Una tortuga boba pone huevos por primera vez en una playa de Barcelona

Una tortuga boba ha puesto un nido con setenta y siete huevos en la playa de la Mar Bella, en Barcelona. La Fundación CRAM se encargará de que la puesta se culmine de manera satisfactoria.

Durante la madrugada del 16 de julio cuatro jóvenes se encontraban en la playa de la Mar Bella cuando de repente se encontraron con una tortuga boba sobre la arena: “Estaba en la playa con tres amigos, era la 1:30 de la madrugada cuando comenzamos a escuchar unos ruidos en las vallas que teníamos al lado, cuando nos acercamos vimos que era una tortuga”, nos explica Mar Balseiro, una de las personas protagonistas, en declaraciones para Animalados.

“La tortuga parecía atrapada. Vimos las huellas del animal alrededor de las vallas y parecía algo perdida. Nunca nos habíamos encontrado ante esta situación, así que finalmente decidimos entre todos devolver la tortuga dentro del agua del mar. Mientras la devolvíamos grabamos todo con el móvil y subimos las imágenes a las redes sociales”, nos detalla Mar Balseiro.

Tras subir el vídeo de la tortuga boba en las redes sociales, rápidamente el CRAM se puso en contacto con Mar Balseiro: “Les facilitamos a la fundación la ubicación exacta de donde habíamos encontrado a la tortuga. Acompañamos al CRAM al sitio concreto porque querían comprobar si el animal había puesto huevos en la zona. Finalmente encontraron un nido con la puesta de huevos de la tortuga”.

El grupo de voluntarios de la Fundación CRAM que se dirigió a la playa de la Mar Bella encontró a medio metro por debajo de la arena un total de setenta y siete huevos. Es la primera vez que esta especie de tortuga (familia Cheloniidae, un tipo de tortuga marina) pone un nido de huevos en Barcelona.

La Fundación CRAM, una entidad dedicada a la protección del medio marino y de las especies que lo habitan, se ha quedado con diecisiete de los setenta y siete huevos para asegurar la puesta, mientras que el resto de los huevos han sido habilitados unos metros más adentro del lugar concreto en que fueron encontrados para que estén más protegidos. El nido estará vigilado las 24 horas del día por un equipo del CRAM hasta que en unos dos meses nazcan las crías.

Las puestas de huevos de tortuga boba en las costas del Mediterráneo Occidental son cada vez más comunes, por lo que es necesario tener especial atención a la presencia de estos animales en la arena de las playas. En el supuesto caso que alguien se encuentre con una tortuga, tiene que evitar enfocarla con luz, no tocar al animal, no hacer fotos con flash, no hacer ruido y llamar al 112.

Imágenes cedidas por Mar Balseiro

La lucha por la vida de dos perros abandonados

Una pareja acoge a dos perros que estuvieron a punto de morir y ya casi están recuperados

Misae e Hiroshi ya conocen perfectamente las dos caras de la moneda. Sus primeros años de vida fueron un infierno. Estaban encerrados, junto con otro perro, en un espacio minúsculo en el campo de Tarragona. Desatendidos, sucios, delgados, enfermos … abandonados. Un ciclista que pasaba por allí en pleno mes de agosto del año pasado, oyó como lloraban y se detuvo. Vió que los llantos venían de una especie de pozo subterráneo y tapiado con una plancha de hierro. Avisó a los Mossos de Esquadra y, cuando se presentaron, rompieron el candado y se encontraron tres perros en muy malas condiciones. Uno de ellos ya estaba muerto, los otros dos supervivientes literalmente eran piel y huesos, extremadamente sucios y asustados, en un espacio tan oscuro y pequeño que ni veían la luz del sol ni podían moverse mucho.

Los dos supervivientes se trasladaron a una protectora de la zona que les puso un nombre para la nueva vida que apenas comenzaba: Hiroshi y Misae. El equipo de la protectora sabía que se trataba de dos casos extremos en un estado más que lamentable, físicamente deshechos y anímicamente anulados con muy pocas esperanzas de supervivencia. Pero siguieron luchando para sacarlos adelante: analíticas, medicación, inyecciones, curas de todas las heridas… Misae e Hiroshi también decidieron seguir luchando e intentar tirar adelante.

Una voluntaria de la protectora, Mónica, comenzó a pasear fuera del recinto con Misae, una perra esquelética y que caminaba usando sólo tres patas. La pata derecha trasera estaba rota y se soldó mal en la cadera. «No íbamos demasiado lejos, pero ella siempre estaba dispuesta. A medio camino parábamos y le daba un poco de comida… y volvía a su patio. Allí estaba su compañero Hiroshi que no se dejaba coger», recuerda Mónica. Un día, cuando ya hacía unos meses que salían a pasear ambas, Mónica vio como Hiroshi alzaba y movía la cola. Una única vez. Sólo duró un segundo pero la pista era clara: «Me estaba diciendo: ‘quiero salir», explica Mónica. A partir de ese día, comenzó a sacar los dos perros, en dos turnos. «Él iba un poco más lento». Seguramente se trataba de un perro que había sido grande y fuerte, pero que ahora estaba mermado a la mínima expresión, marcando todos los huesos y con el pelo deslucido y pobre. «Tenía un andar resignado y triste, con la cabeza baja y la mirada en el suelo. Todas las fuerzas que le quedaban las utilizaba para mantenerse con vida», dice Mónica. Otra pareja, que visitaba la protectora con sus dos hijos, también sacaban a pasear por el patio de la enfermería a los dos perros, que a pesar de las nuevas atenciones, no acababan de ganar peso.

Mónica y su compañero decidieron llevárselos a casa. A ambos porque parecían inseparables. La Protectora les hizo el contrato de acogida, les dieron las instrucciones y medicación para seguir el tratamiento en casa. La pareja adoptante debía hacerse cargo de la comida. Los primeros meses fueron complicados porque costó encontrar un pienso que les fuera bien. Comían muy poco. A pesar de ser unos perros acostumbrados a vivir en el exterior, sabían que tenían que hacer sus necesidades en la calle y se comportaban siempre con educación y respeto por todo, como si hubieran vivido en un piso toda la vida.

Los dos perros se encuentran bajo tutela judicial, por lo que hay que tener una autorización para poder operarlos. «Esta situación lo dificulta y ralentiza todo», se queja Mónica. Además, es la protectora la que debe hacerse de todos los gastos, sin ninguna ayuda de la administración. La medicación, las pruebas o las intervenciones que han tenido que hacer tanto a Misae como a Hiroshi son muchísimas y, al final, Mónica y su pareja también se están haciendo cargo ya que la protectora no puede afrontarlo. Y aún quedan muchas intervenciones pendientes.

Poco a poco, con una mejor alimentación, con cariño y con paseos por la montaña, Misae y su hermano Hiroshi comenzaron a ganar peso y pasaron «de no moverse, a hacer el ventilador con la cola». En un solo mes la mejora era espectacular. Con el paso del tiempo, según explica Mónica, «comenzaron a mostrar efecto, dar volteretas y jugar». Hiroshi ha engordado 25 kilos y Misae 15. Ambos siguen resistiendo, con la ayuda de todas las buenas personas que se han ido encontrando en esta nueva etapa de su vida. Como casa de acogida, quieren agradecer la solidaridad de amigas de lucha que han colaborado económicamente y de amigos que han estado desde el inicio dispuestos a dar una ayuda.

A los dos perros, que por fin han conocido la otra cara de la moneda, la de la bondad, también les queda pendiente resistir y seguir luchando. Pero a los protagonistas de esta historia les ha costado mucho llegar hasta aquí y nadie se plantea rendirse.

Fotos de Hiroshi y Misae en la actualidad (12/05/2020)

Hiroshi

Hiroshi i Misae

El conejo europeo, una nueva especie en peligro de extinción

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha publicado que el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) se encuentra en peligro de extinción. La población de este animal se ha reducido en un 70% en España. Así, el mamífero pasa a formar parte de la Lista Roja de Especies Amenazadas.

La UICN reconoce que el conejo europeo es una especie que se encuentra en una situación de vulnerabilidad, ya que “la densidad de estos animales ha disminuido en España, Portugal y Francia de manera considerable desde 2008”. Es la primera vez que esta especie pasa a estar en peligro de extinción, de hecho, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la situación de estos conejos es muy parecida a la del lince ibérico.

La reducción del número de ejemplares de conejos europeos se debe a las continuas pandemias que sufren. Enfermedades como la mixomatosis o el hemorrágico vírico son la causa de cerca del 90% de las defunciones de este tipo de animales. Otra causa de muerte está relacionada con la agricultura intensiva, responsable de variar el hábitat propio de la supervivencia de los conejos.

Hay que tener en cuenta que el conejo europeo es muy importante para la supervivencia de muchas especies silvestres. Animales como el lince ibérico o el águila imperial se alimentan de los conejos que habitan en los montes, en los campos o en los bosques.

Ante esta situación, el Fondo Mundial para la Naturaleza ha pedido al Ministerio para la Transición Ecológica y al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación la puesta en marcha de un Grupo de Trabajo para la conservación conejo europeo.

Finalizan las II Jornadas Felinas con una gran asistencia y con expectativas cumplidas

Las segundas Jornadas Felinas se celebraron el día 23 de febrero en el Teatro Caja Granada con más de 240 personas procedentes de distintos puntos del país; subrayando la importancia de contemplar los derechos del gato feral, desde la responsabilidad institucional, de protección y de los cuidados veterinarios.

En el acto de bienvenida, se hizo un flashback del año anterior constatando las nuevas actitudes de cara a las colonias felinas y como con la suficiente perseverancia se están forzando cambios normativos.

En la inauguración tuvimos el placer de contar con un vídeo alentador, gentileza de Becky Robinson (presidenta de Alley Cat Allies), y con la mesa de autoridades, compuesta por Joan Capdevila, veterinario, diputado en El Congreso y miembro de APDDA, y La Troupe (Olalla García y Maya Huerta, organizadoras del evento en Granada), donde se agradecía la asistencia y la colaboración recibida.

La Jornada estuvo coordinada por Agnès Dufau, Premio Internacional de Bienestar Felino, autora del libro Estatuto Jurídico del Gato Callejero, y coautora del Manifiesto Felino; dando paso a las diferentes ponencias, mesa redonda provincial y talleres, que abordaron diversos aspectos relacionados con el gato feral y sus especificidades:

La coordinadora de la Comisión de Derecho Animal del Ilustre Colegio de Abogados de Terrasa, Cristina Bécares, impartió la charla “Radiografía de la normativa actual y propuestas de mejora”, denunció que los ayuntamientos no deben escudarse en las normas autonómicas para no cumplir con su obligación de llevar a cabo la gestión de colonias en base a la Ley de Régimen Local.

El miembro de la Association of Shelter Medicine (ASV) y experto en medicina veterinaria de refugios, Gabriel Bustillo, habló sobre “La reubicación de colonias felinas” incidiendo en el efecto vacío que provoca la reubicación y en el riesgo de muerte al que se expone a los gatos.

Cuidar a los gatos para mejorar como personas

En su turno, la psicóloga experta en violencia y activista por los derechos de los animales,Victoria Lacalle, versó sobre “Beneficios psicológicos de las colonias felinas. Del problema a la oportunidad”, donde reveló que el hecho de gestionar y respetar colonias felinas implica el desarrollo de algo tan importante a nivel psicológico como es la Inteligencia Emocional. Además, la protección Animal para los niños y niñas es un factor que disminuye las probabilidades de que se den conductas violentas en la edad adulta. Abogó por como el cuidado de los gatos ferales tiene un impacto tremendamente sano y positivo, no solamente en los propios animales, sino en las personas que lo realizan y en la sociedad en general.

En la mesa redonda, con las representantes de las ocho provincias andaluzas, se actualizó la situación del gato feral. Se dejó de manifiesto como en todas las provincias, se está haciendo un gran esfuerzo para la gestión de las colonias felinas; ya sea de forma particular o mediante convenio con los ayuntamientos, donde en la mayoría de los casos las partidas presupuestarias destinadas a la gestión de colonias son insuficientes.

Se ratificó que la forma más efectiva de intervención es la esterilización de al menos el 80% de gastos de una misma colonia; siendo a su vez la mejor forma de optimizar los recursos económicos. También se puso en evidencia que la mayoría de las ordenanzas municipales no recogían el gato feral y una forma ética de gestión de las colonias felinas; datando algunas de ellas del año 1993. Las representantes de las provincias fueron Silvia Iglesias de Seven Lives y Escuadrón Kat, Verónica Sánchez de Un Gatito Los Barrios, Miriam Mengual del Arca de Noe Córdoba, Cristina Cordero de Maracena Colonias Felinas, Rosa Faustino de Asc. Nueva Estación, M Jesús Sevilla veterinaria de la Clínica Sevilla, Damaris Duran de Asc. AMAN y Encarnación Ranea de CES Utrera.

En los talleres, tras un paréntesis para una comida networtking sin abandonar el recinto, se nos ofreció una perspectiva más practica de actuación.

Mercedes Vara, miembro de Wally Córdoba

La historia del área autogestionada para perros de Can Batlló

Varios barrios de Barcelona, y seguro que de muchas otras ciudades, echan en falta zonas espaciosas en las que las personas puedan salir a pasear junto a sus perros. Zonas en las que los perros puedan correr y divertirse sin molestar a aquellos transeúntes que pasean tranquilamente por la calle. Este problema ya no existe para los vecinos de la Bordeta, ya que ellos mismos se han encargado de habilitar un área autogestionada para perros.

En el presente mes de octubre se cumplen cuatro años del origen del área autogestionada para perros de Can Batlló. Por aquella época, un grupo de unas quince personas del barrio de la Bordeta tuvo la iniciativa de crear un espacio para que los perros pudieran correr y jugar en libertad, y así poner fin a las constantes quejas de los vecinos.

Para ello, los vecinos originarios de esta idea tuvieron que pedir permiso a la coordinadora del territorio de Can Batlló, a quien le rogaron la posibilidad de construir un terreno cerrado con el fin de poder disponer de un espacio exclusivo para perros. Tras una serie de reuniones, los vecinos lograron su objetivo y dispusieron de un terreno obsoleto situado en Can Batlló junto a la zona de aparcamientos libres.

Así, este grupo de vecinos de la Bordeta comenzó a reciclar palets de madera con los que habilitó un recinto de unos 800 metros, una zona con el espacio suficiente para que los perros pudieran estar en su libre albedrío sin molestar a nadie.

Alejandro Barrera es una de las personas que acude cada día con su perro a esta zona autogestionada y nos explica las principales características del territorio habilitado por los vecinos de la Bordeta. “Es un lugar con mucho espacio para que los perros puedan correr. Además, el lugar dispone de una fuente con agua, diferentes juegos para los perros, plantas de decoración, papeleras para depositar los excrementos y también tiene espacios de sombra para los días más calurosos en verano”.

Los vecinos nos explican también el trabajo que realizan para mantener el terreno de la mejor manera posible: “Nosotros mismos somos los encargados de la limpieza, mantenimiento y mejoras de la zona. Cuando creemos oportuno que algo tiene que cambiar, nos reunimos y decidimos los cambios entre todos”.

Por otro lado, los vecinos de la Bordeta valoran el espacio para perros de Can Batlló como un punto de encuentro social. “En el área podemos dejar suelto al perro sin tener miedo a que salga corriendo a la calle o pueda perderse. A la vez, es un punto de encuentro diario con un grupo personas con el que pasamos el rato”.

Por último, los vecinos que acuden al área autogestionada de Can Batlló recomiendan este tipo de espacios autogestionados para los perros de los demás barrios, ahora bien, avisan de la necesidad de una implicación por parte de todos: “Lo importante es que haya personas que se impliquen y que dejen implicarse a los demás. Entre todas las personas del área hay que perfilar unas normas para una convivencia correcta y un buen mantenimiento de la zona”.