El Zoo de Miami aplica la eutanasia sobre la jirafa Pongo
La jirafa Pongo, uno de los animales más reconocidos del Zoo de Miami, ha sido sacrificada tras fracturarse dos patas y agravarse posteriormente la herida.
El zoológico de Miami ha comunicado a través de sus canales oficiales que el pasado 4 de enero tuvieron que tomar la difícil y triste decisión de sacrificar a Pongo, una jirafa macho de casi 12 años de edad y 4,87 metros de altura. Pongo era uno de los animales más reconocidos de este parque temático del sureste de Florida.
Pongo había experimentado un dolor cada vez mayor en la pezuña trasera izquierda debido a una pequeña fractura que había sufrido previamente. En un esfuerzo por parte de los especialistas por tratar esa fractura, el animal fue inmovilizado el pasado mes de septiembre. Un equipo especial de veterinarios, así como expertos de tres instituciones diferentes, le realizaron radiografías en los pies, le aplicaron una terapia láser y le colocaron unos zapatos personalizados con la esperanza de que estos tratamientos aliviaran el dolor de la jirafa y curaran su fractura.
Contra todo pronóstico, según informa el Zoo de Miami, la inmovilización fue exitosa y el equipo especial de veterinarios pudo ponerle a Pongo los zapatos personalizados que parecían aliviarle el dolor. El animal inicialmente pudo caminar con normalidad, sin embargo, los zapatos se soltaron en algún momento y tras la pérdida de estos, aparentemente Pongo volvió a lesionarse en la misma zona, agravando aún más sus problemas físicos.
El equipo de Salud Animal del parque realizó una serie de tratamientos con el objetivo de proporcionar a Pongo el máximo confort posible con la esperanza de que se curara sin la necesidad de inmovilizarlo de nuevo. La inmovilización de una jirafa es un procedimiento extremadamente arriesgado debido a su tamaño, por lo que se acordó que solo se llevaría a cabo este proceso una vez agotadas todas las demás opciones.
Desafortunadamente, ninguno de los tratamientos experimentados fue efectivo y se tomó la decisión de volver a inmovilizar a Pongo para realizar radiografías detalladas y, con suerte, poder brindarle un tratamiento exitoso. Lamentablemente, las radiografías revelaron que en las últimas semanas se había fracturado aún más el pie, de manera que era imposible que el equipo de Salud Animal pudiera tratar con éxito al animal. Finalmente, para evitar más sufrimiento en el animal, se tomó la dolorosa decisión de sacrificarlo mientras aún estaba anestesiada.
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