La solidaridad por Sota provoca una movilización sin precedentes
La reacción ciudadana contra la muerte de la perra Sota por un disparo de la Guardia Urbana el pasado martes no tiene precedentes: se han organizado diversas manifestaciones y se han recogido cerca de 500.000 firmas pidiendo la suspensión del agente que disparó el tiro mortal. Pero mucha gente, dolida e indignada, también ha iniciado una campaña de presión contra el hotel que hay cerca de donde ocurrieron los hechos, ya que una ciudadana dijo a través de las redes sociales que eran ellos los que habían avisado a la Guardia Urbana. «Nos llaman unas 300 veces al día para insultarnos y amenazarnos», explicó a Animalados el director del Hotel Ayre, que tras la experiencia prefiere que no se publique su nombre. «Nosotros no avisamos a la Guardia Urbana. De hecho, nunca hemos llamado a la policía cuando alguien duerme en frente del hotel, porque nunca hemos tenido ningún problema con ellos, pero es que esta vez, además, el chico y la perra ni siquiera estaban delante de nuestro hotel «, precisa.
Tanto el atestado de la Guardia Urbana como el mismo chico coinciden en que los agentes pasaban por la calle cuando decidieron pedir al joven sintecho que se identificara y atara al perro. Pero aunque todo el mundo coincida en resaltar que el Hotel Ayre no ha tenido nada que ver con los hechos, la situación «es cada día peor». La manifestación del sábado comenzó en la céntrica plaza Sant Jaume de Barcelona y terminó delante del hotel, que tuvo que ser protegido por los Mossos.
Una trabajadora del hotel explicó que tienen miedo de responder al teléfono, que reciben llamadas incluso de América Latina y que han llegado a decirle que deberían violarla como La Manada.
Desde Animalados esperamos que esta noticia revierta la escalada de tensión. Reclamamos que es imprescindible que se investiguen los hechos y que el agente sea suspendido si así lo determina la justicia. Hay demasiados testigos que coinciden en que el comportamiento de la perra no fue tan violento como aseguran los agentes para justificar su letal reacción. Pero las trabajadoras del hotel no tienen ninguna culpa.
La solidaridad por Sota provoca una movilización social sin precedentes
La muerte de Sota, abatida por un disparo de un agente de la Guardia Urbana, no ha dejado indiferente a los amantes de los animales. Algo más de 3.500 personas (según datos oficiales del Ayuntamiento) se manifestaron el pasado sábado en la Plaza de Sant Jaume reclamando “justicia para Sota”.
Las personas que asistieron a esta masiva protesta portaron todo tipo de pancartas en las que se podían leer mensajes como “políticos potencialmente peligrosos o “basta ya de maltrato animal”. También se entonaron diferentes cánticos de protesta en contra de los hechos sucedidos el pasado 18 de diciembre en la Gran Vía en los que se tachaba de “asesino” al agente urbano que propició la muerte del animal.
El caso de Sota ha traspasado las fronteras de la ciudad condal y ha generado movilizaciones en otras ciudades de España. Bilbao, Madrid o Valencia han sido algunos de los territorios que se han solidarizado con la causa y que también han pedido “justicia para Sota”.
A través de la página web change.org también se ha iniciado una petición particular en la que se solicita la “inhabilitación al policía que ha matado de un tiro a una perrita inofensiva”. Esta iniciativa dirigida al Ayuntamiento de Barcelona pretende conseguir 500.000 firmas. No ha pasado ni una semana de los hechos y ya son más de 460.000 las personas que han decidido rubricar la petición.
Además, cerca de 200.000 personas han firmado un manifiesto del Partido Animalista Contra el Maltrato Animal en el que se exigen responsabilidades por la muerte de la perra. PACMA estuvo presente el pasado sábado en la concentración celebrada en Barcelona donde denunciaron “explicaciones confusas y corporativas por parte de la Guardia Urbana con el objetivo de tapar el escándalo”.
Concentraciones en las calles, peticiones on-line, protestas a través de las redes sociales… El caso ya se encuentra en los juzgados y todavía no conocemos el desenlace de los hechos, pero lo que sí ha quedado claro es que la solidaridad por Sota ha provocado una movilización social sin precedentes.
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