Estos son los alimentos que nunca puedes dar a tu gato

La correcta alimentación es una de las claves para el bienestar de los gatos. Para muchos veterinarios es realmente preocupante observar como cada día hay más pacientes felinos que presentan patologías de orígenes etiológicos causados por una alimentación inadecuada.

Para que los gatos crezcan sanos hay que proporcionarles una alimentación equilibrada. Estos animales son carnívoros, los nutrientes de origen animal son indispensables en su dieta ya que el metabolismo de los felinos requiere de una gran cantidad de proteínas y grasas procedentes de la carne o de pescado.

Por tanto, a diferencia de los perros y los humanos, los gatos no son omnívoros, por lo que hay ciertos alimentos a los que no están acostumbrados a ingerir y que probablemente no podrán procesar de forma adecuada. Asimismo, hay que saber que el hígado de estos animales es mucho menos efectivo en la función de eliminar toxinas.

Te ofrecemos una lista de alimentos que nunca debes dar a tu gato:

• Leche: El sistema digestivo del gato, una vez destetado, empieza a no tolerar la lactosa. Su ingesta puede provocarle diarreas y vómitos.

• Huesos y espinas: Las espinas de pescado y los huesos, sobre todo los de ave, se rompen fácilmente y esto puede provocar heridas y obstrucciones.

• Cebolla: Contiene unas sustancias que eliminan los glóbulos rojos de la sangre y provocan anemias hemolíticas.

• Aguacate: Contiene una elevada cantidad de grasa, con lo cual puede llegar a provocar tanto pancreatitis como serios trastornos intestinales.

• Cafeína: Puede provocar serios problemas en el sistema nervioso y cardíaco del gato, así como vómitos, diarreas e incluso la muerte.

• Pasas y uvas: Pueden llegar a provocar fallos renales.

• Productos azucarados: Son perjudiciales para su salud.

• Frutos secos: Pueden llegar a provocar fallos renales, vómitos, diarreas y problemas digestivos en general.

• Chocolate: Es altamente tóxica, contiene teobromina, una sustancia muy perjudicial y muy difícil de eliminar.

• Carnes saladas y embutidos: Demasiada cantidad de sal en su organismo podría provocarle hipertensión y graves problemas sistémicos.

Fuente: AMIGO y redacción Animalados

Diez consejos para ir a la playa con tu perro

Este es el Decálogo del buen Beach dog. Si queréis ir a la playa con vuestro perro, seguid estos consejos:

  1. Llevar cantimplora para que beba mucha agua. Los perros no sudan, se refrescan jadeando, pero lo que eliminan al hacerlo es vapor de agua, por eso también se deshidratan aunque no suden. Si no le gusta mucho el agua, podéis llevar caldo suave de pollo fresquito en la  
  2. Ofrecer alimentos ricos en agua como frutas o gelatinas saborizadas sin azúcar.
  3. Evitar el bozal, y si lo tienen que llevar, que sea uno grande y adecuado que le permita abrir bien la boca y sacar la lengua para jadear.
  4. Meterse en el agua con frecuencia es una buena manera de refrigerarse.El agua de mar es buena para la piel, pero al regresar a casa mejor una ducha para eliminar el salitre y la arena acumulada.
  5. No rasurar el pelo al cero para que vaya fresquito: el pelo confiere protecciónde la radiación ultravioleta y evita el sobre calentamiento de una piel que al no sudar se calienta más rápido.
  6. Sombrilla y palas: Cavar un buen hoyo en la arena buscando el frescor de la arena profunda o tumbarse a la sombra de una sombrilla son recomendables para mantenerse fresco, sobre todo para los perros que no se bañan.
  7. Está bien llevar un freesbe, pelota o similar para jugar un rato con tu perro, pero no es recomendable hacer ejercicio físico intenso a las horas de más calor.
  8. La arena de la playa a ciertas horas está muy caliente, si tu perro tiene las almohadillas de manos y pies duras y curtidas no será un problema pero si las tiene blandas y delicadas pueden erosionarse y molestarle. Existen pomadas, ungüentos y todo tipo de productos a base de aloe vera que sirven para endurecer y preparar las almohadillas para situaciones especiales, diferentes a los paseos diarios urbanos. Se deben empezar a aplicar un par de semanas antes.
  9. Llevar bolsas para recoger las heces que puedan hacer en la arena.
  10. Kit de educación básica: chuches, premios y recompensas. Todos los perros en la playa y en cualquier espacio público deberían al menos responder a la orden de llamada, obedecer la orden de sentarse/tumbarse y la de estarse quietos. Es tu responsabilidad que no molesten a los demás. Si todavía no lo has conseguido necesitarás también una cuerda o correa larga para que se pueda mover, pero limitarle el acceso a zonas conflictivas.

Artículo de Ignacio del Moral, veterinario de Clinivet.

Guía para el buen animalista: un consumo que no dañe a los animales

Se cree erróneamente que el animalismo es tener un cariño especial a cierto tipo de animales o alegar que se prefiere a los animales sobre los humanos. El animalismo va mucho más allá, el animalismo es mucho más exigente, profundo y transformador. El animalismo es un compromiso que equipara los derechos de los animales no humanos a los propios. Como aspirante a animalista total, debes saber que tu meta es ser vegano y antiespecista.

Las personas veganas son aquellas que optan por productos y actividades libres de maltrato animal. Las antiespecistas son las que no discriminan a otros seres en función de la especie a la que pertenecen. Ser vegano y antiespecista, en otras palabras, un “perfecto animalista”, se consigue al culminar un proceso que requiere acumular mucha información y cuestionar, no sólo intelectualmente, muchos de los hábitos mayoritarios. Para tomar las decisiones de manera correcta y continuada es importante enfocar la transformación como una ganancia o una liberación, no como un sacrificio y aún menos como una pose.

Dejar de comer productos de origen animal puede ser la primera etapa de un largo trayecto. El siguiente paso es abandonar los lácteos, los huevos y la miel. Quien ame a los animales no sólo deja de comer carne si no que se libera de consumir productos que los animales producen para ellos mismos: ¡no para que se lo arrebatemos!

Es popular la vertiente gastronómica del veganismo pero va mucho más allá. Un vegano no usa productos obtenidos de la explotación animal. Los zapatos, la correa del reloj, el cinturón, el monedero, el bolso o el maletín,… son algunos ejemplos de productos cotidianos vinculados a la explotación animal porque suelen ser de cuero.

También algunas prendas del hogar son de lana en sus muchas variantes, de seda o de pelo o con plumas como algunos edredones y cojines. Date cuenta si en casa tienes adornos de marfil, de carey. Las velas tanto las de cera de abeja como las de glicerina no son veganas. En todo ello hay un porcentaje significativo de sufrimiento animal. No es imprescindible que te deshagas de cosas que te sirvan realmente pero cuando tengas que reponerlas consume en coherencia con tus nuevos valores.

Tirar todo lo que descubres que puede estar vinculado a la explotación animal es poco ecológico y para proteger a los animales hay que cuidar del medio ambiente. Lo que ya tienes hazlo durar, tarda en reponerlo y cuando lo hagas que sea vegano. Una buena aliada del animalista total es la lupa: conocer al dedillo las etiquetas de composición de las cosas es muy importante. ¿Sabes que la laca de uñas permanente, los preservativos y las manzanas más brillantes del supermercado no son veganos? Las primeras llevan una cera que se obtiene de insectos, los segundos deben su suavidad a una proteína de la leche llamada caseína y el brillo se consigue con goma laca comestible proveniente de peces. Por esto y mucho más hemos dicho antes que informarte, leer y empollarte las etiquetas es imprescindible para ser vegano.

Demasiados productos de uso cotidiano han sido experimentados con animales o contienen productos de origen animal. Cuanto más sepas mejor podrás esquivarlos y más cerca estarás de los sustitutivos si es que te hacen falta. En Estados Unidos sobre todo hay toda una industria que imita productos animales que pretenden satisfacer a los nostálgicos del consumismo omnívoro incómodos con el maltrato. Las ferias veganas tienen un éxito considerable por que facilitan la identificación de productos alternativos de un modo atractivo.

Gos i humà amics Animalados

Otro ejemplo claro son las atracciones turísticas o de tiempo libre que implican a animales, como los zoos, los espectáculos, las demostraciones de destreza, los pasacalles o las fotos con animales salvajes. La sensibilidad hacia los animales te hará ver de otra manera la caza, la pesca, la ganadería especialmente la intensiva, e incluso la experimentación. Es importante descubrir los entresijos de las distintas prácticas aunque emocionalmente pueda resultar muy duro. Sólo saber en profundidad lo que les pasa a los animales te da herramientas para consolidar tu opción y defenderla frente aquellos que te acabarán preguntando por tu nuevo estilo de vida.

Conforme vas aumentando el grado de empatía con el animal dejas de ver con agrado las actividades con animales, si implican un respeto y un bienestar suficientes para el animal. Frente a un ser de otra especie el animalista debe plantearse: ¿Está cómodo?, ¿tiene hambre?, ¿sed?, ¿frio?, ¿calor?, ¿miedo?, ¿se comporta libremente, según su naturaleza o está condicionado?, ¿Si pudiera elegir estaría en este lugar comportándose así? Si te haces todas estas preguntas probablemente dejas de ver romántico un paseo en calesa, o cabalgar, descartas darte un baño con delfines o te niegas a subirte en un camello en Lanzarote o en Jordania o en Egipto, o en Elefantes en Tailandia por ejemplo. No te haces selfies con serpientes, loros, felinos o simios.

Un animalista no convive con peces, aves, reptiles, anfibios ni mamíferos a no ser que sean individuos rescatados que necesiten el amparo del ser humano. Los perros y los gatos pertenecen a especies con la que llevamos más de 10.000 años de camino recorrido juntos, eso explicaría el gusto de la mayoría de sus individuos por sumarse a nuestras familias. Un animalista no puede aceptar la instrumentalización de ningún animal: no existen animales de trabajo, ni de asistencia, ni de seguridad, ni de granja,… cada animal tiene valor per se. Ni su presencia, ni sus acciones ni su cuerpo deben ser utilizados. Tampoco pueden ser producto de lucro, la compra y venta de animales resulta aberrante como lo es la compra y venta de personas.

Tus elecciones de consumo hablan de ti y conforme te vas informando van haciéndose más sutiles. Puedes comprar un producto vegano de una marca y despreciar el de otra porque esta segunda la produce un holding de empresas que no respeta el principio de creación y elaboración sin maltrato animal. Pasados los años una persona vegana puede seguir sorprendiéndose con la composición nada inocente de productos en los que de alguna manera se participa de la explotación animal: el carmín de los pintalabios proviene de machacar cochinillas y algunas piezas chinas de menaje contienen huesos machacados. Hay que sustituir la impresión de que tal producto no ha perjudicado los intereses de ningún animal no humano por la certeza de que efectivamente no ha sido así. Recuerda lo que ha pasado con el aceite de palma, consumir productos elaborados con este aceite es promover la destrucción del hábitat de, por ejemplo, los orangutanes. Tras un aderezo de origen vegetal reposa la culpa de casi un exterminio.

Valora si tu trabajo, o la actividad con la que te ganas la vida interfieren de algún modo con los derechos de los animales y toma la decisión que sea más consistente. Hay personas que cambian de trabajo o modifican sus prácticas para sintonizar con los valores animalistas es clásico en peluquería, entre los tatuadores, diseño de moda, pintores o decoradores por ejemplo. Personas que antes entrenaban animales, los utilizaban, los vendían vivos o muertos, llega un día que dejan de soportarlo. Otros profesionales con una implicación menos directa pero de gran impacto también varían al hacerse animalistas. No son pocos los maestros de primaria que desechan los estereotipos de dominación especista que inculcan muchos libros infantiles de uso común y aprovechan los cuentos para infundir respeto real por los animales.

Gracias a la comunicación respetuosa de la necesidad de opciones veganas en cantinas estudiantiles, en comedores de empresa, en caterings colectivos estas van apareciendo. Si antes sólo podías comer ensaladas y gazpacho fuera de casa ahora muchos menús exhiben humus, soja y hamburguesas veganas. A la hostelería convencional le queda mucho por descubrir del potencial de las verduras, las legumbres, los cereales, las algas y las frutas, en la medida que vamos pidiendo y se va haciendo rentable los empresarios se adaptan, sobre todo si eres cliente habitual. La dieta mediterránea ancestral contemplaba el consumo de carne de modo ocasional.

Escapa't amb el gos Animalados

Hasta ahora hemos hablado de “dejar de dañar” a los animales como parte del camino hacia el veganismo y antiespecismo. Es probable que se te presente la diatriba entre abogar por el abolicionismo o por el bienestarismo. El abolicionismo considera que no hay ninguna mejora en el bienestar animal que podamos llevar a cabo que justifique el sentido de propiedad y dominio que ejerce el humano sobre las otras especies. El bienestarismo legitima la propiedad y cría de animales siempre y cuando se incremente significativamente la satisfacción de las necesidades de estos.

Un ejemplo de abolicionismo sería la conversión de las granjas en santuarios y la suspensión de la producción y el lucro derivados de los animales y un ejemplo de bienestarismo sería el mantenimiento de las granjas priorizando el bienestar de los individuos sobre el rendimiento económico. Un cierto tipo de bienestarista puede llegar a cuestionar si un ser que ha tenido una vida feliz puede ser consumido tras haber sido matado de manera rápida e indolora. La premisa animalista es la ausencia de sufrimiento animal y dar consistencia a la acepción de humano que nos tilda de “comprensivos, sensibles a los infortunios ajenos”.

Si tu convicción y tu conocimiento te mueven a querer ir más allá de no dañar a los animales y quieres protegerlos tienes muchas opciones de colaboración. La más simple puede ser contribuir con el pago de una cuota de socio de una asociación o fundación o puedes apadrinar un animal. También puedes hacer voluntariado y en lugar de aportar parte de tu salario puede ofrecer tu tiempo o tu talento. Hay un sinfín de refugios y protectoras que necesitan personas que hagan tareas con contacto directo con los animales acogidos, tareas telemáticas o comerciales. Una organización bien montada puede asignarte una tarea ajustada a tus posibilidades si realmente estás comprometido y demuestras responsabilidad. Otra modalidad es participar en manifestaciones y eventos reivindicativos y formativos. Muchas mejoras sociales se han conseguido gracias a la movilización colectiva. Explora las múltiples opciones existentes y sé tan cuidadoso y selectivo con tu tiempo y tus palabras como lo eres con tu plato, con tu hogar y con tus relaciones con los animales humanos o no humanos.

Para saber más, puedes invertir tiempo en leer los cada vez más numerosos ensayos que abordan el tema desde Singer y su “Liberación Animal”, a Herzog “Los amamos, los odiamos y los comemos”, Joy y su “Porque amamos los perros, nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas” o “Un paso adelante en defensa de los animales” de Oscar Horta, como unos pocos ejemplos introductorios. Si os queréis meter en harina todo lo que publica la editorial Ochodoscuatro es muy estimulante. También te irá de lujo empollar recetarios veganos sobre todo porque multiplican exponencialmente el disfrute no culpable de tus sentidos.

Emma Infante, Futur Animal

El Husky Siberiano

Es una de las razas más antiguas de perro y la que más similitudes conserva con los lobos, sus antepasados. No es una raza desaconsejable para tener como animal de compañía pero necesitan espacio, un clima apropiado y mucho movimiento

El Husky Siberiano es la raza que más recuerda al abuelo de todos los perros: el lobo. No en vano, según los análisis de ADN, se trata de una de las razas de perro más antiguas del mundo. Aun así, no se reconoció por la Federación Cinológica Internacional hasta el año 1995. El Husky Siberiano proviene del noreste de Siberia (Rusia) y a pesar de ser una buena mascota, originariamente, el Husky Siberiano es un animal de trabajo y no tiene rival a la hora de estirar los trineos para la nieve. Además de la famosa competición deportiva Pirena, el uso de los trineos ha sido clave para garantizar la movilidad de tribus y poblados que viven aislados en zonas de alta montaña y donde sólo tienen la nieve como paisaje. Es en estos lugares tan inhóspitos y difíciles de sobrevivir donde el Husky Siberiano se ha ganado, a base de esfuerzo, el reconocimiento del que hoy puede presumir.

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS

El Husky es un animal rápido y ligero. Los machos de esta raza pesan entre 20,5 y 28 kg mientras que las hembras oscilan entre los 15,5 y los 23 kg. Ningún perro es aconsejable que tenga sobrepeso, como ocurre con las personas, pero los Huskies es especialmente importante que se mantengan en su peso adecuado.

Una de las grandes características de los Huskies es su pelo, que es doble. Por la parte más cercana al cuerpo del animal es lanoso y suave y suficientemente largo para mantener la segunda parte del pelo, más recta y delgada. Como si se tratara de una chaqueta de invierno, los Huskies tienen un pelaje que mantiene la temperatura de la piel por la parte de dentro y que los aísla del agua y del viento por la parte de fuera.

La cola recuerda a la de un zorro, bien cubierta de pelo, y se levanta por sobre la espalda dibujando la forma de una hoz.

ES ACONSENLLABLE COMO PERRO DE COMPAÑÍA?

El Husky Siberiano es amigable y gentil y no es un perro que se muestre especialmente agresivo con los desconocidos o con otros perros. No está acostumbrado a tener que vigilar la casa. Es un perro más bien extrovertido, muy inteligente pero también muy terco. Tiene las capacidades intelectuales para aprender muchas cosas pero hay que tener mucha paciencia. Es una raza que necesita espacio, excursiones a la montaña, nieve, y mucho movimiento. En ningún caso debería estar en manos de una familia sedentaria.

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Consejos para viajar con el perro

Antes de comenzar un viaje hay que tener en cuenta algunos preparativos veterinarios, legales como el pasaporte y también para ayudar a que el perro esté más tranquilo.

Cada vez que nos vamos de casa unos días o de vacaciones nos preguntamos lo mismo cuando planificamos el viaje: ¿qué hacemos con el perro? ¿A quién se lo dejamos? Pues tu perro puede viajar sin ningún problema contigo por la geografía catalana y española y también por la mayoría de países extranjeros. Incluso fuera de nuestras fronteras podrás comprobar el buen trato que reciben tus mascotas en el extranjero. Antes de hacer un viaje con tu perro debes tener en cuenta una serie de requisitos que deberá cumplir, sobre todo si viaja al extranjero, y algunas recomendaciones para que el desplazamiento en caso de que sea en avión o barco no sea traumático para tu animal.

Aquí tienes algunos consejos para que viajar con el perro sea cómodo y fácil.

Pasaporte europeo canino

Es un documento necesario para perros, gatos y hurones para viajar por los países de la Unión Europea (UE) que te será facilitado por tu veterinario después de hacerle una revisión. Para viajar es necesario que tu perro esté identificado por medio de un sistema electrónico de identificación y correctamente vacunado, sobre todo contra la rabia. Algunos países como Irlanda, Malta, Suecia, Finlandia o Reino Unido piden también que tu mascota haya sido sometida a una valoración de anticuerpos contra la rabia por un laboratorio autorizado. El pasaporte se formalizará en la lengua oficial del estado de la UE donde se haya emitido y en inglés; Para obtenerlo se deberá pagar una tasa que cada gobierno determinará.

Los estados miembros de la UE pueden autorizar a entrar animales jóvenes de menos de tres meses sin vacunar bajo determinadas condiciones. Si quieres viajar a otros países, en este enlace de la compañía aérea Air Europa, tienes información detallada sobre las condiciones que debe cumplir tu mascota para viajar en avión por Europa y otros países de América y África.

 

¿Cómo preparamos el perro antes de iniciar un viaje?

Antes de salir de viaje con tu perro hay que tomar una serie de medidas para que el traslado de tu animal en el lugar de vacaciones sea lo menos estresante y traumático para él, en especial si es la primera vez que viaja. Estas son algunas recomendaciones:

– Dale un baño antes de salir para evitar que huela mal y pueda molestar a otros pasajeros.

Transmítele tranquilidad durante el día de preparación del viaje. Si estás nervioso, él lo notará. Debe notarse lo menos posible que es un día diferente a cualquier otro.

-Si tienes que ir en avión reduce la cantidad de comida el día anterior y dale suficiente agua. Dos horas antes de entregarlo a la compañía aérea o naval, dale una comida ligera.

-Consulta con el veterinario si es necesario que tome algún tipo de medicación para evitar mareos. No le des sedantes ni tranquilizantes si debe viajar en avión.

Acostúmbralo a estar en la jaula o el contenedor con el que tendrá que viajar durante cierto tiempo antes de iniciar el viaje. Le dará tranquilidad y se sentirá cómodo y seguro a la hora de emprender el trayecto.

-En caso de que viajéis en avión o en barco, da un paseo con él antes de salir hacia el aeropuerto o el puerto y otra vez antes de hacer el check-in.

Incorporar la manta o la almohada donde duerme o alguna otra pertenencia suya como el recipiente donde come para que reconozca el olor. Colocar uno de sus juguetes preferidos dentro de la jaula, también el calmará si no estás a su lado durante el viaje.

-Si tienes que entregar en la sección de carga de un avión o un barco, hazlo con naturalidad y calma.