«Los perros son más felices con las personas que vivimos en la calle»
No es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita. Esta es la historia de Stephan y Holly, una pareja que vive en la calle junto a sus tres perros Gary Cooper, Forest y Roc, y hasta hace unas cuantas semanas también con su gata Chery.
Stephan nació en la ciudad industrial de Genk (Bélgica), mientras que los orígenes de Holly se encuentran en la zona portuaria de Vancouver (Canadá), pero sus destinos se unieron en las calles de Barcelona donde son compañeros de vida desde hace ya algo más de tres años.
El amor entre ellos nació desde un denominador común: la estima por los animales. “Cuando nos conocimos, yo tenía un perro, Gary Cooper, que había encontrado abandonado por Montjuïc y ella un cachorro, Roc, que habían abandonado sus propietarios. Nuestras primeras conversaciones fueron acerca de los animales, ella prefería gatos y yo perros”, confiesa Stephan mientras mira a su enamorada.
Sus primeras semanas de relación se iniciaron con dos perros pero pronto la familia aumentaría. Primero llegaría Forest, y un año después, se uniría a la familia una gatita preciosa a quien llamaron Chery. “Éramos ya seis en la familia. Decidimos no acoger a nadie más aunque nos doliera. Juntos hemos hecho todo y nunca hemos tenido ningún problema. Para nosotros Forest, Gary, Roc y Chery son nuestros hijos, los queremos exactamente igual que si fueran nuestros hijos”, afirma Holly jugando con Roc.
Stephan mientras acaricia a Gary Cooper reafirma las palabras de su compañera de vida: “Son nuestros hijos. Nosotros nos encargamos de la alimentación y de la salud de ellos para que no les falte de nada. Ellos van por delante de nosotros siempre”. Además añade que: “Nuestros perros están castrados, vacunados y tienen su chip. Con lo que conseguimos de dinero siempre tratamos de que ellos tengan las mejores condiciones para vivir”.
Stephan y Holly nos explican con mucha emoción la historia de cada uno de sus animales. “Encontré a Gary hace cinco años abandonado en un parque de Montjuïc. Desde entonces nunca nos hemos separado, ni para dormir”, exclama el amante de los animales belga. Gary Cooper es un perro de tamaño pequeño, de color blanco y manchas marrones de diferentes tonalidades. A lo largo de nuestra conversación con Stephen y Holly, el peludo muestra gran complacencia hacia su amigo Stephen a quien reclama una y otra vez para jugar.
Holly, por su parte, nos explica la dura historia de cómo conoció a Roc: “Lo encontré tirado entre dos contenedores. Apenas se movía, ni siquiera podía comunicarse. Cuando lo vi por primera vez tendría unos pocos días de vida”. La apariencia física de este perro en la actualidad es de un canino robusto, veloz y resistente, de tamaño grande y adornado con una piel negra deslumbrante.
Stephan nos cuenta con mucho dolor cómo llegó Forest a la familia. “Lo rescatamos Holly y yo hace un año más o menos. Era un perro maltratado por otras personas que también vivían en la calle. Un día decidimos cogerlo y llevarlo con nosotros para darle unas condiciones dignas de vida”. Forest es el perro más independiente de la pareja. Su mirada permanece perdida en ocasiones, quizás no haya olvidado todavía su difícil pasado.
El último miembro de la familia fue una cachorra de gata blanca y de ojos azules a la que llamaron Chery. Así se cumplió el sueño de Holly de tener un felino en la familia. “Abandonaron a Chery siendo un bebé a través de la ventanilla de un coche en funcionamiento. Yo siempre había querido completar nuestra familia con una gata. Cuando encontramos a Chery tuve que convencer a Stephan para que se quedara, pero tampoco me costó mucho”, afirma la mujer canadiense entre carcajadas. Pero el rostro de Holly cambia rápidamente cuando nos cuenta que hace ya unas cuantas semanas la joven gata desapareció: “Hace ya unas semanas que no sabemos nada de ella. Una mañana al despertarnos ya no estaba y no creemos que se fuera por su propia cuenta ya que estaba muy bien integrada con nosotros. Esperemos que reaparezca pronto o que alguien la encuentre”, concluye con el rostro entristecido.
Stephan nos demuestra en mitad de nuestra conversación la educación que ha implantado sobre sus perros. Mientras silva se desplaza por el asfalto de un parque a la vez que los tres caninos le siguen ordenadamente a sus espaldas. “Son muy disciplinados los tres. La verdad es que ellos son muy felices con nosotros. Yo creo que los perros son más felices con las personas que vivimos en las calles que encerrados en un piso”, confiesa el belga.
Aprovechamos la entrevista con Stephan y Holly para abarcar un tema de actualidad delicado: el uso de los animales de compañía para la mendicidad. “Es una realidad que conocemos, de hecho, en más de una ocasión nos han ofrecido drogas para dar a nuestros perros y siempre lo hemos rechazado y reprochado”, confiesa él. Ella, por su parte, nos explica que: “Cuando hemos estado viviendo en las calles de Sitges hemos vivido muy de cerca esta situación. Nosotros no entendemos cómo pueden hacer esto con los animales, pero es una moda, antes se hacía con los niños”.
Stephan y Holly cuentan en su vida con el apoyo de la Fundació Arrels, quienes les orientan y proporcionan servicios útiles para llevar la vida en la calle de la mejor manera posible. De hecho, Arrels les proporcionó un hogar en el barrio de Trinitat Nova, hogar que acabaron rechazando ellos mismos: “Duramos pocas semanas en el piso. Los vecinos nos ponían muchos problemas con los perros, así que decidimos dejar la casa para seguir en las calles. Los animales son mucho más felices viviendo fuera de cuatro paredes”, nos explica Stephan.
Así es la vida de dos personas sin hogar. Stephen y Holly encontraron la felicidad en su máximo esplendor viviendo en las calles de Barcelona, calles que generaron el amor entre dos personas amantes de los animales. Gary Cooper, Forest y Roc disponen de todo lo fundamental para gozar de bienestar en sus vidas, especialmente de la compañía de unas personas que los quieren de verdad. Esperemos que pronto encuentren a Chery y puedan estar de nuevo todos juntos.
Adrià Jariego Fariñas