Los héroes animalistas de Kiev también resisten
Los cuatro voluntarios que prefirieron no huir para proteger a los animales del refugio comienzan a recuperar la normalidad
Hace ya un mes y medio que las bombas rusas empezaron a caer sobre las ciudades ucranianas. La invasión rusa ha dado pie a una guerra entre pueblos hermanos que ha acabado con la vida de miles de personas, que ha destrozado a ciudades enteras y que ha provocado más de cuatro millones de refugiados. A medida que los rusos se iban adentrando en el país, la población ucraniana (sobre todo ancianos, mujeres y niños porque los hombres debían alistarse en el ejército) huía como podía. Uno de los objetivos de los rusos era la capital ucraniana, Kiev. Algunas poblaciones de su entorno quedaron devastadas y sobre la misma capital también cayeron bombas rusas pero los invasores no consiguieron conquistarla. Muchos habitantes se marcharon durante el asedio pero el italiano Andrea Cisternino y otros tres voluntarios decidieron quedarse. En medio de tanta crueldad, ellos también tenían una misión: proteger a los 360 animales del refugio que gestionan.
Durante todo este tiempo, los cuatro héroes han resistido. Han tenido que soportar nevadas, temperaturas gélidas, falta de comida y medicamentos y el miedo al escuchar las bombas cayendo a poca distancia con la incertidumbre de que pasaría si las tropas rusas llegaban al refugio. La resistencia de los soldados ucranianos ha hecho que los rusos tuvieran que concentrar su ejército en las zonas más en el este del país (las que limitan con Rusia) y poco a poco la presión sobre Kiev se ha ido aligerando. El frío invierno ha dado paso a la primavera que ha dado ánimos a los habitantes del refugio. Las gallinas han vuelto a poner huevos. Además, la ayuda de los voluntarios y de las instituciones italianas, que han enviado comida y medicamentos al refugio, ha dado oxígeno a los cuatro héroes animalistas.
Andrea se comunica casi todos los días con un grupo de apoyo para ir contando el día a día y para gestionar la llegada de ayuda. Los problemas con la red le obligan en muchas ocasiones a subirse al techo de la casa para tener cobertura. En los días de lluvia, la comunicación es imposible. Según el grupo de apoyo, Andrea ha perdido mucho peso pero mantiene los ánimos y poco a poco el refugio recupera la normalidad, aunque aun tienen que superar muchas carencias. Esta semana, por primera vez en un mes, Andrea se ha atrevido a salir del refugio. Se ha encontrado el coche de un vecino destrozado por un proyectil y detrás suyo un tanque calcinado. También ha tenido una buena noticia que ha compartido enseguida con el grupo de apoyo: ha encontrado a dos perros ancianos que ya alimentaba antes del conflicto y ha recuperado el contacto. También han tenido la visita al refugio de un soldado ucraniano que cuando empezó el conflicto les dejó su perro, un pastor alemán, porque no podía hacerse cargo. El reencuentro entre el perro y el soldado fue muy emotivo. Finalmente, también ha recibido la visita de un grupo de voluntarios que les han entregado una tarta vegana donde ponía PAZ.
Desde el grupo de apoyo recuerdan que aceptan donaciones y que todas deben hacerse desde esta web.