InfoCircos se despide tras ser pieza clave en el adiós de los circos con animales salvajes en España
Con la publicación en el BOE el pasado 28 de marzo de la Ley de Protección Animal se dijo adiós de manera definitiva a la utilización de animales salvajes en los circos de España. La coalición InfoCircos fue clave en esta victoria animalista.
La Ley de Bienestar Animal aprobada durante el pasado mes de febrero en el Congreso dejó un sabor amargo entre los defensores de la protección animal por la exclusión de los perros de caza. Sin embargo, la nueva norma sí que se encargó de poner orden en muchos otros sectores, como es el caso de los circos, donde se prohibió de manera definitiva la utilización de animales salvajes en sus espectáculos.
La nueva ley estatal no hace sino recoger el testigo de municipios y comunidades autónomas que en los últimos años han seguido una dinámica de rechazo a este tipo de espectáculos. En los últimos 10 años, el mapa de España se ha ido tiñendo de municipios y regiones libre de circos con animales a una velocidad que solo puede explicar el apoyo masivo de la sociedad a esta medida, lo que a su vez se ha traducido en un apoyo político prácticamente unánime.
Este éxito animalista fue posible, en gran medida, gracias al esfuerzo y lucha de InfoCircos, una coalición formada por las entidades de protección animal ANDA, FAADA, AnimaNaturalis y AAP Primadomus. Esta agrupación ha sido clave en la consecución de un objetivo que no tenía otro destino posible: el fin para siempre de unos espectáculos que ya casi nadie consideraba aceptables desde un punto de vista ético.
InfoCircos inició su trabajo en 2015 a raíz de la declaración de la Federación Veterinaria Europea (FVE) a través de la cual la ciencia veterinaria se pronunció en contra de la utilización de animales salvajes en circos ante la imposibilidad “de satisfacer sus necesidades fisiológicas, mentales y sociales”, y por los graves riesgos que su utilización puede suponer para la seguridad ciudadana, la salud pública y la sanidad animal.
Una decisión de todas las partes implicadas
El contundente posicionamiento de la ciencia veterinaria, el vacío legal en el que se encontraba la actividad de circos itinerantes con animales salvajes y el fuerte rechazo social que ya despertaban estos espectáculos creó un contexto en el que el trabajo de InfoCircos cogió impulso y dio frutos en un tiempo récord.
Desde la coalición se trabajó en paralelo con los gobiernos autonómicos y los municipios más poblados para conseguir prohibiciones regionales y municipales en la utilización de animales salvajes en espectáculos circenses, así como con el Ministerio de Cultura, a través del INAEM, para poner fin a las subvenciones públicas a la actividad.
Como resultado del apoyo masivo por parte de organismos, entidades sociales y particulares, entre 2015 y 2022, 12 comunidades autónomas adoptaron leyes que prohibían la utilización de animales salvajes en circos en su territorio, así como 500 municipios de toda España, incluyendo la práctica totalidad de ciudades mayores de 100.000 habitantes. De esta manera, a la aprobación de la ley nacional de protección animal, un 80% de la población española vivía ya en territorio libre de circos con animales salvajes.
En este contexto, el anteproyecto de ley de protección animal en el que la Dirección General de Derechos de los Animales del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 llevaba trabajando desde 2020 se presentó como el marco idóneo en el que introducir la prohibición definitiva de los circos con animales salvajes en toda España.
Adiós con los deberes hechos
“Decimos adiós a InfoCircos con gran satisfacción. Desgraciadamente pocas veces en protección animal se consiguen resultados tan contundentes y el caso de los circos con animales salvajes ha sido un claro ejemplo de cómo la sociedad avanza en el respeto a los animales”, indica Marta Merchán, coordinadora de InfoCircos.
“El trabajo de InfoCircos ha dado tan buenos resultados porque previamente hubo una labor de años de concienciación y educación por multitud de entidades que creó un contexto en el que la inmensa mayoría de la sociedad ya no aceptaba la utilización de animales como tigres o elefantes en unos tristes espectáculos que condenan a estos animales a vidas de privación y sufrimiento sin valor educativo alguno”, añade Merchán