“La lidia es un sistema perfectamente estudiado para destrozar física y emocionalmente a un herbívoro de carácter pacífico”

Segunda parte de la entrevista de Animalados a Enrique Zaldívar, veterinario madrileño y antitaurino. Zaldívar es cabeza visible de AVATMA, la asociación que agrupa a muchos profesionales de la medicina de los animales contra el maltrato animal. Lleva más de 15 años publicando informes, realizando comparecencias en sedes parlamentarias, foros profesionales y donde sea necesario para denunciar la barbarie con argumentos científicos.

 ¿Qué supuso el traspaso de la tauromaquia al Ministerio de Cultura? 

Este es un tema muy importante que pasó, incluso para el movimiento abolicionista, de puntillas. La que era ministra de cultura en los años 2009-2011, reconocida taurina, Ángeles González Sinde, con Rubalcaba de vicepresidente del gobierno, coló a los taurinos en ese ministerio. Los colaron porque su lobby no paraba de reivindicarlo y los votos son o eran votos. Zapatero ocupaba el cargo de presidente.

Los antitaurinos no le dieron importancia a este acontecimiento, que hizo posible la ILP taurina del año 2013; la consecuencia: que la tauromaquia fuera y siga siendo patrimonio cultural. Nombro a Rubalcaba porque era el responsable del Ministerio del Interior, del que dependía la tauromaquia, hasta que le pasó la pelota al ministerio de González Sinde, en el año 2011, que no tuvo reparo en cogerla y encestarla. Los taurinos nos ganaron ese partido.

¿Qué deberíamos saber sobre la lidia y no sabemos? 

En general la gente no sabe casi nada de lo que supone su lidia para estos animales. Hay taurinos que tampoco lo saben. Una de las cosas que más me molesta es que, después de más de quince años de publicar informes y de dar decenas de charlas sobre el tema, el desconocimiento que hay al respecto es preocupante. Les basta, como explicación, con decir que tienen un Sistema Nervioso Central. Cuando describes los daños anatómicos que sufren en los tres tercios de la lidia, el de varas, el de banderillas y el de muerte, los que te escuchan no dan crédito a lo que están oyendo.

Por resumir: rotura y lesión de músculos, tendones, ligamentos, vasos sanguíneos, nervios, algunas estructuras óseas, en ocasiones neumotórax, importantes pérdidas de sangre, alteraciones en el normal funcionamiento de diversos órganos, encharcamiento por sangre de la cavidad torácica, sección, por escisión, de la medula espinal y del tronco encefálico o bulbo raquídeo.

«En los festejos populares, sin que haya sangre, hay un sufrimiento físico y emocional evidente»

¿Qué más no sabemos?

Que la lidia es un complejo sistema, perfectamente estudiado, para destrozar, física y emocionalmente, a un herbívoro de carácter pacífico, en un espacio corto de tiempo, unos 10-15 minutos. Maltratar y torturar a un animal, con premeditación y alevosía, por parte de un grupo de humanos, que lo visten de proeza y heroicidad, y que lo justifican en que ponen en riesgo su vida.

En los festejos populares hay un sufrimiento físico y emocional evidente, pero como no suele haber sangre, la permisividad es mayor. Es lo bueno que tiene el desconocimiento. ¿Es mentira lo que digo? No, es absolutamente cierto. La estulticia de esa minoría no siempre les impide reconocer lo evidente.

Y luego están aquellos que, reconociendo y conociendo el padecimiento, que son muchos, ponen por encima sus convicciones, sus tradiciones, sus aficiones, sus derechos y el obligado respeto que le debemos a todo eso. En mi opinión no lo han pensado lo suficiente. Hablan de respetar a los maltratadores de animales amparándose en la legalidad o con el: “es que se ha hecho toda la vida”. ¿Cómo os suena?

¿Qué es lo mas satisfactorio de su ingente trabajo con AVATMA?

 Lo gratificante que resulta que algún taurino que nos ha escuchado, haya dejado de serlo.

¿En cuántas décadas diremos que ya no más?

Como ya he patinado en esa predicción, no voy a poner fechas. Pasará cuando los políticos, aquellos que son tibios en este asunto, que son muchos, demasiados, dejen de serlo. Incluso hay antitaurinos que dicen que cuando la sociedad quiera, que hay que dejar que siga su curso. Creo que es una manera errónea de abordar el problema. Creo que la sociedad no tiene nada que decir sobre maltratar animales, con el agravante de hacer de eso un espectáculo público y más cuando siempre existirá una minoría que siga perseverando en su empeño de prorrogarlo.

¿Qué le convirtió en activista antitaurino? 

Fue en el año 2007. La culpa la tuvo un veterinario taurino que afirmó que estos animales tienen un sistema nervioso y hormonal (endocrino) que les hace prácticamente inmunes al dolor y al sufrimiento. ¿Su nombre? Juan Carlos Illera del Portal. Ya hemos demostrado, sobradamente, que mentía; él y sus palmeros, que los tiene. Una ocurrencia como esa necesitaba una respuesta y se la dimos desde AVATMA. Que estos bóvidos sean capaces de defenderse cuando les agreden, no justifica ni su crianza, ni su tortura.

¿Hay algún encuentro con taurinos que le haya enriquecido o hecho reflexionar? 

He tenido muchos encuentros con ellos y ninguno me ha enriquecido con sus argumentos, y más cuando sabes que cualquiera de ellos es insostenible. ¿Hacerte reflexionar? Reflexionar sí, cuando intentas explicarte la razón de que, sabiendo que están fuera de época, sigan perseverando en la defensa de algo que no tiene justificación y te preguntas el porqué.

Lo que sí debo confesar es que he aprendido mucho de algunos de ellos y de sus textos. Para combatir algo tienes que conocer al enemigo y este es el punto débil de muchos de los que están en esta guerra. Hay, como en todos los temas, demasiada gente opinando de lo que no conoce.

«En las redes sociales, la información fluye en una especie de bucle y es unidireccional»

¿Qué rol juegan las redes sociales en la configuración de opiniones pro o contra la tauromaquia? 

Lo cierto es que las redes sociales son insoportables. Y dicho esto, yo las utilizo para difundir información que creo que es relevante para ponerle cara y datos al maltrato animal. Otra cosa es que, lo que vuelcas en las redes, tenga receptores. Por desgracia la gente, en general, no lee, aunque entiendo que algo queda.

Si pudiese cribar la información que me interesa la cosa cambiaría, pero eso es imposible. Evidentemente creo que hay más movimiento, más ruido y más difusión en la parte antitaurina o eso parece, pero creo que es un fenómeno endogámico en el que la información, la de unos y la de otros, fluye en una especie de bucle y es unidireccional.

El taurino, alguno, lee a los suyos y el antitaurino, alguno, a los que comparten su pensamiento. Esporádicamente te puede encontrar detractores de lo que tú comentas, pero no es muy frecuente, por lo menos en mi caso. Quizás sea porque saben que se meten en un espacio en el que nada o poco tienen que “rascar”.

¿Y los medios de comunicación tradicionales? 

Suelen ser, en muchos casos, tibios como los políticos. Hay periódicos que mantienen sus espacios taurinos, dentro de sus secciones de cultura (ya les vale) y otros que se han alineado claramente en contra de la tauromaquia. Las radios y televisiones cada día prestan menos atención a este tema, pero cuando lo hacen, tampoco se decantan por un cuestionamiento claro y crítico.

Un ejemplo de lo que digo puede ser Movistar que eliminó la retransmisión de festejos taurinos en plaza (de pago); no lo hizo por cuestiones morales, sino por cuestiones económicas. En su rescate han salido las televisiones en aquellas autonomías en las que gobiernan los que gobiernan y un “canal extraño” que ha contado con la ayuda económica de Díaz Ayuso para sobrevivir.

Me hace gracia escuchar que la tauromaquia no es de izquierdas ni de derechas. Pues sí, lo es, de derechas de toda la vida. Cuando el PSOE se entere de que no rasca ni un voto del mundo del maltrato animal, igual la cosa cambia. Espero que algún responsable de este partido político lea nuestro trabajo sobre las ganaderías de lidia o esta entrevista.

«Vivimos en un país en el que se hacen muchas celebraciones maltratando animales»

¿Qué otras cuestiones les preocupan más allá del maltrato a los toros? 

Me preocupa cualquier tipo de actividad que provoque sufrimiento en cualquier animal. Vivimos en una país en el que se hace celebración de un montón de cosas maltratando animales, que está arraigado en muchos de nuestros pueblos y justificado en la tradición.

La ley de protección animal estatal, que se aprobó en 2023, no solo no ha legislado sobre esto, sino que, ha facilitado la legalización de algunos eventos, en los que se utilizan animales, que se habían eliminado o que estaban en pleno debate público o en vías de desaparecer. Lo he dicho y lo repito: esa ley podía haber prohibido determinados usos que se dan a determinados animales en determinados eventos, y no lo hizo. Me han dicho mil veces que tengo que ser pragmático, que no hay blanco o negro, que si diálogo… Hay veces, demasiadas veces, que el movimiento abolicionista tiene la misma tibieza que los políticos. Así nos va.

Algunos, bajo el paraguas del ámbito competencial, permiten que unos animales sufran de diversas maneras según el territorio en el que se encuentran o del idioma que se hable. Y me podrán decir que existen comunidades en las que algunas manifestaciones de maltrato animal, toleradas en otras autonomías, han sido prohibidas… ¿Nos vale? El maltrato animal debe desaparecer en todo el estado, independientemente de lo que sea tradicional aquí o allí.

Me preocupa la capacitación y la profesionalidad de todos aquellos que tienen algo que decir en este tema. La verdad es muchos o algunos no tienen nada que decir, pero lo dicen, lo que no deja de ser un problema. Y me dirán: no, oiga, que yo soy libre de opinar. Pues no, no según qué cosas, especialmente en un asunto del que depende la mala vida o la muerte agónica de miles de animales y que, según lo que digas, tendrá consecuencias para ellos en forma de leyes, reglamentos o directivas nacionales, autonómicas o europeas.

«Eliminaria la calificación de Patrimonio Cultural que tiene la tauromaquia mediante una proposición de ley en esta legislatura»

¿Cuáles serían las tres primeras medidas que tomaría si tuviera poder ejecutivo con relación a la tauromaquia?

La primera eliminar la calificación de Patrimonio Cultural que tiene la tauromaquia desde 2013. Y no lo haría a través de una ILP (Iniciativa Legislativa Popular) que es como parece que se va a hacer. Lo haría mediante una proposición de ley en esta legislatura. Esto posibilitará sacarla del Ministerio de Cultura y devolverla al de Interior. Y por supuesto no dejaría en manos de las comunidades autónomas el poder de decidir si quieren o no quieren festejos taurinos en su territorio, que es otra de las cosas que al parecer se pretende o pretendía. Terminaría con la abolición de la tauromaquia, en todas sus manifestaciones, a nivel estatal. El simple hecho de eliminar la calificación de Patrimonio Cultural anularía la sentencia del Tribunal Constitucional que impidió, en “teoría”, la prohibición de las lidias en Cataluña. Fin de la “fiesta”. Me han dicho mil veces que tengo que ser pragmático, que no hay blanco o negro, que si diálogo… Hay veces, demasiadas veces, que el movimiento abolicionista tiene la misma tibieza que los políticos. Así nos va.

1 comentario
  1. Josemari Dice:

    Una excelente y autorizada exposición de lo que representa la tauromaquia tauricida. Debería ser leída por todos y servir de argumento a los políticos y a quienes toman las decisiones sádicos sobre toros.

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