Los vecinos critican el área de recreo para perros entre Nàpols y Gran Via
La Gran Via, una de las calles más transitadas de Barcelona, reclamaba su propio área de recreo para perros. Así se concedió a finales de 2015 a partir de una zona de recreo, entre Gran Via y Nàpols. No ha pasado tanto tiempo desde la puesta en marcha, pero muchos vecinos se muestran escépticos, incluso críticos, con cómo se ha realizado la instalación. Este hecho se suma a la crítica de vecinos y asociaciones que reclaman mejores áreas para perros en Barcelona.
Los charcos producidos por la lluvia aún se mantienen, dos días después de que haya llovido. Un problema que se podría dar a causa de un mal sistema de drenaje. Los charcos ya han generado molestias a muchos usuarios, que ven como los perros se ensucian con mucha facilidad. La fuente para perros también genera zonas empantanadas, por lo que algunos propietarios la consideran una zona sucia.
Otro problema son los bloques de cemento pensados para que los animales jueguen y corran. Hablamos con el Gerard Moret, propietario de un perro y asistente habitual en el área de recreo. Su perro se ha dado varios golpes con los bloques de cemento ubicados en el fondo de la zona. «A veces, cuando los perros juegan entre ellos, se mueven a gran velocidad y ya me ha pasado varias veces que el perro se golpea con los bloques de cemento».
Moret admite que, en términos generales, tener una zona como ésta le es beneficioso. «Antes tenía que moverme grandes distancias, los vecinos que vivimos por la Gran Via no teníamos nada cercano». Una apreciación que comparten otros vecinos de la zona con perros.
Aunque las áreas de recreo son una reivindicación histórica por parte de los animalistas, ésta en concreto no parece estar suficientemente bien diseñada, según algunos usuarios. Así lo defiende Elena, también vecina habitual. «El problema es que los perros no utilizan las zonas específicas para juego, como aquellos grandes bloques de cemento». Aunque matiza que los bloques más pequeños sí los utilizan a veces, aunque no es el caso de su perra.
La inversión prevista para esta zona de recreo fue de 200.000 euros, según el Ayuntamiento. La intención era ofrecer espacios como este en todos los distritos de la ciudad, garantizando, al menos, 700 m². Dos años después de la puesta en marcha, ya ha sido criticada por los vecinos, pero también por algunos defensores de los animales y expertos.