Espai Gos critica la resolución de la Síndica de Greuges de Barcelona de limitar el horario de las zonas de recreo para perros

La Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, anunciava este miércoles que propondrá al Ayuntamiento establecer una limitación horaria de las zonas de recreo de perros. El motivo, garantizar el descanso vecinal porque hay ciudadanos que hacen uso de estas instal·laciones bien entrada la noche, cuando la mayoría del vecindario ya duerme o està a punto de hacerlo. Aunque la síndica reconoce que es responsabilidad de la persona propietaria del animal evitar comportamientos incívicos que puedan molestar el resto de la ciudadanía, cree que con el fin de garantizar la convivencia, el consistorio debe regular mejor el régimen de uso de estos espacios. Vilà ha incluido esta recomendación en una resolución después de supervisar una queja vecinal que hace referencia a la zona de recreo situada en la confluencia de la calle Nàpols con la Gran Via de les Corts Catalanes.

En la queja se expone, y así lo ha verificado el equipo técnico de la Sindicatura, que en esta zona a menudo hay perros ladrando entre las seis de la mañana y las dos de la madrugada, y que es habitual que un grupo de jóvenes se reúna allí con los animales a partir de las once de la noche, ocasionando un gran ruido que impide descansar adecuadamente a los habitantes de los edificios colindantes. En la resolución, la síndica da la razón al vecindario y dice que es responsabilidad de las personas poseedoras de un animal mantenerlo de acuerdo con las normas de la buena convivencia, evitando comportamientos incívicos que puedan molestar el resto de la ciudadanía. Sin embargo, Vilà apuesta porque el Ayuntamiento regule mediante un decreto de alcaldia el régimen de uso de estos espacios estableciendo una limitación horaria.

En estos momentos, la síndica tiene abierto otro expediente por el mismo motivo en la avenida Mistral, a la altura del número 61. El vecindario se queja de inoperancia municipal  ante la masiva presencia de perros desde las once de la noche hasta la madrugada. Las asociaciones aninalistas consideran que es tratan de hechos aislados que no pueden comportar restricciones globales. En este sentido, Àngela Coll, portavoz de la Plataforma Espai Gos Barcelona, que valora “muy negativamente” la resolución, afirma que “no se puede limitar el derecho de todos por unos cuantos, hacer una ley general por quince denuncias es rídículo, es como si un bar hiciera ruido y se castigara a todos los bares”.  Y es que a lo largo de 2016, la Síndica ha recibido solo una quincena de quejas, pero muchas de ellas están relacionadas con otro tipo de infracciones como llevar perros potencialmente peligrosos libres y sin bozal , especialmente en la plaza Joan Coromines.

Coll recuerda que “hay gente que por horarios laborales solo puede llevarlos de madrugada y tienen que disponer de un espacio donde llevar sus animales”. La activista anota que “lo que molesta es el ruido, no la presencia de perros por sí misma, no es justo que el incivismo de unos pocos acabe repercutiendo en todos los propietarios de perros”.  Más allà de las actitudes incívicas que puedan tener una minoría, Coll opina que el problema de las zonas de recreo es a menudo su ubicación: “Los pipicanes no pueden estar al lado de bloques de pisos como pasa con el de Nàpols con Gran Via, no es el espacio adecuado, pero el problema es que muchos de la ciudad se encuentran  en medio de grandes edificios”.  La Plataforma Espai Gos presentarà una queja formal a la Síndica y reclamará al Ayuntamiento que no acepte la solución propuesta porque penaliza a todos los propietarios de perros.  

 

La cabalgata de Reyes, un sueño para los niños, una pesadilla para los animales

La presencia de animales en espectáculos públicos es cada vez menor y las cabalgatas de los Reyes Magos no se escapan de este cambio de paradigma. La irrupción de confluencias de Podemos en las grandes ciudades del Estado han acabado con una mala praxi que las asociaciones animalistas no dudan en considerar maltrato animal porque el gentío que se reúne para ver el desfile, la música ensordecedora, los gritos y los petardos que acompañan la comitiva los asustan. La llegada de Manuela Carmena al ayuntamiento de Madrid ha acabado con los camellos y las famosas ocas del pastor palentino Miguel Espinosa en una cabalgata sin ningún tipo de animal. Tampoco han participado animales, por primera vez en su historia, en la cabalgata de Valencia. El alcalde de Compromís, Joan Ribo, que ya prohibió la instalación de circos que emplean animales en sus espectáculos, decidió que no hubieran animales en la cabalgata y que personas disfrazadas los representaran mostrando así su respeto por el bienestar animal. Los pavos, burros o caballos han desaparecido también de la cabalgata de Zaragoza tras la polémica del año pasado, cuando se llegó a presentar una denuncia por maltrato animal. La demanda de los movimientos animalistas, que durante años han criticado los paseos en burro en la plaza del Pilar de Zaragoza, así como las ocas en la cabalgata, han hecho recapacitar al alcalde Pedro Santisteve, de Zaragoza En Común, que finalmente ha sacado los animales de la rúa.

En Barcelona, referente en la defensa de los derechos animales, la polémica ha llegado por la carroza del Circo Raluy, donde un hombre azotaba con un látigo a una mujer vestida de leona. Una puesta en escena que choca con las políticas de igualdad de género y contra el maltrato animal que defiende Barcelona En Comú. Fuentes del Ayuntamiento afirman que no tenían conocimiento del espectáculo que iba a ofrecer la companyia circense hasta que se puso en marcha la cabalgata y dejan claro que en las próximas ediciones no se van a promocionar actos en contra de la dignidad humana y animal con una mayor supervisión. Otra localidad con el mismo color político, Cádiz,  aprobó como ciudad amiga de los animales -en virtud a un reciente acuerdo plenario-, que el desfile no contara con presencia de animales. En Castilla y León, Valladolid se ha sumado al cambio y la cabalgata estuvo exenta de animales de manera pionera. El alcalde socialista Óscar Puente ha decidido suprimir del desfile a sus tradicionales jinetes y tampoco desfiló la Policía Municipal a caballo, un servicio que fue suprimido por el consistorio. “La explicación de que no haya caballos es que ya no existe la policía montada y que la utilización de animales en un espectáculo público a veces genera algunas discusiones” ha remarcado Puente.

Las ocas de Espinosa no se han quedado sin trabajo y han recorrido las calles de su Palencia natural, Alicante y Roquetas de Mar (Almería). En la capital alicantina, los camellos estan hechos con fibra de vidrio y pelaje que imita al natural de los animales del desierto, pero la presencia de estas adiestradas ocas que según su propietario están acostumbradas a la gente, deslucen su compromiso con el bienestar de los animales. En Castilla-La Mancha, el uso de animales también está al orden del día. Cuenca ha doblado el número de ocas, de cincuenta a cien, que acompañaba la comitiva real. En Toledo,la cabalgata de este año ha contado con un total de 28 caballos, que acompañaron a los Reyes Magos en su recorrido. Peor es el panorama en Asturias. Pese a la recogida de firmas contra la presencia de camellos en la cabalgata, Gijón (imagen de la noticia) y Oviedo no han tenido ningún reparo en utilizar estos animales. Los colectivos animalistas asturianos, que consideran que “las exhibiciones y los espectáculos con animales son incompatibles con la dignidad animal” también han criticado que el Ayuntamiento de Siero haya patrocinado un espectáculo infantil donde apareció un elefante y otros animales exóticos. No es un caso excepcional en esta comunidad. En El Berrón, el protagonista de la polémica se llama Baby y pesa cuatro mil kilos. Es el elefante del príncipe Aliatar.  

En el País Vasco, Sus Majestades llegaron en camello a San Sebastián por la playa de la Zurriola. En Bilbao, en cambio, los reyes llegaron a pie. En Catalunya también hay ciudades que utilizan animales como Girona, donde los caballos desfilan entre los miles de asistentes que acuden cada año a la cabalgata, o Mataró, donde las mulas pasean cargadas de carbón.  En Madrid también son numerosas las ciudades que no atienden las peticiones animalistas. El caso más flagrante es el de Boadilla del Monte, donde el popular Antonio González Terol retó a la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena con una cabalgata de las de antaño donde los Reyes Magos llegaron acompañados de los tradicionales camellos, conducidos por los pajes reales, y en la que no faltaron ocas ni burros. En Santa Cruz de Tenerife, la Concejalía de Fiestas ha reconsiderado su decisión de prohibir la participación de todo tipo de animales en la cabalgata de Reyes, incluidos los tres camellos que portan a sus majestades de Oriente, que desfilarán, igual que ya se hizo el año pasado, solo con los regalos, mientras que los Reyes irán en carroza. La prohibición inicial obedecía a las críticas recibidas el año pasado por el transporte que los camelleros llevaron a cabo con los animales, que viajaron hacinados y atados por las piernas y el cuello en un viaje de más de 18 horas en ferry, que partió de Lanzarote, hizo escala en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria y finalizó en el muelle de Santa Cruz. Los camalleros se pusieron en contacto con el Ayuntamiento tinerfeño para explicarles que habían adquirido un camión que les permitiría traer a los tres animales juntos desde otra isla, de pie, sin necesidad de que viajen tumbados y con las patas atadas y la Concejalía de Fiestas levantó la prohibición de no contar con los dromedarios en la cabalgata.

En Las Palmas de Gran Canaria, los Reyes se han quedado sin camellos este año, pero no por razones ideológicas. El motivo de la ausencia de camellos la tiene el accidente sufrido recientemente por el camellero, que se ha negado a que otra persona realice esta labor por el difícil carácter que tienen. La cabalgata de enero pasado, sin ir más lejos, sufrió varias interrupciones debido a los problemas con varios de los camellos, uno de los cuales no quería salir al principio y otro, el que llevaba a Gaspar, se amuló durante el recorrido asustado, seguramente, por la aglomeración de gente. Su cuidador tardó como una media hora en conseguir que el cuadrúpedo se tranquilizara y siguiera su camino. Este suceso demuestra el estrés que sufren estos animales durante las cabalgatas. Sin salir de las islas afortunadas, este mismo año, Su Majestad Baltasar tuvo que hacer el final del recorrido de la Cabalgata de La Laguna a pie debido a que su camello se detuvo y no quiso reemprender la marcha. Cuando el camello de Baltasar se paró y el personal de seguridad vio que no quería continuar, se decidió retirar al animal del cortejo real junto a otro camello que le acompañaba detrás con los regalos para los niños.

La coexistencia de dos registros de animales en Catalunya dificulta la búsqueda cuando se pierden o se abandonan

Todos los perros deben llevar chip. En Catalunya, sin embargo, hay dos tipos. Hasta hace cinco años todos los datos identificativos de perros, gatos y hurones estaban almacenadas en el AIAC (Archivo de Identificación de Animales de Compañía), propiedad del Consejo del Colegio de Veterinarios de Catalunya, pero desde hace cinco años la Generalitat ha puesto a disposición de sus dueños el único registro obligatorio por ley, gratuito y público, y que puede ser utilizado por los ayuntamientos como censo municipal. Esta nueva base de datos, el ANICOM (Animales de Compañía) permite el acceso a todos los veterinarios, protectoras, ayuntamientos y agentes de la autoridad y su uso no requiere ningún coste. Ya no es necesario recurrir a un veterinario para que lea el microchip y avise a los propietarios para que se pueden localizar desde las mismas asociaciones y administraciones. Pese a las ventajas de este registro, muchos veterinarios siguen registrando los animales al AIAC, donde el precio de la implantación tiene un coste muy superior al del ANICOM, que tiene un precio simbólico.

Las asociaciones animalistas lamentan que el mantenimiento de esta base de datos del Consejo impide que más perros lleven el chip por su elevado coste. Alba Jornet, secretaria de FAADA (Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales), explica que «el microchip no tiene valor, lo que cuesta es darlo de alta, y si el veterinario le cuesta 25 euros, dobla el precio final para obtener beneficio». Jornet atribuye la coexistencia de dos registros que equipara a «una mutua ya la seguridad social» a los intereses económicos del Consejo: «El 80% de sus ingresos vienen de la identificación de los animales y no les interesa pasarse a la otra, por esto los veterinarios nos hacen boicot, no quieren que la base de datos públicas funcione y poniendo trabas «. Los grandes perjudicados son los animales perdidos porque según apunta la activista «la ANICOM la tenemos en red y cualquier persona puede tener acceso, mientras que en el AIAC, aparte de los veterinarios y cuerpos policiales y forestales, sólo lo pueden hacer los ayuntamientos que pagan cuota anual «. Sin este «boicot» Jornet considera que «la base de datos pública estaría plenamente consolidada porque ahora hay un 35% de perros identificados y ya un 4% de gatos gracias a la labor de las protectoras, en cualquier caso cuando bajas el precio, las implantaciones de los chips aumentan «. Actualmente hay casi 300.000 animales inscritos en el ANICOM, pero al AIAC cada año se registran unos 80.000 y se calcula que hay más de 900.000.

Ignacio Rodríguez, jefe del departamento de Protección de Animales de la Generalitat, señala que «las dos bases de datos tienen reconocimiento oficial y hay animales que están en el ANICOM, otros en el AIAC y cada vez más en las dos «. Esta dualidad que no se produce en ningún otro territorio del Estado, pero sí en otros países de Europa como Irlanda, conlleva sus problemas como reconoce el máximo responsable de la Generalitat en el ámbito de los animales de compañía: «Ahora cuando se pierde un perro hay que buscar en las dos bases de datos y debemos evitar que el policía, la protectora o el veterinario tenga que consultar ambos registros «. Rodríguez explica porque muchos veterinarios les siguen dando de alta en el AIAC cuando el registro obligatorio es el ANICOM: «Es obligatorio que los veterinarios comuniquen los datos de las identificaciones en el ANICOM los veinte días posteriores a la implantación del chip, pero eso no quiere decir que no puedan dar de alta los chips en el AIAC «. En cuanto al elevado precio de este registro, revela que «la normativa actual no permite imponer importes mínimos ni máximos y esto hace que cada centro veterinario cobre importes diferentes para la identificación de un animal».

Rodríguez no duda a la hora de afirmar que «la solución óptima sería que los datos se compartieran». Una solución que ya se puso en práctica los dos primeros años de funcionamiento de la ANICOM cuando la Generalitat firmó un convenio con el Consejo para que le cediera los datos del 2012 y del 2013. Este acuerdo obligaba el Consejo a compartir la base de datos con la administración, pero solo de los registros nuevos, no de los años anteriores. Un acuerdo que no se ha ratificado: «El convenio se terminó y no se ha renovado para que las dos partes no se han puesto de acuerdo». El jefe del departamento de Protección de Animales asegura que no sabe los motivos del desencuentro, pero apunta a «motivos estratégicos». La representante de FAADA se muestra muy crítica con la actitud del Consejo porque «nosotros evitamos abandonos, luchamos por el bienestar de los animales y ellos sólo piensan en su interés económico, en  no perder dinero». El Consejo, que factura alrededor de 1,8 millones de euros por el registro de animales con chip, ha declinado hacer declaraciones a este medio para dar su versión. Para que la administración tuviera acceso a los 900.000 animales bastaría con el permiso de los propietarios.

El Ayuntamiento de Barcelona aprueba cerrar el delfinario de Barcelona

Adiós al delfinario de Barcelona. Según ha podido saber Animalados, el Ayuntamiento cerrará de manera definitiva el delfinario del zoo de la ciudad. El pacto ha sido suscrito por el gobierno municipal que configuran Barcelona En Comú y el PSC y cuenta con el respaldo de ERC y la CUP. Estas dos últimas formaciones de izquierdas han tenido un papel más que relevante en la decisión adoptada. El gobierno municipal tenía tres opciones: construir piscinas nuevas que se adecuaran a la normativa, ceder los delfines a algún delfinario europeo o transferirlos a un santuario para cetáceos y todo indica que se ha decantado por esta última opción sin hacerlo explícito claramente pues está en vías de análisis y decisión. Después de ganar las elecciones, la alcaldesa Ada Colau ordenó suspender la ampliación de las instalaciones que había previsto el anterior ejecutivo, que hubiera costado 15 millones de euros, y creó una comisión de trabajo para un Nuevo Modelo de Zoo para estudiar el futuro del delfinario y del Zoo situado en la Ciudadela. Parece claro que la clausura del delfinario era la opción más razonable y ha apostado desde un primer momento por buscar un lugar con todas las garantías donde puedan los cetáceos terminar sus vidas lejos de las precarias piscinas de hormigón.

Los cuatro delfines adultos que hay actualmente en el zoo, Anak, Azul, Tumay y Nuik serán trasladados a un Santuario. Lipsi, en Grecia, aparece como el más destacado de los posibles emplazamientos. Asimismo, los dos ejemplares jóvenes, Kuni y Leia, que se trasladaron hace unos meses al Oceanográfico de Valencia tras cerrar un acuerdo con esta institución volverán a Barcelona para ser trasladados posteriormente al Santuario elegido. Los estudios científicos han puesto de manifiesto que los simios y los cetáceos son los animales más inteligentes y sensibles después del hombre y estas características los convierten en los animales que más sufren en cautividad. «Los delfines necesitan nadar grandes distancias, relacionarse con el entorno, socializarse con su grupo original… y aquí sólo tienen agua y cemento», lamenta Míriam Martínez, veterinaria y miembro de la Fundación FAADA. La normativa europea ha acelerado el cierre del delfinario. Y es que la Asociación Europea de Mamíferos Marinos (EAMM) fija las condiciones mínimas que deben cumplir los delfinarios para obtener su reconocimiento y el de Barcelona no las supera por sus reducidas dimensiones. El plazo para conseguir el beneplácito de dicha asociación termina en septiembre de 2020, pero el Ayuntamiento ha decidido no ampliar las instalaciones que tenían un elevado coste por el impacto ambiental y cerrar el delfinario por el estrés que provocaba a los delfines y a otros animales del zoo. En contraposición a los diez millones de euros necesarios para reconstruir el delfinario, el traslado de los delfines a un santuario tendría un coste considerablemente inferior, de aproximadamente dos millones de euros, según los expertos.

La clausura del delfinario forma parte de la nueva orientación que quiere dar el ejecutivo al parque zoológico y que consiste en renunciar a la exhibición de algunas especies y potenciar el ámbito pedagógico, de conservación de especies locales y foráneas amenazadas. Las entidades animalistas como la veterana DEPANA con Marta Gumà al frente han presionado desde hace años a la administración para que cerrara el delfinario. La Fundación FAADA, por ejemplo, ha recogido firmas en internet para pedir el cierre del delfinario de Barcelona. También se ha movido la sociedad civil. Prueba de ello es la constitución de la plataforma estudiantil Freedolph, que en tan solo unas semanas consiguió miles de firmas para reclamar la clausura del delfinario por las graves secuelas físicas y psicológicas que padecen estos cetáceos al estar en cautiverio.

Kharmeg o el SOS de los Tiburones

Artículo de Sílvia Esteve Fontana

 

«…pero este ser humano que sólo ve la Naturaleza como una fuente de recursos, como un instrumento que sirva a sus deseos, puede convertirse en un ser aún más peligroso. Cuando el ser humano descubre que hay fuerzas de la Naturaleza que no puede dominar, animales que no se dejan domesticar, recursos que no puede controlar, cuando la Naturaleza más salvaje se resiste a su poder, e incluso le ataca y le recuerda su fragilidad, el ser humano es capaz de perder todo uso de razón y, olvidado ya de obtener de la Naturaleza beneficios y provechos, lo único que ansía es la destrucción completa de quién se le haya resistido. Pero la Naturaleza no puede ser vencida por la violencia humana, y a cada intento, es el ser humano quién se lleva cicatrices, quién así aumenta su odio, y quién, en una espiral creciente de violencia se acaba perdiendo a sí mismo».
  1. 148-149 «Darwin, Melville y el lugar del ser humano en la Naturaleza» Marta Tafalla, capítulo del libro De animales y hombres, Studia Philisophica, coordinado por Asunción Herrera Guevara; Biblioteca Nueva, Ediciones de la Universidad de Oviedo, 2007, Madrid

«Se estima que cada año mueren entre 60 y 100 millones de tiburones debido al aleteo. Esto consiste en atrapar tiburones, cortar sus aletas y devolverlos mutilados al mar, donde mueren asfixiados, desangrados o devorados por otros peces. La aleta de tiburón es un codiciado producto en el mercado asiático por el que se llegan a pagar hasta 500€ el kilo. Con ella se prepara la ostentosa e insípida sopa de aleta de tiburón. Una costumbre gastronómica extravagante y perversa que los está llevando a la extinción».

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Agus Vera, creador y guionista de Kharmeg, conoció esta realidad gracias a su profesión de marino mercante. Agus, ha viajado, como se suele decir en los grandes relatos, allende los mares, y ha podido ver con sus propios ojos lo que el ser humano ha hecho al mar, a los océanos y a sus habitantes.

Si en otro artículo de Animalados os hablábamos de la aniquilación de las ballenas, para utilizar su aceite y su carne, hoy, tristemente, debemos poner el foco en la aniquilación de los tiburones.

Un genocidio en el mar, otro más, un humano concienciado sobre la necesidad y el deber de salvarlo. ¿Cómo hacerlo? Como diría el gran Whitman, «Que prosigue el poderoso drama, y que puedes contribuir con un verso». En este caso el verso ha devenido en este fantástico cómic que es Kharmeg.

Una idea, un guión, pero faltaba lo más importante: un dibujante. Vera se acercó a Escola Joso (escuela de cómic en Barcelona) en busca de un artista que le ayudara a realizar su proyecto. Así es como se conocieron con Mariano de la Torre, las manos tras el pincel que han dado vida a este tiburón y su universo. Junto a ellos dos, también tenemos a Fran Vázquez como colorista.

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De este admirable trabajo en equipo ha nacido esta historia de amor al mar, de justa venganza para los «malos» que están aniquilando sus especies, y sobre todo de homenaje y admiración por los tiburones. El lobo, la serpiente, el oso, los murciélagos… y una larga lista de magníficos animales han sido vistos durante miles de años como los enemigos del hombre. Si miramos hacia atrás en la historia podremos entender que, cuando el ser humano vivía codo a codo con la Naturaleza, estas especies suponían un enemigo real y seres a los que temer. Los relatos para los más pequeños están llenas de estas reminiscencias obsoletas. En el presente, sin embargo, es el hombre el monstruo, el mayor enemigo, la cruel y despiadada especie que antepone su bienestar y placer a los mínimos derechos del resto del planeta.

Era hora de dar a los tiburones la voz silenciada durante tanto tiempo. Si Steven Spielberg con su film «Jaws» nos hizo pensar en ellos como monstruos marinos, como seres insensibles a los que era mejor dar caza, Kharmeg les devuelve su dignidad y grandeza y nos trae una historia que nos interpela para salvarles.

«Lo importante era llegar a los niños y adolescentes, por eso el cómic está pensado para lectores de entre 10 y 16 años» nos comenta Agus Vera. Padre reciente, como también Mariano, tiene claro que las siguientes generaciones son la clave para poner fin a nuestro abuso del planeta. Con las ideas claras han sabido crear una historia que engancha tanto a niños como a adultos. Nuestra heroína será Elise Gray, quien de adolescente se lanzará al mar para suicidarse, pero su intento se verá truncado al ver un tiburón atrapado en un red de pesca. Ella salvará al escualo y el escualo la devolverá con vida a la orilla. Esta experiencia marcará tanto a Elise, que ya de mayor creará «Save the shark» para luchar contra las mafias chinas del «aleteo». En su lucha, y ayudada por un periodista australiano, se toparán con John Verin y Maxwell Hart, tripulantes del Sealogic, ambos supervivientes de un ataque de piratas. Elise volverá a encontrarse con el tiburón que la salvó, Kharmeg, y todos juntos formarán un magnífico equipo de lucha contra los cazadores y sus mafias.

Con Kharmeg volveremos a surcar los mares y a luchar contra piratas, pero esta vez sin la violencia ni el odio como bandera, sino con la justicia y el amor a la naturaleza como emblemas.

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Un cómic, un pequeño gran cómic, ha conseguido y conseguirá que muchos lectores conozcan la realidad de nuestros mares, de las vidas y muertes de sus animales y plantas. Gracias a él sabrán que los tiburones son «moradores de los océanos desde hace 450 millones de años» y son «fundamentales para el equilibrio del ecosistema marino». Gracias a esta obra podrán conocer la árdua tarea de las asociaciones ecologistas y animalistas, cuyos miembros llegan a dar la vida para impedir que otros acaben con el planeta.

Desde Animalados os recomendamos fervientemente esta preciosa obra, con un dibujo impecable, con una historia trepidante y valiente y, lo mejor de todo, con corazón.

Financiado por mecenas desde la plataforma Verkami, Kharmeg ha estado editado por Aleta y destinará hasta un 10% de lo recaudado en proyectos para salvar a los tiburones. Desde hoy lo podéis encontrar en FNAC, La Casa del Libro, Norma Cómics y otras librerias.

Me despido de este artículo con un deseo navideño: Que el único exterminio que veamos sea el de nuestros miedos y prejuicios, de nuestras absurdas y crueles tradiciones. Abramos las páginas de este cómic y acompañemos a nuevas heroínas y héroes que luchan por el planeta y sus habitantes.

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http://kharmeg.blogspot.com.es