Comer para cambiar el mundo. Esto podría ser el significado de lo que puede suponer el veganismo. La Unión Vegana Española define esta postura como una alternativa ética y sana al consumo y dependencia de los productos, no adaptados a nuestras necesidades físicas y espirituales, como son la carne, el pescado, los lácteos, los huevos, la miel, los productos derivados de los animales y otros artículos de origen animal como el cuero y las pieles. Pero más allá de esta definición que resume lo que popularmente conocemos como veganismo, esta dieta también tiene un papel muy importante sobre el medio ambiente, la salud y la economía.
A medida que pasan los años el veganismo está adoptando una dimensión más grande entre la sociedad de la mayoría de los países. Las personas cada vez recibimos con más fuerza el mensaje de que la dieta vegana puede cambiar el mundo. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha publicado que el sector de la ganadería produce un impacto enorme en el medio ambiente, por lo que el veganismo es la solución más beneficiosa para su conservación.
¿Qué coste ambiental tiene la producción ganadera?
La revista Science publicó un artículo el 31 de mayo de 2018 en el que analizaba todos los costes ambientales que suponen la producción cárnica destinada a los 7.575 millones de habitantes del planeta. Tras revisar más de 500 estudios mediante más de un centenar de expertos, concluyeron que la producción de alimentos ocupa el 43% de la tierra del planeta y genera el 26% de las emisiones de gases de efecto invernadero, en su mayor parte CO2 y metano.
El efecto invernadero se produce cuando determinados gases retienen una parte de la energía que emite el suelo terrestre al calentarse por la radiación del sol. Un proceso que se está viendo agravado por la actividad de la ganadería, ya que tal y como informa la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción alimentaria produce un 9% de emisiones de dióxido de carbono, un 37% de emisiones de metano y un 65% de óxidos de nitrógeno. Una serie de gases que favorecen el efecto invernadero y que consecuentemente son perjudiciales para el medio ambiente.
Según Global Climate Report, las principales consecuencia del efecto invernadero son: huracanes más feroces, migraciones constantes de animales y personas por sequias o inundaciones, daños en la agricultura o ganadería, hambruna y escasez de alimentos e incluso enfermedades y pandemias.
The Economist, en su reportaje sobre “¿Cómo puede el veganismo cambiar el mundo?, confirma los datos publicados por Science y además explica que el sistema alimentario usa alrededor del 70% de toda el agua dulce del planeta. Además añaden que las emisiones creadas por los alimentos podrían aumentar en un 50% para 2050 si la situación no cambia.
Cerca del 70% de la tierra apta para los cultivos se está utilizando para la ganadería. Una tierra que si todos fuéramos veganos dejaríamos crecer de manera natural, fomentando el crecimiento de los bosques y espacios vegetales, los cuales jugarían un papel muy importante en el alivio y regulación del cambio climático. Hay que tener en cuenta que ese 70% de tierra está destinado a la producción de alimento para el ganado, no para las personas, pero con el fin de obtener un buen producto cárnico que satisfaga a las personas.
¿Qué cambios provocaría en el futuro una sociedad vegana?
Según un estudio de la Universidad de Oxford publicado en la revista PNAS, la dieta vegana podría ayudar a salvar cerca de ocho millones de vidas hasta el año 2050. Además existiría un ahorro de dinero en cuanto a costes médicos y de mejora de productividad evaluado en 885.000 millones de euros.
The Economist explica en su reportaje “¿Cómo puede el veganismo cambiar el mundo?”, que si la sociedad fuera vegana desde ahora, en el 2050 las emisiones de gases invernadero relacionadas con la alimentación podrían reducirse en tres cuartos. La producción de alimentos vegetales propios de la dieta vegana genera menos residuos y menos daños para la naturaleza. Por tanto, el impacto medioambiental del veganismo es mucho más favorable para el medio ambiente. Además, el porcentaje de mortalidad podría reducirse en aproximadamente un 20%.
Jaap Korteweg, noveno de una generación de carniceros, explica para The Economist que “Una dieta vegana bien equilibrada, con menos calorías podría salvar vidas. Si el mundo se volviera vegano en 2050 se estima que la mortalidad podría reducirse aproximadamente en un 20%. Se utiliza mucho dinero para tratar enfermedades asociadas con la alimentación; enfermedades coronarias, cánceres, diabetes… Un gasto que podría ahorrarse con esta nueva dieta”.