hice estos tebeos estaba dentro de mi mundo y no estaba pensando en que fueran usados en las escuelas, pero cuando me enteré de que esto estaba siendo así, sentí como una responsabilidad que ni mucho menos esperaba.
Realmente, mis cómics no están hechos ni pensados para fines didácticos. En ellos, simplemente he ido plasmando mi experiencia con los animales. Sin embargo, me enorgullece mucho saber que algunas de las historias que he dibujado se usan para que los niños sean conscientes de muchas realidades sobre los animales.
¿Cómo es para un profesional del tebeo dar voz a un animal (diálogos, pensamientos…)?
Es un tema al que le di muchas vueltas cuando decidí aventurarme en el mundo animal con mis cómics. Historias de humor sobre animales de compañía siempre ha habido, pero tenía que decidir qué estilo quería adaptar para mis viñetas. Había visto muchos ejemplos de Garfield o de una serie no tan conocida llamada Mutts sobre un perro y un gato que son vecinos.
Finalmente, cuando me lancé a dibujar “Miau”, decidí coger el camino del medio y pensé, si los animales no hablan, mis gatos no van a hablar. De tal manera que decidí que todo fuera más gestual y que si alguien tenía que decir algo, que fueran los humanos.
¿Dónde y cómo podemos hacernos con algunas de tus obras?
Pueden pedirlas en cualquier librería o tienda de cómics. Luego, en el caso de Refugio y Diario de un Refugio, que son las más actuales, pueden comprarse a través de la web de Grafito Editorial.
Grafito tuvo una idea maravillosa al ver que yo estaba tan concienciado con el tema del voluntariado y la protectora. Decidieron que, con la compra de cualquiera de estos dos cómics, se puede adquirir también una lámina que dibujé en su momento. El importe íntegro de estas láminas va directo como donativo a la protectora SPAX de Xàtiva.
Para acabar… ¿Tienes en mente algún cómic futuro en el que los animales vuelvan a ser los protagonistas?
Actualmente no. Bueno (risas), estoy con un cómic de piratas que la protagonista es una gata, pero en este caso lo importante y el tema central son las aventuras de los piratas. Realmente, siempre invento alguna excusa para introducir algún animalito en mis historias.