Reiki: la curación física, mental y espiritual

Reiki es un sistema de sanación energético que utiliza la Energía Vital Universal. Actúa armonizando todos los aspectos del Ser: el nivel físico, el nivel mental y el nivel espiritual. Al aplicar Reiki se aceleran los procesos internos de autocuración y armonizando las disfunciones que podamos tener.

Rei significa universal y se refiere a la parte espiritual, lo ilimitado, a la esencia energética cósmica, que interpenetra todas las cosas y circunda todos los lugares.
Ki es la energía, la fuerza vital individual que rodea los cuerpos, manteniéndolos vivos y fluyendo en todos los organismos. Ki está presente en todas las cosas vivientes y no vivientes. Cuando por motivos, internos o externos, se impide que el Ki fluya correctamente aparecen bloqueos y trastornos que hacen que la enfermedad y las disfunciones aparezcan; así cualquier enfermedad es un bloqueo del flujo correcto del Ki.

Según la opinión de Charles Darwin, el cerebro que rige el enojo, el miedo, el deseo (el sistema límbico) relativamente simple en los peces y reptiles es, en cambio, muy parecido al nuestro en los pájaros y los mamíferos, lo que nos permite suponer que numerosas especies pueden sentir emociones parecidas a las que nosotros experimentamos.

El perro, depende de su dueño tanto para lo bueno como para lo malo.  Según la opinión veterinaria, los animales domésticos se han convertido en  el apoyo de nuestras carencias afectivas y nuestros caprichos. El resultado se mide en sufrimiento psíquico, neurosis y enfermedades psicosomáticas que no aparecen en sus congéneres salvajes en el medio natural.

Los perros son especialmente sensibles al comportamiento de sus dueños, son capaces de conectar con nosotros a un nivel impensable, demostrando una gran empatía y adaptándose a sus estados de ánimo, unas veces alegre, otras triste, colérico o apático.

También crean un gran vínculo con los otros animales que conviven con ellos, llegando a sentir una desolada aflicción cuando pierden a un compañero animal muy querido. Yo misma pude comprobar como mi perro Terry, tras perder a su compañera Lisa, estuvo más de 3 meses negándose a comer.

Reiki es muy útil para ayudar a nuestros compañeros en todos estos casos, hemos de hacernos conscientes que ellos transmutan nuestras emociones.

Al enviar Reiki a un animal, en el caso de un animal domestico, hay que considerar el estado anímico, emocional de su propietario, las personas que conviven con él e incluso otros animales. Esto nos puede ayudar a entender porqué un animal tiene determinados síntomas o determinados comportamientos.

Responden al Reiki, al igual que a otras terapias holísticas, más rápidamente que los seres humanos, ya que en ellos no existe filtro racional.

Reiki puede ayudar inmensamente a nuestros compañeros, aunque si en casa no cambia nada, o si su cuidador, no toma consciencia de sus propios bloqueos, es muy posible que ciertos problemas o comportamientos, vuelvan a aparecer. Por lo que la mayoría de las veces habrá que tratar a las dos partes.

No obstante, Reiki siempre ayudará a rebajar los niveles de estrés, aumentará el sistema inmunitario para ayudar a sanar de ciertas enfermedades e incluso evitará que ciertos problemas vayan a más.

Sin dejar de ir al veterinario

En los casos agudos, la terapia es muy breve, y en ocasiones puede ser suficiente una sola sesión de Reiki.

Reiki nunca sustituirá un tratamiento veterinario, aunque ayudará a una más rápida restitución. Se hará una evaluación minuciosa de la vida familiar: sean muertes, cambios de domicilio, bodas, divorcios, enfermedades de sus dueños….

Por último centrarse en la sintomatología que manifiesta el animal. Animales tratados en un estado sintomático agudo, recuperan la salud con sorprendente rapidez. Como ya he dicho antes, puede ser que con una sola sesión sea suficiente, aunque no es lo más común.

En el caso de animales que en estado crónico es muy posible que necesiten varias sesiones y también que admitan sesiones más largas.

Se puede utilizar Reiki también en situaciones de shock, cuando hay lesiones, cirugías, accidentes, partos, etc. Nunca aplicar sobre quemaduras, debido al calor que irradian nuestras manos.

Si hay varios animales en la casa y aceptan el Reiki, se les puede dar a todos. En algunos casos es incluso conveniente. Si alguno no lo quiere o no lo necesita, te lo hará saber.

…El tratamiento con Reiki no presenta jamás ningún riesgo, es absolutamente compatible con cualquier medicación o tratamiento alopático u holístico, constituye un eficacísimo aliado del veterinario ya que apoya y potencia a la acción terapéutica de este, tranquiliza al animal y a sus cuidadores.

Si les gusta recibir Reiki  se acercarán y te pedirán que se lo des. Personalmente me he encontrado de todo en mi casa, mi gato Hugo al principio no lo quería, ya que los gatos son grandes Reikistas, con el tiempo cuando enfermó me lo pedía, otros, como Terry y Noah lo aceptan cuando ellos lo necesitan y en cambio, Nube, lo pide constantemente, y si tiene algún problema puede estar horas recibiéndolo.

Cuando se les ofrece Reiki, pueden aceptarlo o levantarse e irse. Hay que respetarlo. Podemos esperar unos minutos porque a veces les sorprende tanto que se van, pero al cabo de un rato vuelven.

También puede ser que acepten el Reiki y que sean ellos los que te digan por dónde tienes que empezar y qué zonas tienes que tratar. Déjate llevar, ellos saben lo que necesitan.

Cuando un animal necesita Reiki pero por las circunstancias no nos podemos acercar, por ejemplo en protectoras, en animales salvajes o simplemente porque tienen miedo, se les puede dar a distancia con los mismos resultados.

  • ¿En que casos podemos ayudar?
  • Lesiones
  • Trastornos de comportamiento
  • Stress
  • Bienestar emocional
  • Apoyo en procesos Oncológicos
  • Cirugía y Rehabilitación
  • Adopciones
  • Socialización
  • Cuidados paliativos

    Eutanasia

Sea como sea, con esta técnica podemos ayudar en muchos casos y es una herramienta que siempre llevamos encima. Ojalá, cada vez más, se introduzca en tratamientos veterinarios igual que se está ofreciendo en hospitales.

Lourdes Serranowww.salaliberat.com

La Fundación Affinity alerta que perros y gatos #NoSonUnJuguete

#NoSonUnJuguete. Con este contundente hashtag, la Fundación Affinity impulsa una campanya para concienciar sobre la tenencia responsable y luchar contra el abandono de los animales. Y es que la mitad de los niños reconoce haber pedido un perro o un gato a los Reyes Magos y casi un 40% de los animales de compañía llegan a los hogares españoles en forma de regalo por estas fechas. Muchas familias piensan que un cachorro es el mejor regalo que pueden ofrecer a sus hijos, pero lo que hoy parece el obsequio ideal puede convertirse en un problema tanto para el animal como para la persona que lo recibe. Este es el punto de partida de la campaña de Navidad de la Fundación Affinity, que   remarca que un ser vivo no debería ser regalado como si fuera un objeto cualquiera y que advierte sobre las nefastas consecuencias que puede tener regalar animales con el objetivo de evitar futuros abandonos.

Para trasladar este mensaje, Fundación Affinity ha creado un video que ilustra con un tono amable y cercano las luces y sombras de lo que significa convivir con un perro. Según señala Isabel Buil, directora de Fundación Affinity, “queríamos contar una historia que conectara con la gente, que tuviera emoción y que al mismo tiempo llevara a la reflexión a aquellas personas que quizás estén pensando en un cachorro como regalo de Navidad. Convivir con un perro o un gato es una decisión tan importante que nadie más la puede tomar por uno mismo”. El impulso juega un papel importante en la elección del animal. De hecho, un 34% de los propietarios españoles confiesa que se dejó llevar por razonamientos emocionales y/o visuales a la hora de decidirse por su perro o gato. En el caso de los niños, aunque el 98% de los niños asegura tener claro que los animales no son juguetes, un 50% de ellos reconoce haber pedido a Papá Noel o a los Reyes Magos un perro o un gato en algún momento de su vida.

Según Buil, “que nuestros hijos pidan un perro o gato como regalo de Navidad es perfectamente normal pero no quiere decir que tengamos que comprar o adoptar uno automáticamente, sino que tenemos que meditar bien la decisión antes de dar el paso. Probablemente, desvincular esta decisión de una época de regalos y sorpresas como es la Navidad, sea una buena forma de dejar el impulso a un lado”. Según el II Análisis Científico de la Fundación Affinity, que analiza el vínculo entre personas y animales de compañía, para uno de cada dos niños el animal representa, después de sus padres, la principal fuente de apoyo emocional en situaciones de miedo o tristeza. Además, un 60% de los niños asocian a los perros y gatos como compañeros de actividades, es por esto que el 80% de los niños prefiere jugar con ellos antes que con videojuegos.

Fundación Affinity recomienda hacer una reflexión antes de decidirse a compartir la vida con un perro o gato, que sea una decisión meditada. Para asegurarnos que la relación con los animales será estable y duradera y que éstos no terminarán  abandonados ni en centros de acogida se recomienda, en primer lugar, compromiso. La convivencia con un animal de compañía es a largo plazo y nuestro compromiso con él tiene que ser durante toda la vida del animal, esto es entre 12 años y 15 años de media. Después es vital valorar qué supondrá para nosotros incorporar un animal en nuestras vidas y no dejarnos llevar por un mero impulso inicial sino que la decisión debe ser meditada y consensuada entre todos los miembros de la familia. La información previa es también fundamental. Antes de empezar a vivir con un animal tenemos que conocer y asumir las obligaciones y responsabilidades que ello supone. Del mismo modo, debemos saber qué cuidados necesitará y cuáles serán sus rutinas.

El mejor amigo del niño

Tener un perro  o un gato en casa es muy beneficioso para los niños en todos los aspectos. También en relación con la salud. Convivir con animales desde pequeños fortalece su sistema inmunológico. Los datos hablan por sí solos.  Los niños que conviven desde que nacen con perros o gatos presentan un 30% menos de probabilidades de desarrollar alergias como el asma o la rinitis que aquellos que no tienen animal en su casa.  Ésta es una de las principales conclusiones de un estudio elaborado recientemente por un equipo de investigadores finlandeses entre 400 menores de un año y publicado en la prestigiosa revista científica estadounidense  ‘Pediatrics`.  No es la única. Este mismo estudio añade que los niños que disfrutan de la compañía de perros y gatos padecen menos infecciones de oídos (un 44% menos) y necesitan tomar una tercera parte menos de antibióticos. Unos resultados que avalan la llamada hipótesis de la higiene, que sostiene que al reducir drásticamente el número de desafíos que el ambiente ofrece al ser humano el sistema inmunitario se ha debilitado haciendo más vulnerable nuestro organismo.

Más allá que su sistema inmunológico se acostumbra a trabajar contra diferentes agentes patógenos  que le ayuda a afrontar futuras enfermedades,  tener cerca un perro o un gato favorece el desarrollo cognitivo, socioemocional y físico de los niños. Los animales son una escuela de valores que muy a menudo los mayores olvidan de transmitir. La empatía, el amor incondicional, el respeto, la responsabilidad, la compasión o la fidelidad son valores que los niños aprenden gracias a sus compañeros de cuatro patas. A su lado, los niños sufren menos estrés y se sienten más felices porque los animales nunca critican, ni dan órdenes, ni se enfadan, siempre son cariñosos, siempre están allí cuando se les necesita, son, en definitiva, seres incondicionales que nunca les rechazarán. Ello conlleva que su autoestima mejore, así como su seguridad.   Para la mayoría de los niños, un animal es su principal fuente de apoyo emocional después de los padres y acuden a ellos cuando tienen miedo, están tristes o se les presenta un problema para encontrar alivio con un abrazo o con una carantoña.

Por este motivo, los niños que se unen emocionalmente a sus animales son más capaces de establecer buenas relaciones con otras personas porque saben crear vínculos afectivos. Son, pues, también una herramienta clave en la socialización que van a tener que ir afrontando durante toda su vida.  Todas estas recompensas requieren de un compromiso. Tener un animal implica unas obligaciones que no se pueden omitir. Unas tareas que, dicho sea de paso, son un estímulo para el cerebro porque tiene que pensar cómo llevar a cabo todas estar tareas favoreciendo su desarrollo cognitivo. Según un estudio de la Fundación Affinity sobre el vínculo animal, el primer concepto que asocia la mayoría de los niños en su relación con su perro o gato es el de «cuidar», por delante  de «jugar» y «alimentar». De esta manera, el estudio demuestra el sentido de la responsabilidad que los animales de compañía transmiten a los pequeños. Los niños no tienen que dar respuesta a todas las necesidades o atenciones que exige un animal, sino que deben adaptarse en función de su edad. Primero pueden ser los encargados de darles comida o agua, después de cepillarlos, lavarlos o sacarlos a pasear y al final de llevarlos ellos mismos al veterinario.  En una época donde los niños cada vez asumen menos responsabilidades por la permisividad de los padres, los animales se erigen en una oportunidad única para que los niños no solo se preocupen por ellos mismos y dejen a un lado su lógico egocentrismo.  

La empatía es otro de los valores que aprenden conviviendo con ellos.  Entienden que no deben molestarlo mientras come o duerme, a limpiar la caja o el plato de la comida, a tratarlo con delicadeza o a no asustarlo con ruido. Todo ello mediante la comunicación no verbal, un registro inhabitual para el niño. Que un niño vea cómo su mejor amigo se preocupa por él cuando está triste puede ayudarle, a su vez, a fijarse en qué actitudes y comportamientos reflejan un cambio en el estado anímico de su fiel compañero.

El desprecio por los galgos de un concursante de GH7 le puede costar la expulsión del programa

«A ti te preocupa el puto perro? Tú llorarías por un galgo? Si yo atropello a un galgo bajaría del coche para ver si me ha hecho algo. Que le den por culo al animal! Que se muera! «. Este es el comentario que hizo Álvaro, un concursante de Gran Hermano 7, el popular programa de Mediaset, cuando una compañera le planteó el hipotético caso de encontrar uno o dos galgos atropellados en la carretera. Otra concursante le reprochó defendiendo la postura más humanitaria de poner en valor a los perros por encima de los bienes materiales y de su propia seguridad, pero el joven sevillano continuó con la misma actitud.

El comentario, como era de esperar, ha indignado a miles de personas, entre ellas a Mon García Duran, que ha iniciado una campaña desde Change.org para pedir «la irremediable expulsión de este señor por apología al abandono y omisión de auxilio a un animal moribundo». La campaña comenzó hace una semana y ya ha recogido cerca de 150.000 adhesiones.


Como no se cansan de denunciar las entidades proteccionistas como Galgos 112 o Sos Galgos, no tenemos constancia de la ingente cantidad de galgos que se abandonan anualmente al finalizar la temporada de caza. El fin de muchos de los galgos que no son rescatados, que son la mayoría, ha dejado de ser que los cuelguen de un árbol, como ocurría anteriormente, y cada vez se detectan más casos de perros tirados en pozos o encerrados en recintos donde mueren deshidratados y desnutridos. Muchos de ellos nunca son localizados. El abandono a campo abierto en zonas que desconocen también es común, por eso los atropellos donde automovilistas y los mismos galgos mueren o son heridos de gravedad son algo común en Extremadura, Andalucía y Castilla la Mancha, principalmente.

Aunque ayer durante la emisión de uno de los programas satélite de Gran Hermano, Jordi González hizo referencia a las escalofriantes declaraciones, no se sabe con certeza porque a pesar del clamor popular, Mediaset-Endemol no ha procedido aún a la expulsión de Álvaro. También grupos feministas retraen los comentarios que el andaluz ha hecho sobre las mujeres.

Este jueves, la gala la conducirá Jorge Javier Vázquez. Este es un veterano y valiente defensor de los animales y especialmente de los galgos. Además de haber adoptado tres, realiza acogidas de los más necesitados y apoya de muy diversas maneras a las entidades progalgos. Se prevé un discurso implacable del mordaz presentador que puede culminar no sólo con la sanción del concursante, sino también con la canalización del revuelo hacia medidas efectivas de diagnóstico, combate y solución de la tragedia cotidiana de los galgos.

La jubilación soñada de los delfines

En toda Europa hay unos 300 delfines que se ganan la vida haciendo espectaculares piruetas para obedecer a las órdenes de sus adiestradores. Lo hacen durante casi toda su vida y siempre en pequeñas piscinas que nada tienen que ver con los inmensos mares y océanos donde deberían estar.

Su sueño de abandonar las dichosas piscinas y nadar en el mar podría ser una realidad, al menos en forma de jubilación. El primer santuario para delfines europeo se construirá en la pequeña isla de Lipsi. Las entidades animalistas hacía mucho tiempo que esperaban poder leer esta noticia, ya que abre la puerta al cierre de muchos delfinarios europeos. Algunas ciudades ya han precintado sus instalaciones pero muchas otras, como Barcelona, tienen la voluntad de hacerlo pero no pueden dar el paso porque no tienen donde dejar los delfines. Liberarlos a pleno mar sería la muerte segura para muchos de ellos. El nuevo santuario, sin embargo, soluciona este problema. Está llamado a convertirse en la residencia de una parte de los 300 delfines que quedan en piscinas europeas.

Sólo en España hay 11 parques con estos cetáceos, principalmente en la zona de Levante y en las Islas Canarias donde las instituciones continúan nadando a contracorriente y actualmente están construyendo un delfinario nuevo.

Desde la entidad animalista FAADA, viajarán la próxima semana a Grecia para visitar las instalaciones que está preparando a Lipsi del Instituto de Conservación Marina Archipiélagos. FAADA lidera la coalición SOS Delfines y trabaja desde hace tiempo para promover este tipo de santuarios para los delfines.

En Estados Unidos también hay diferentes iniciativas similares.