Por unos circos sin animales!
Portugal se suma a la lista de Estados de la Unión Europea que pone fin a los circos sin animales, una lucha que sigue en pie en España
El Parlamento portugués ha dado un importante paso al frente en protección animal al aprobar hace unas semanas la prohibición que pone fin a los circos con animales salvajes en Portugal.
La medida ha sido ampliamente aplaudida no sólo en nuestro país vecino sino también en España y en toda Europa. Y no es porque esta prohibición sea un hecho aislado ni mucho menos; en la Unión Europea son ya 24 los Estados Miembros que han prohibido, o restringido severamente, la utilización de animales en los circos. Es que la sociedad está más que preparada para dar el adiós definitivo a un modelo de espectáculo que hace ya tiempo que quedó obsoleto. Un sondeo de opinión realizado recientemente por YouGov en distintos países de la Unión Europea arrojaba que el 65% de los europeos están en contra de los circos con animales salvajes; una cifra que en España aumenta hasta el 73%.
El resultado de este sondeo de opinión pone cifras a algo que con el tiempo se ha ido haciendo más que evidente. El hecho de que en España contemos a día de hoy con casi 500 municipios donde no se permite la utilización de animales en circos y con cuatro Comunidades Autónomas en las que estos espectáculos están prohibidos, cifras que van además en constante aumento, responde a una demanda social mayoritaria. El camino hacia la desaparición de los espectáculos circenses con animales salvajes ha demostrado no tener color político precisamente porque el rechazo a este tipo de espectáculo es generalizado. Los propios niños, educados cada vez más en el respeto hacia la naturaleza y los animales, se dan cuenta de la incongruencia de este mensaje frente a la imagen de un circo con animales salvajes.
Dentro del mundo del circo la utilización de animales ha quedado relegada a un pequeño grupo de empresarios que, reticentes a adaptarse a la realidad de los tiempos, siguen tratando de retrasar lo inevitable. Solamente 6 circos españoles siguen haciendo uso de animales salvajes en sus espectáculos. Uno de los argumentos esgrimidos por los circos que todavía utilizan animales es que sin estos el circo desaparecerá. Nada más lejos de la realidad. Si algo ha demostrado el circo con el paso de los años es que se trata de un arte vivo, caracterizado por la creatividad y la imaginación, y desde luego muy capaz de evolucionar con los tiempos y prosperar en la sociedad actual.
En el caso de Madrid, el ayuntamiento aprobó una moción en enero de 2017 en la que expresaba la voluntad de dejar de autorizar los circos con animales en la nueva ordenanza municipal. Aun así, el texto todavía no se ha sometido a votación ya que el ayuntamiento prefirió esperar a que se desarrolle el Reglamento de la nueva ley de protección animal de la Comunidad de Madrid, para evitar posibles contradicciones. Casi dos años después, no se ha aprobado ni la ley autonómica ni la ordenanza municipal, y los animales siguen en los circos madrileños.
El circo no está agonizando, prueba de ello es la proliferación en España de escuelas y festivales de circo nacionales e internacionales que cada año atraen a más público y participantes. Las propias escuelas de circo admiten estar experimentando un gran auge en la demanda de formación en distintas áreas circenses.
Lo que está agonizando es el circo con animales, un modelo que tuvo su momento, pero como ha ocurrido a lo largo de la historia con tantas otras prácticas, ha tocado a su fin. El circo con animales está muriendo porque al ciudadano de a pie, totalmente ajeno al movimiento de protección de los animales, la imagen de un león encerrado en una triste jaula aparcada en el parking de un supermercado o un oso disfrazado tocando la trompeta le ha llegado a parecer aberrante. Así de sencillo. En esto consiste el progreso moral de una sociedad.
El circo es magia y fantasía, pero hoy en día también es excelencia técnica, profesionalización, desarrollo artístico. Ya pasó el tiempo de las jaulas y los remolques. Ya pasó el tiempo de los osos montando en bicicleta, los elefantes haciendo el pino o los tigres saltando aros de fuego. El tiempo de un circo cuya imagen suscita fundamentalmente tristeza, por suerte ya pasó.
En prácticamente todos los países de la Unión Europea se está trabajando para que las restricciones en el uso de animales en circos sean cada vez mayores, pero países donde hace tiempo que se prohibieron estos espectáculos todavía tienen que aceptar que los circos con animales puedan atravesar sus fronteras para llegar a los lugares donde aún se les permite actuar. Además, el continuo goteo de prohibiciones nacionales y regionales supone que los circos cada vez deben desplazarse más, con el menoscabo que esto implica para el bienestar de los animales, obligados de esta manera a viajar largas distancias. Esta situación solo tiene una solución posible y es que la Comisión Europea ponga fin de una vez por todas a los múltiples problemas de seguridad, sanidad y bienestar animal, adoptando una prohibición que planea en el horizonte desde hace tiempo.
Es momento de vaciar para siempre las jaulas y dejarlas como recuerdo de épocas más tristes de las que afortunadamente supimos evolucionar. Es momento de dar a los últimos animales de los circos la oportunidad de tener al menos un retiro digno, ya que su vida nunca se la podremos devolver.
Ayúdanos a pedir a la Comisión Europea que prohíba la utilización de animales salvajes en circos en Europa firmando y difundiendo nuestra petición.
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