«Me planteo irme de Barcelona porqué no puedo sacar a pasear a mi perra suelta»
Los propietarios de perros viven con preocupación la implantación de las ZUC
En el corazón del Barrio Gótico de Barcelona, Dama, una perra mestiza de 4 kg de peso, encontró su hogar después de ser rescatada de la basura. Su dueña, una residente del Gótico desde 2022, tiene una relación muy especial con ella y esta muy preocupada por las nuevas limitaciones que se aplicarán en Barcelona para sacar al perro suelto. «Me planteo irme a vivir fuera de Barcelona», dice. Y es que a partir del 18 de diciembre, si sacas a pasear a tu perro en Barcelona y quieres llevarlo suelto tendrás que mirar el mapa y el reloj. Si no, te van a multar. La normativa del ayuntamiento de Barcelona fija unas zonas concretas y unos horarios para que los perros corran sueltos.
Los actuales pipicanes, por su número y extensión, no garantizan a todos los barceloneses tener uno a menos de 15 minutos de su domicilio y para solventar este déficit el ayuntamiento de Barcelona ideó las ZUC: las zonas de usos compartidos en franjas horarias. Hasta ahora no habían multado porqué se aprobó una moratoria, que termina el 18 de diciembre.
Las entidades que promovieron estas áreas lamentan que se haya desplegado la peor versión de una iniciativa que pretendía consolidar los puntos naturales donde desde hace décadas se reúnen perros y responsables para recrearse. Los distritos han señalado unas cuantas ubicaciones (muy a menudo en parques de la ciudad) y han establecido unos horarios que distan mucho de la propuesta ciudadana inicial. Por otro lado, el temor a las sanciones y la restricción a franjas horarias precisas, hacen que la medida no esté siendo bien recibida por muchos ciudadanos que lo viven como una nueva restricción, insensible a las necesidades de perros y propietarios y que busca recaudar fondos. Entre ellos están Mireia y Dama.
La perrita, a pesar de ser miedosa, es una compañera leal, obediente y llena de amor por su Mireia. Juntas, forman una conexión única que se manifiesta en su día a día, donde Dama sigue a su responsable y obedece en todo momento. Ahora, con la implantación de las zonas ZUC con horarios limitados temen no poder conciliar el trabajo y otras responsabilidades. Según se lamenta Mireia, la proximidad del área para perros más cercana, la Ciutadella, la sitúa a unos 20 minutos a pie, plantea desafíos adicionales, especialmente cuando se considera la multitud de personas y otros perros en el área. Aunque la dueña de Dama no ha sido multada, conoce a muchas personas que sí han enfrentado multas, lo que refleja la estricta aplicación de las regulaciones. La preocupación por la calidad de vida de Dama se intensifica al pasear siempre atada fuera de las áreas designadas. La dueña subraya la importancia de que los perros puedan correr, interactuar y explorar sin restricciones horarias ni de la correa.
La comunidad de dueños de perros en el barrio comparte su frustración por la falta de áreas apropiadas y los horarios limitados. La imposición de multas se percibe como una táctica para recaudar fondos, y muchos sienten que la normativa no tiene en cuenta las dificultades que enfrentan los dueños de mascotas. La seguridad también es una preocupación, especialmente cuando se trata de paseos nocturnos por la ciudad o en espacios ajardinados. La falta de iluminación y experiencias previas de depresión hacen que la dueña de Dama tema salir tarde, afectando su comodidad en el barrio y la ciudad.
Ante la posibilidad de una multa, la dueña de Dama se plantea mudarse fuera de Barcelona, una decisión impulsada por la necesidad de proporcionar a su perra la libertad y el bienestar que merece. Además, destaca la importancia de unir fuerzas para revertir las medidas restrictivas y garantizar que la normativa beneficie tanto a los animales como a sus dueños. Las multas por llevar el perro suelto van de los 100 a los 600 euros.
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