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Perros y petardos

Llega el verano y con él las fiestas populares y las verbenas. Para los animales de companía y también para los que viven en la calle y en los parques, estas fechas de fiestas y fuegos artificiales se convierten en momentos de estrés y angustia. Desde Animalados hemos querido recoger los consejos de Rosa Sagués sobre perros y los de Clara Busquets para los gatos. Empezamos hoy por los canes.

¿Cuáles son los preparativos previos al día de San Juan?

La reacción a ruidos desconocidos es un comportamiento normal (sobre todo como más intensos e imprevisibles son) y lo más probable es que busque un lugar donde esconderse. Normalmente preferirá un lugar pequeño y oscuro, como una madriguera. Algunos perros por ejemplo se esconden debajo de la cama. Otros prefieren la bañera, ya que este material aísla del ruido, los baños además suelen tener ventanas pequeñas y rara vez dan directamente a la calle.

Durante los días previos a la verbena podemos crear en casa un lugar seguro donde pueda refugiarse. Hay que buscar un lugar tranquilo de la casa. Serán mejores las habitaciones interiores de la casa y sin ventanas. Podemos poner su camita y darle cosas para roer o hacerle buscar premios para que se encuentre a gusto en este lugar, siempre de forma muy tranquila.

Si está habituado al transportín podemos utilizar este como refugio, tapándolo con alguna manta o edredón para aislarlo más del ruido y la vibración del aire. Es importante retirar la puerta para que pueda entrar y salir cuando quiera y dejar abierta también la puerta de la habitación por si decide cambiar de lugar.

Si somos unos manitas podemos hacerle expresamente una cabina acústica. En las tiendas de bricolaje encontraremos materiales no demasiado caros que aíslan del ruido. Otra cosa que podemos hacer es habituarlos a los chalecos anti-estrés, o las vendas de Tellington Touch. Tanto en el caso de la zona segura como con los chalecos hay que tener en cuenta que se deben introducir siempre de forma muy progresiva y agradable. Es algo que en ningún caso se puede forzar ya que esto tendría un efecto contraproducente. Si no sabemos cómo realizar la habituación es mejor pedir ayuda a un educador canino.

Ayudaremos también a nuestro perro si hacemos que durante estos días todo sea lo más tranquilo posible y bajamos con él nuestro nivel de exigencia. Debemos procurar que los paseos sean tranquilos y sin tensión de la correa, y tratar de salir a la calle a horas que no haya mucho revuelo. El exceso de control o abuso de actividades que a menudo hacemos con la intención de » cansar » al perro, pueden tener el efecto contrario. Ejercicios de obediencia, salir a correr, el juego brusco con nosotros u otros perros u otros tipos de juego que potencian las pautas predatorias como jugar a la pelota, en especial si no hemos facilitado los períodos de descanso convenientes en medio, aumentan los niveles de estrés del perro y en consecuencia disminuye su capacidad de gestión ante situaciones imprevistas.

A estas alturas muchos perros habrán escuchado ya petardos cerca de casa, y es posible que salgan a la calle más alerta de lo habitual. Si el perro ya no quiere ni salir de casa no debemos forzar, saldremos sólo para sus necesidades y basta. Si el perro ya está muy sensibilizado hay que evitar la exposición a los petardos lo máximo posible, y si es necesario, y si tenemos la opción, una buena opción es irse unos días lejos de estas fiestas. Los miedos se generalizan con facilidad, son como una bola de nieve que puede hacerse más y más grande. Superarlas es un proceso que requiere tiempo y paciencia, y es algo que ahora mismo no podemos improvisar.

¿Los podemos aclimatar ya desde cachorros?

Sí, pero tenemos que saber cómo hacerlo. Cada etapa evolutiva del perro tiene su función, y dependiendo de su estado de maduración habrá cosas que quizás, aunque siempre han estado en un determinado lugar, de repente pueden tener una relevancia especial. Esto hace que haya varios periodos en que es más fácil que adquieran miedos.

Cuando tenemos un cachorro la mejor manera de que se convierta en un adulto seguro de sí mismo es promover su interés natural por el entorno y conseguiremos que así sea si le hacemos conocer las cosas de la forma más amable y progresiva posible, evitando el exceso de control y los métodos educativos basados ​​en el castigo que minarán su confianza en nosotros.

Si somos previsibles y sabemos atender a sus necesidades reales siempre seremos su primera opción, en la que podrán recurrir ante situaciones de peligro. Es posible también que perros de edad avanzada empiecen a manifestar miedo a los petardos. Esto puede ser debido a diferentes factores. Dolor, inestabilidad o deterioro cognitivo son diferentes elementos que pueden causar estrés a nivel físico o psíquico. ya que reducen su grado de autoconfianza y los hacen más sensibles a determinadas situaciones.

También hay que tener en cuenta que determinados perros son más sensibles al entorno por naturaleza, pero también juega un papel fundamental el estado emocional de base en que se encuentren. Por ejemplo perros recién adoptados que todavía no se han habituado al nuevo hogar pueden ser más susceptibles a desarrollar miedo a los petardos.

¿Cómo podemos vehicular su miedo cuando estamos en la calle?

Nuestro primer objetivo debe ser »quitar hierro» a la situación. Si el perro ve que nosotros estamos tranquilos, le estamos ayudando a normalizar este estímulo y cuanta menos importancia le damos menos le dará él.

Si vamos por la calle y nos tiran un petardo cerca lo más normal es que el perro quiera huir. Normalmente querrá volver a casa y es lo que tenemos que hacer: sacarlo de la situación de la forma más calmada posible y acompañarlo hasta su lugar seguro. Por cuestiones de seguridad es importante durante estos días intentar no llevarlo desatado. Podemos utilizar una correa larga para que tenga la mayor libertad posible.

Y cuando estamos en casa… ¿cuál debe ser nuestro comportamiento? ¿Es bueno protegerlos o es mejor dejar que se escondan donde crean seguro?

Lo más importante es respetar su reacción natural, no forzar nada y, sobre todo, evitar ser invasivos. Si el perro quiere esconderse, si ladra o se mueve de un lugar a otro le tenemos que dejar. No debemos intentar corregir o castigar ninguno de los comportamientos que pueda mostrar ante el miedo.

Si busca nuestro contacto o se siente más seguro subiéndose a nuestro regazo debemos responder a su demanda, pero sólo si él lo pide. Es muy importante que él sepa que estamos aquí para ofrecerle nuestro apoyo, siempre de forma muy tranquila y más bien sin dar muestras de afecto exageradas.

Sobre todo tenemos que ser muy conscientes de que nuestro estado emocional incide directamente en el del perro. Nuestra preocupación, aunque sea con la mejor intención, puede ser un factor que puede alimentar la preocupación del perro Si estamos preocupados estamos reafirmando al perro que realmente nos encontramos en un estado de emergencia.

Podemos quedarnos con él un rato en su lugar seguro hasta que se tranquilice. Podemos bajar las persianas y poner música para enmascarar el ruido. Hay músicas específicas que se pueden encontrar a nivel comercial.

¿Son realmente necesarias las pastillas para relajar?

En casos graves los ansiolíticos pueden ayudar a modular la reacción emocional del perro. Reaccionará igualmente, pero se verá afectado con menos intensidad. Antes de utilizar cualquier fármaco hay que valorar siempre si es realmente necesario con nuestro veterinario y nunca administrarlo sin su supervisión para asegurar que la dosificación sea la adecuada a su peso y tamaño, y que el estado de salud del perro lo permita.

Antiguamente se habían utilizado sedantes o relajantes musculares que paralizaban al animal mientras seguía plenamente consciente. Estos además pueden aumentar la sensibilidad auditiva, con lo cual la experiencia puede ser aún más traumática. Hay que evitar este tipo de fármacos.

¿Hay alguna alternativa natural?

Nutracéuticos como el triptófano, normalmente combinado con vitamina B y/o teanina, (Zeus, Kalm-Aid, Adaptyl) o el alfa-casozepina, derivada de la proteína de la leche (Zilkene) pueden ser efectivos pero tenemos que empezar varias semanas antes y ahora mismo ya sería un poco justo. Como siempre, hay que consultar previamente al veterinario.

Podemos ayudar a nuestro perro también con remedios de fitorapia (valeriana, hierba de gato), homeopatía o flores de Bach. Hay que consultar un veterinario de medicina natural para que nos indique las dosificaciones o nos prepare compuestos más adecuados para nuestro perro. Aceites esenciales como la lavanda, pueden ayudar también a crear un ambiente más relajado. Y las feromonas, en difusor o collar pueden ser muy efectivas. Si las utilizamos, el difusor podemos ponerlo también en su sitio seguro unos días antes.

Silvia Esteve

Conoce aquí los mejores consejos para el bienestar de los gatos en la verbena de San Juan.

Las consecuencias de los petardos y las verbenas

 

Desde Animalados hemos querido recoger las experiencias de la noche de San Juan, y de los días previos y posteriores, de diferentes animales. Pensamos que este sufrimiento y el hecho de poner su vida en peligro es completamente innecesario y anacrónico en los tiempos en los que estamos. La pirotecnia debería estar, al menos, regulada, sino prohibida, dados los riesgos que conlleva, tanto para los animales y los bosques, como para las propias personas. A continuación os ofrecemos los testimonios de quienes lo han sufrido y han querido compartir con nosotros su experiencia.

 

Silvia Serra, Presidenta del SPAM (Sociedad Protectora de Animales de Mataró) nos cuenta que «tanto la noche de San Juan como la Fiesta Mayor de Mataró son una pesadilla para los animales«. En estos días les han llegado 15 perros, de los cuales sólo 4 estaban identificados y han podido volver con sus propietarios. En palabras de Serra «Junio es un momento muy malo para que lleguen animales al refugio, ya que en verano es cuando más abandonos hay y menos adopciones llevan a cabo». Además recalca que la ubicación del refugio al lado mismo de la playa ha hecho que se incrementara exponencialmente el nivel de ruido que deben sufrir los animales.

Desde APAEC (Asociación para la Protección de los Animales Exóticos de Cataluña), Tere Rodríguez nos explicaba cómo habían salido la mañana después de la verbena a buscar animales heridos por los parques, como hacen cada año. De su búqueda por el Parque del Palau Falguera de Sant Feliu de Llobregat recogieron 6 pájaros muertos y 4 de vivos, que llevaron al Centro de Rescate Torrefarrussa. ¿Te imaginas el infierno de fuego y ruido que deben sufrir los pájaros y otros pequeños animales? ¿El pánico que deben pasar al ver cómo se queman sus nidos? Ofrecemos imágenes de uno de los que sobrevivió y de unos árboles de la plaza Massanas en Virrei Amat, Barcelona.

Por su parte Yolanda Van Amesforr, de Gats de Gracia, nos comenta que «los gatos estaban aterrorizados y escondidos. En una de las colonias no comieron en dos días«. Pánico compartido por todos los felinos que viven en colonias cercanas a centros urbanos, como nos decía Magda Giol de Barcelona Gat i Gos. Desde otra colonia, que no han querido revelar su ubicación por miedo a que dañen a sus gatos, nos han enviado estas imágenes. Por suerte ningún gato ha resultado herido, pero de milagro, como podréis ver.

Cuando hemos preguntado a las compañeras de Udols, Asociación para el Bienestar del Perro Urbano, nos han dicho que tenían muchos casos de gente que necesitaba su ayuda como educadoras para intentar hacer más pasables estos días de fiesta. Carmen Llusa, propietaria de Chispa, es una de esas personas que ha necesitado los consejos de Udols. Nos explicaba sobre la perrita que «en casa le pongo un pañuelo en la cabeza y la camiseta anti-ansiedad y así puede ir haciendo. Pero no se separa de nosotros. Puede estar sin hacer pipí desde las 8 de la noche hasta la madrugada. No quiere salir del portal «. El caso de Chispa ya es grave, pero debemos tener en cuenta que hay perros que han quedado paralizados del miedo o han llegado a sufrir un ataque al corazón.

Como ya hemos dicho al principio del artículo, ¿es necesario todo este sufrimiento? Celebrar una fiesta debería ser algo bonito, que no causara daños ni miedo a nadie. Una noche de celebración no debe ser una noche de angustia.

Las cifras también hablan por sí solas cuando preguntamos a los veterinarios. Desde la Clínica Veterinaria Animalia Barcelona, David Pumarola, su director, nos cuenta que en los días previos y la noche de San Juan se han recibido más de cien llamadas relacionadas con el miedo a los petardos. Algunos tuvieron que recurrir a medicación tranquilizante dado el alto nivel de angustia.

Por suerte, hay municipios que han antepuesto el bienestar y la seguridad de todos sus residentes, humanos y animales, y la seguridad del bosque que tienen alrededor, a la consumación de una tradición. En Bigues i Riells han prohibido este año los petardos y las hogueras populares.

Hemos querido preguntar al ayuntamiento cuál es su valoración sobre la medida. Aurora León, de Alcaldía y Protocolo, nos ha dicho que «la reacción de los vecinos ante la prohibición fue, en general, positiva. La gente está muy concienciada con los incendios que sufrió la comarca en 1994 y que afectó directamente a Bigues i Riells. Hace 2 años se conmemoraron los incendios y las riadas del 94 y suponemos que todavía está muy presente. la tarde de la verbena fue tranquila y por la noche se escucharon petardos pero muchos menos que otros años. » Desde Animalados aplaudimos la iniciativa y también hacemos patente que la prohibición ha sido bien aceptada por su población.

Otro San Juan, otras fiestas son posibles. En la época en la que vivimos y en la que disfrutamos de tantas novedades tecnológicas, ¿no sería fantástico poder disfrutar de la luz y el color, sin el fuego ni el ruido, sin el miedo ni el sufrimiento?

 

Silvia Esteve

Foto de portada Maria Lluïsa Gispert