La presencia de animales en espectáculos públicos es cada vez menor y las cabalgatas de los Reyes Magos no se escapan de este cambio de paradigma. La irrupción de confluencias de Podemos en las grandes ciudades del Estado han acabado con una mala praxi que las asociaciones animalistas no dudan en considerar maltrato animal porque el gentío que se reúne para ver el desfile, la música ensordecedora, los gritos y los petardos que acompañan la comitiva los asustan. La llegada de Manuela Carmena al ayuntamiento de Madrid ha acabado con los camellos y las famosas ocas del pastor palentino Miguel Espinosa en una cabalgata sin ningún tipo de animal. Tampoco han participado animales, por primera vez en su historia, en la cabalgata de Valencia. El alcalde de Compromís, Joan Ribo, que ya prohibió la instalación de circos que emplean animales en sus espectáculos, decidió que no hubieran animales en la cabalgata y que personas disfrazadas los representaran mostrando así su respeto por el bienestar animal. Los pavos, burros o caballos han desaparecido también de la cabalgata de Zaragoza tras la polémica del año pasado, cuando se llegó a presentar una denuncia por maltrato animal. La demanda de los movimientos animalistas, que durante años han criticado los paseos en burro en la plaza del Pilar de Zaragoza, así como las ocas en la cabalgata, han hecho recapacitar al alcalde Pedro Santisteve, de Zaragoza En Común, que finalmente ha sacado los animales de la rúa.
En Barcelona, referente en la defensa de los derechos animales, la polémica ha llegado por la carroza del Circo Raluy, donde un hombre azotaba con un látigo a una mujer vestida de leona. Una puesta en escena que choca con las políticas de igualdad de género y contra el maltrato animal que defiende Barcelona En Comú. Fuentes del Ayuntamiento afirman que no tenían conocimiento del espectáculo que iba a ofrecer la companyia circense hasta que se puso en marcha la cabalgata y dejan claro que en las próximas ediciones no se van a promocionar actos en contra de la dignidad humana y animal con una mayor supervisión. Otra localidad con el mismo color político, Cádiz, aprobó como ciudad amiga de los animales -en virtud a un reciente acuerdo plenario-, que el desfile no contara con presencia de animales. En Castilla y León, Valladolid se ha sumado al cambio y la cabalgata estuvo exenta de animales de manera pionera. El alcalde socialista Óscar Puente ha decidido suprimir del desfile a sus tradicionales jinetes y tampoco desfiló la Policía Municipal a caballo, un servicio que fue suprimido por el consistorio. “La explicación de que no haya caballos es que ya no existe la policía montada y que la utilización de animales en un espectáculo público a veces genera algunas discusiones” ha remarcado Puente.
Las ocas de Espinosa no se han quedado sin trabajo y han recorrido las calles de su Palencia natural, Alicante y Roquetas de Mar (Almería). En la capital alicantina, los camellos estan hechos con fibra de vidrio y pelaje que imita al natural de los animales del desierto, pero la presencia de estas adiestradas ocas que según su propietario están acostumbradas a la gente, deslucen su compromiso con el bienestar de los animales. En Castilla-La Mancha, el uso de animales también está al orden del día. Cuenca ha doblado el número de ocas, de cincuenta a cien, que acompañaba la comitiva real. En Toledo,la cabalgata de este año ha contado con un total de 28 caballos, que acompañaron a los Reyes Magos en su recorrido. Peor es el panorama en Asturias. Pese a la recogida de firmas contra la presencia de camellos en la cabalgata, Gijón (imagen de la noticia) y Oviedo no han tenido ningún reparo en utilizar estos animales. Los colectivos animalistas asturianos, que consideran que “las exhibiciones y los espectáculos con animales son incompatibles con la dignidad animal” también han criticado que el Ayuntamiento de Siero haya patrocinado un espectáculo infantil donde apareció un elefante y otros animales exóticos. No es un caso excepcional en esta comunidad. En El Berrón, el protagonista de la polémica se llama Baby y pesa cuatro mil kilos. Es el elefante del príncipe Aliatar.
En el País Vasco, Sus Majestades llegaron en camello a San Sebastián por la playa de la Zurriola. En Bilbao, en cambio, los reyes llegaron a pie. En Catalunya también hay ciudades que utilizan animales como Girona, donde los caballos desfilan entre los miles de asistentes que acuden cada año a la cabalgata, o Mataró, donde las mulas pasean cargadas de carbón. En Madrid también son numerosas las ciudades que no atienden las peticiones animalistas. El caso más flagrante es el de Boadilla del Monte, donde el popular Antonio González Terol retó a la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena con una cabalgata de las de antaño donde los Reyes Magos llegaron acompañados de los tradicionales camellos, conducidos por los pajes reales, y en la que no faltaron ocas ni burros. En Santa Cruz de Tenerife, la Concejalía de Fiestas ha reconsiderado su decisión de prohibir la participación de todo tipo de animales en la cabalgata de Reyes, incluidos los tres camellos que portan a sus majestades de Oriente, que desfilarán, igual que ya se hizo el año pasado, solo con los regalos, mientras que los Reyes irán en carroza. La prohibición inicial obedecía a las críticas recibidas el año pasado por el transporte que los camelleros llevaron a cabo con los animales, que viajaron hacinados y atados por las piernas y el cuello en un viaje de más de 18 horas en ferry, que partió de Lanzarote, hizo escala en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria y finalizó en el muelle de Santa Cruz. Los camalleros se pusieron en contacto con el Ayuntamiento tinerfeño para explicarles que habían adquirido un camión que les permitiría traer a los tres animales juntos desde otra isla, de pie, sin necesidad de que viajen tumbados y con las patas atadas y la Concejalía de Fiestas levantó la prohibición de no contar con los dromedarios en la cabalgata.
En Las Palmas de Gran Canaria, los Reyes se han quedado sin camellos este año, pero no por razones ideológicas. El motivo de la ausencia de camellos la tiene el accidente sufrido recientemente por el camellero, que se ha negado a que otra persona realice esta labor por el difícil carácter que tienen. La cabalgata de enero pasado, sin ir más lejos, sufrió varias interrupciones debido a los problemas con varios de los camellos, uno de los cuales no quería salir al principio y otro, el que llevaba a Gaspar, se amuló durante el recorrido asustado, seguramente, por la aglomeración de gente. Su cuidador tardó como una media hora en conseguir que el cuadrúpedo se tranquilizara y siguiera su camino. Este suceso demuestra el estrés que sufren estos animales durante las cabalgatas. Sin salir de las islas afortunadas, este mismo año, Su Majestad Baltasar tuvo que hacer el final del recorrido de la Cabalgata de La Laguna a pie debido a que su camello se detuvo y no quiso reemprender la marcha. Cuando el camello de Baltasar se paró y el personal de seguridad vio que no quería continuar, se decidió retirar al animal del cortejo real junto a otro camello que le acompañaba detrás con los regalos para los niños.