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El 20% de los perros recogidos por las protectoras no se adoptan

La Fundación Affinity ha informado que cerca del 20% de los perros que llegan a las protectoras españolas cada año no llegan a ser adoptados.

Según indica el último estudio de la Fundación Affinity sobre el abandono y la adopción en España, en 2020 se recogieron en nuestro país alrededor de 286.000 perros y gatos, de los cuales unos 51.000 permanecieron en el refugio a la espera de una segunda oportunidad. Una tendencia que se va manteniendo a lo largo de los años.

Concretamente, en 2020 las protectoras recogieron alrededor de 162.000 perros en España. De estos, el 49% fueron adoptados, el 16% se devolvieron a sus familias gracias al uso del microchip y otro 6% se alojaron en casas de acogida. Por el contrario, un 20% de los canes habría permanecido en el refugio esperando a ser adoptados.

Por otro lado, en 2020 las protectoras recibieron la llegada de cerca de 124.000 gatos. El 43% de estos felinos consiguieron ser adoptados, mientras que un 14% fueron ubicados en colonias y otro 10% en casas de acogida. No obstante, un 15% permanecieron en el refugio.

Los datos indican que el volumen de adopciones en España está estancado

Los datos indican que el volumen de adopciones en España está estancado, ya que se mantiene en niveles muy similares a los observados en los últimos cinco años. Una situación muy parecida a la de la cifra de animales abandonados, que también se mantiene en el tiempo sin apenas cambios.

A la hora de adoptar un perro o un gato, las familias suelen tener preferencia por un cachorro. En el caso de los perros, un cachorro pasa de media unos 3,2 meses en la protectora antes de ser adoptado, mientras que en el caso de los adultos asciende hasta los 9,6 meses. Las cifras son muy parecidas también en el caso de los gatos: los cachorros pasan una media de 2,6 meses en la protectora, mientras que los adultos pasan una media de 9,7 meses.

Según Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity, “la adopción de animales adultos y seniors está menos demandada, y por consecuencia estos animales acaban pasando más tiempo en las protectoras e incluso pueden llegar a quedarse toda su vida”.

Ante la falsa creencia de que un perro adulto ya no podrá integrarse de la misma manera en una nueva familia, Buil asegura que no es así: “adoptar animales adultos o seniors puede ser una opción excelente para muchos tipos de personas o de familias, ya que estos animales se pueden educar igual que un cachorro, tienen menor nivel de actividad y pueden integrarse en la familia y crear un fuerte vínculo con sus miembros”.

Los datos muestran una cierta preferencia por adoptar animales pequeños o de una determinada raza

Además de preferir cachorros, los datos también muestran una cierta preferencia de las familias por adoptar animales pequeños o de una determinada raza, que además estén sanos. Los animales que están enfermos pasan una media de 3,9 meses más en la protectora. Además, los perros considerados de raza potencialmente peligrosa también pasan más tiempo en el refugio. Un cachorro pasa de media 3,2 meses en la protectora, mientras que en los perros adultos la cifra asciende hasta los 11,2 meses.

En 2020 el 23% de las personas o familias que estaban interesadas en adoptar, no lo hicieron al no encontrar un animal de un tamaño o raza concreta. “Es muy importante escoger qué tipo de animal adoptamos, ya que éste debe adaptarse a nuestro estilo de vida y ser compatible con él. Pero esto lo determina mucho más el carácter de cada animal que su raza o tamaño. Es importante dejarnos guiar por el personal de las protectoras, conocer a los animales y tomarse el tiempo necesario antes de adoptar”, asegura Buil.

Málaga alcanza el objetivo del sacrificio cero en el Zoosanitario Municipal en 2021

El Ayuntamiento de Málaga ha comunicado que durante el 2021 tan solo se sacrificaron 33 animales en la protectora municipal, todos ellos por causas estrictamente sanitarias.

Llegan buenas noticias desde Málaga. El Centro Zoosanitario Municipal de la ciudad de la Costa del Sol ha alcanzado durante el 2021 el objetivo del sacrificio cero. Durante el año 2011 la cifra de sacrificios de animales alcanzó los 1.982, mientras que en 2021 se han sacrificado 33 animales, todos ellos por causas estrictamente sanitarias, lo que supone un descenso del 98%.

“El descenso de ingresos de animales en el Centro Zoosanitario ha sido el principal factor para la reducción de sacrificios”, explica Gemma del Corral, concejala del Área de sostenibilidad medioambiental. En 2021 ingresaron en el centro un total de 993 animales, 544 perros y 449 gatos, siendo en 2011 un total de 3.621 los animales introducidos. Se ha producido una reducción del 73% de ingresos. Hasta 797 animales salieron para adopción, rescate de sus propietarios o fueron cedidos a otras instituciones.

Del Corral ha señalado que “el incremento de la concienciación y educación ciudadana ha sido un factor muy importante para el descenso de abandonos e ingresos de animales en el centro municipal”. En 2021, 310 perros fueron entregados por sus propietarios frente a los 1.594 de 2011, un 81% menos. En el caso de los gatos, los servicios municipales recogieron en la vía pública un total de 299 gatos en 2021 frente a los 1.020 de 2011, lo que supone un 71% menos.

El Sacrificio Cero es uno de los principales objetivos que ha recogido el programa de gobierno de Málaga en los últimos mandatos en materia de bienestar y protección animal. Del Corral considera que haber alzando esta meta “es resultado directo del trabajo que se ha desarrollado durante los últimos diez años por parte de los técnicos y responsables del Área de sostenibilidad medioambiental y el compromiso alcanzado con diversas entidades de protección animal de la ciudad”.

«El Ayuntamiento de Málaga ha demostrado con hechos que se puede conseguir el sacrificio cero»

La concejala del Área se sostenibilidad medioambiental ha indicado que “El Ayuntamiento de Málaga ha demostrado con hechos que se puede conseguir el sacrificio cero sin necesidad de establecerlo normativamente, ya que cerrar las puertas de los refugios o zoosanitarios por ley u ordenanza, lo único que consigue es ‘esconder el problema’ del abandono animal. Lo importante es lograrlo a partir de la responsabilidad de la sociedad”.

Para el año 2022, el Ayuntamiento de Málaga quiere continuar y reforzar su colaboración con las entidades protectoras, aportando subvenciones económicas que contribuyan al desarrollo de su labor, apoyando los programas y campañas de concienciación ciudadana. También pretende trabajar con el Colegio Oficial de Veterinarios para poner en marcha acciones en favor de la identificación, vacunación y esterilización de los perros y gatos que conviven con los ciudadanos malagueños.

Las protectoras españolas recogieron 162.000 perros en 2020, un 11,5% menos que el año anterior

La pandemia originada por la Covid-19 ha tenido una cierta incidencia en el abandono y la adopción de animales de compañía en España. Así lo indican los datos de la nueva edición del Estudio ‘Él Nunca lo Haría’ 2020 de Fundación Affinity. Según el documento, las protectoras españolas recogieron alrededor de 286.000 perros y gatos en 2020, un 6,7% menos que el año anterior.

Aunque se trata del primer descenso registrado en años, los expertos de la Fundación advierten de que se trata de un descenso coyuntural. Por un lado, la llegada de perros a las protectoras españolas solamente se redujo significativamente en los meses de más restricciones en la movilidad: marzo, abril, mayo, octubre y noviembre; y por otro, la cifra de animales que se perdieron y fueron devueltos a sus familias se ha reducido (pasando del 23% al 15%). Estos datos sugieren que la mayor parte del descenso de entradas de perros a las protectoras en 2020 fue debido a un descenso de los perros perdidos.

“Las restricciones a la movilidad han generado una disminución de la entrada de perros en los refugios. Por un lado, puede deberse al efecto disuasorio de las restricciones de cara al abandono del animal, pero principalmente concuerda con una disminución de los perros devueltos a sus familias que asumimos en su mayoría como animales perdidos”, explica Isabel Buil, directora de Fundación Affinity.

Una realidad muy distinta para los gatos

La entrada de gatos en 2020 se mantuvo estable respecto al año anterior: las protectoras españolas recogieron alrededor de 124.000 gatos el año pasado, una cifra muy similar a los atendidos en 2019 (123.000). Durante los meses de marzo, abril y mayo la entrada de gatos sí disminuyó considerablemente, debido a las restricciones. No obstante, a partir de junio la cifra ya se situó al mismo nivel que en 2019, compensando la bajada de meses anteriores.

“Los datos parecen indicar una ligera tendencia al alza en el número de gatos que llegan anualmente a las protectoras. Ello podría deberse al cada vez mayor control que las entidades de protección animal tienen sobre los gatos que viven en colonias. En este sentido, muchos centros de acogida incluyen en sus registros de entrada aquellos gatos que han pasado por sus instalaciones para ser esterilizados, controlados sanitariamente y posteriormente devueltos a sus colonias de origen. Las cifras de abandono de gatos son preocupantes y aunque quedan incógnitas por descubrir, sí tememos que la situación podría empeorar en los próximos años” explica Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB).

Problemas económicos: el principal motivo de abandono en 2020

Además de la grave crisis sanitaria, la pandemia también ha afectado a la economía de miles de familias de nuestro país. Un hecho que también ha influido en el abandono de perros y gatos. Según señala el estudio de Fundación Affinity, el principal motivo de abandono en 2020 fueron los problemas económicos (que pasa del 8% al 25%), incluyendo la pérdida de empleo.

Desde 2017 este motivo no aparecía en el ranking de las 3 principales causas para desprenderse de un animal en España. Le siguen el nacimiento de camadas no deseadas (14%), problemas con el comportamiento del animal (12%) y el fin de la temporada de caza (10%).

La incidencia de la pandemia en la adopción de perros

De los 162.000 perros que recogieron las protectoras en 2020, prácticamente la mitad (49%) han sido ya adoptados por una nueva familia. No obstante, el número absoluto de adopciones se mantiene estable. Pero si tenemos en cuenta que las adopciones internacionales se han visto significativamente reducidas (pasan del 24% al 14%) debido a las restricciones, podemos afirmar que las adopciones en el territorio español sí han aumentado.

Del resto de perros, el 20% permanecen todavía en la protectora a la espera de ser adoptados. El 16% fueron devueltos a sus familias gracias al uso de microchip y otro 6% fueron alojados en casas de acogida.

Por otro lado, ya han sido adoptados el 43% de los 124.000 gatos que fueron recogidos por las protectoras en 2020. Un porcentaje muy similar al de los últimos años, que denota que las adopciones de estos animales se mantienen estancadas. Del resto de gatos, el 15% siguen en el refugio, el 14% fueron reubicados en colonias y el 10% fueron alojados en casas de acogida.

“La realidad de las protectoras es compleja y el abandono es un problema multifactorial. El estudio nos indica que aunque las cifras globales son las mencionadas, las distintas entidades han vivido el abandono y la adopción de formas muy diversas en 2020. El 47% de las protectoras encuestadas considera que la Covid-19 apenas ha tenido impacto en su actividad, mientras que el 39% considera que su situación ha empeorado y el 14% que ha mejorado, debido a la entrada de menos animales y a la adopción”, concluye Jaume Fatjó.

“Existe una discriminación brutal hacia los PPP por el simple hecho de nacer con una determinada raza”

La creación de los mal llamados Perros Potencialmente Peligrosos (PPP) ha generado una estigmatización tan sólida como injusta en muchos perros por el simple hecho de pertenecer a una raza determinada. El racismo de la propia normativa, los intereses personales, el desconocimiento social, la falta de profesionalidad por parte de los medios de comunicación y la irresponsabilidad de los propietarios son algunos de los motivos que han creado una reputación negativa y falsa sobre determinadas razas de estos peludos.

Como consecuencia de una serie de incidentes provocados por perros a finales del siglo XX, las administraciones competentes decidieron cambiar la normativa y regular la tenencia de los perros presuntamente peligrosos. De esta manera, el Real Decreto 287/2002 del 22 de marzo, por el que se desarrolla la Ley 50/1999 del 23 de diciembre, estableció como Perros Potencialmente Peligrosos (PPP) a una serie de razas de perro. Un listado que podía ser ampliado desde cada Comunidad Autónoma si se consideraba necesario.

El experimentado educador y cuidador de Perros Potencialmente Peligrosos, Miquel Montanera, explica para Animalados que “Muchos de los ataques de perros que impulsaron la ley de los PPP fueron provocados por perros de razas que no forman parte de esta lista. La realidad es que para poder aplacar el ruido mediático causado por estos incidentes de finales del siglo pasado se necesitaba una ley y decidieron crear una lista de razas de perro totalmente injusta”.

Montanera recuerda que “precisamente a la persona a la que se le encargó la elaboración de la lista de los PPP era un criador de Pastores Alemanes”, una raza que a finales del Siglo XX era la más popular y la que mayor número de ventas tenía en España. “Los perros de raza tipo Pitbull, Dóberman, Rottweiler… estaban entrando con fuerza en esa época en el estado español y generaban competencia a otras razas como el Pastor Alemán, así que pensó que la aparición de estas nuevas razas podría fastidiarle su negocio y decidió incluirlas en la lista de Perros Potencialmente Peligrosos”, añade.

Una legislación racista que ha calado con fuerza en la sociedad

Miquel Montanera se une a la opinión de muchos otros educadores caninos, expertos en conducta animal, veterinarios, abogados, etc., indicando que “La peligrosidad de un perro no depende de la raza, depende en gran medida de la educación que haya recibido el propio animal. Puedes tener un peludo de raza Chihuahua, por ejemplo, que si la persona responsable no le enseña correctamente, morderá o atacará a otros perros o a las personas. Obviamente no causará el mismo dolor que la mordida de un perro de tamaño grande, pero la realidad es que un perro mal educado te puede atacar independientemente de la raza a la que pertenece”.

La Ley de los PPP ha generado una estigmatización y una mala reputación sobre una serie de perros de una manera totalmente injustificada. Montanera considera que “se le ha dado tanta importancia a atribuir la peligrosidad a estas razas, que el mensaje ha calado en la sociedad. Es muy común escuchar en la calle ¡Cuidado con este animal que es un Pitbull!, o ¡Cuidado con este otro que es un Dóberman! Igual que existe el racismo entre las personas, se ha hecho lo mismo con estos animales. Existe una discriminación brutal hacia los perros llamados potencialmente peligrosos por el simple hecho de nacer con una determinada raza”.

Una ley que afecta gravemente al comportamiento del propio animal

Según exige la Ley, los PPP deben ir siempre en la vía pública con bozal y atados con una correa que no supere los dos metros de longitud, una normativa que afecta gravemente al comportamiento del animal. “Estas limitaciones provocan que los perros considerados de raza potencialmente peligrosa no puedan comunicarse en plenitud, ni socializar, ni relacionarse con otros perros o con otras personas. La propia normativa condiciona mucho la libertad del animal y provoca que en ocasiones el can pueda tener comportamientos más reactivos”, opina el educador canino.

Durante el pasado mes de abril, el Gobierno español informó que trabaja en la posibilidad de una nueva normativa que pondría fin a la lista de razas de perro potencialmente peligrosas para llevar a cabo en su lugar un mecanismo de validación de comportamiento de cada animal, evitando así prejuicios injustos y discriminaciones. Miquel Montanera cree que este cambio legislativo “es lo más lógico, pero lo más importante es conocer cuáles van a ser los criterios para establecer que un perro es potencialmente peligroso o no. También es muy importante saber quiénes van a ser los encargados de definir estos criterios. Tiene que ser gente correctamente formada y profesional, que conozca bien el tema y no los carcamales de siempre”.

Más del 50% de los perros de muchas protectoras españolas son PPP

La cría ilegal, el abandono y las dificultades para dar en adopción son otros problemas relevantes que sufren los PPP en España. La mala reputación instaurada injustamente en nuestra sociedad es un hándicap para la adopción de estos animales, pero Montanera comenta que “también cuesta mucho dar un PPP en adopción porque hay que tener una licencia concreta para poder tenerlos. Para conseguir esta licencia has que pasar un test psicotécnico que hay que pagar, has de tener un seguro que también hay que pagar, y además, hay que realizar unos trámites con el ayuntamiento en cuestión para conseguir la licencia, trámites que en algunos ayuntamientos también hay que pagar. Todo este proceso puede alcanzar los 200 euros y provoca que mucha gente ni se plantee adoptar un PPP”.

Por otro lado, existe una problemática histórica con la carencia de voluntarios con licencia para poder pasear y atender correctamente a los PPP de las protectoras, sin embargo, el experimentado cuidador afirma que “por suerte cada vez hay más voluntarios que obtienen la licencia y pueden sacar a estos animales a pasear. Los voluntarios están viendo de primera mano en el día a día de los refugios que toda la historia que hay alrededor de estos animales es mentira. Incluso los perros que más problemas generan muchas veces son aquellos que no son considerados perros de raza potencialmente peligrosa, pero la realidad es que más de 50% de los perros de muchas protectoras españolas son PPP”.

La desestigmatización de los PPP: una proceso de todas las partes implicadas

Los perros potencialmente peligrosos pueden llegar a existir, pero como ya hemos analizado nunca atendiendo a una cuestión de raza. Según la mayoría de los expertos en conducta animal, la peligrosidad de un peludo suele estar relacionada con una mala educación por parte de su responsable. “Si un perro da una serie de señales y el responsable no las atiende y continúa insistiendo con según qué acciones, es posible que el perro pueda tener una actitud reactiva. Una parte importante de las agresiones que hay por parte de perros suceden porque las personas no saben interpretar el comportamiento o las necesidades del animal. Es muy importante y hace falta más educación animal en los responsables”, explica Miquel Montanera.

Además de la educación animal, el experto en conducta de PPP considera que los medios de comunicación tienen también parte de culpa en la estigmatización que sufren estos animales. “Vende mucho publicar un titular destacando que un Pitbull o un Rottweiler han mordido o atacado a una persona. Muchas veces estas noticias se publican sin ni siquiera asegurarse de que el animal era realmente de esa raza. Estas cosas hacen mucho daño, pero la realidad es que vende más que el ataque haya sido de uno de estos animales que de un Pastor Alemán o de cualquier otra raza. Además, en la mayoría de las ocasiones no se explica por qué ha sucedido el incidente”.

Para acabar, Montanera opina que la desestigmatización de los PPP es un proceso que requiere la implicación de todas las partes. “Además de un cambio de ley y de más educación animal, los medios de comunicación tendrían que hacer campañas reales de los que son los perros considerados PPP, ni a favor ni en contra. Las escuelas también podrían poner su granito de arena con más formación en material animal. Es necesario que la ciudadanía esté más concienciada de lo qué realmente son estos perros para poder, entre todos, acabar con esta estigmatización. La gente ha de meterse en la cabeza que un perro puede ser un Pitbull o un American Standford, pero si el animal recibe la educación adecuada, es un perro como cualquier otro”.

Así trabajan las protectoras en la Fase 1 de la desescalada

Algunas protectoras de los territorios que se encuentran en la Fase 1 de la desescalada han reanudado los procesos de adopción, otras siguen con la actividad paralizada.

La implantación del Real Decreto 463/2020 de 14 marzo, por el que se declaró el Estado de Alarma en España provocó que muchas protectoras no pudieran realizar los procesos de adopción a causa de las limitaciones impuestas en los desplazamientos. Sin embargo, a lo largo de estas semanas sí que han acogido perros y gatos abandonados, algunos de ellos procedentes de personas contagiadas por el coronavirus o fallecidas, una situación muy complicada que ha ocasionado el colapso en muchas asociaciones.

Las mejorías con al control de la pandemia ha provocado que el Gobierno de España haya iniciado un plan de desescalada del coronavirus distribuido en cuatro fases diferentes. En la Fase 0, que equivale a la primera fase, la situación de las protectoras todavía no se vio alterada, pero el pasado 11 de mayo, muchas provincias españolas pasaron a la Fase 1, en la cual los ciudadanos tienen mayor libertad de circulación para poder realizar actividades comerciales, deporte o reuniones.

Desde Animalados nos hemos puesto en contacto con diferentes protectoras de territorios en Fase 1 para conocer si en esta segunda etapa de la desescalada han aumentado las adopciones o, por lo contrario, la actividad sigue prácticamente paralizada.

La Protectora 8 vidas de Teruel nos comenta que: “Con la Fase 1 estamos comenzando a dar más animales en adopción, pero solo lo hacemos dentro del territorio de Teruel. Durante las anteriores semanas del estado de alarma pudimos dar en acogida a muy pocos animales. La realidad es que la actividad ha estado muy paralizada, especialmente con los perros”.

La asociación turolense nos comunica que, en su caso, es muy fácil conocer bien a las familias adoptantes : “Teruel es una ciudad pequeña, los animales que hemos dado en adopción durante el estado de alarma iban a familias que ya conocíamos o que teníamos buenas referencias sobre ellas. Siempre intentamos conocer a los adoptantes y que nos generen confianza antes de cerrar un proceso de acogida”.

La Asociación para la Protección y Defensa de Animales 4 Patas de Jumilla nos explica que: “Actualmente solo tenemos paradas las adopciones internacionales, ya que el transporte de los animales a otros países no es posible en este momento. Las adopciones de ámbito nacional las estamos llevando a cabo a lo largo de todo el estado de alarma mediante una empresa de transporte de animales de compañía llamada Automascotas que lleva a los animales de puerta en puerta. Lo que sí que es cierto es que con la situación que estamos viviendo, el viaje de los animales resulta más caro”.

Desde 4 Patas Jumilla nos detallan que: “Automascotas tiene un protocolo de actuación durante el estado de alarma. Los animales viajan de manera segura hasta la puerta del adoptante y todo su material está guardado en bolsas herméticas para garantizar la seguridad”. Sobre las familias nos indican que: “Antes de dar a cualquier animal en adopción seguimos haciendo un reconocimiento de los adoptantes, pero lo hacemos on-line. Hay que tener en cuenta que muchos de los adoptantes ya los conocíamos de antes. Si durante el conocimiento de la familia adoptante no lo tenemos claro, paramos el proceso de adopción”.

No obstante, algunas entidades siguen sin reanudar los procesos de adopción hasta que la situación esté más segura. Un ejemplo es la Protectora ARCA de Jaén donde nos confiesan que: “El pasar a la Fase 1 no ha cambiado nada. En nuestra protectora no ha habido movimiento en las últimas semanas, sigue todo paralizado. No hemos dado a ningún animal en adopción durante el estado de alarma y hemos acogido a cuatro perros debido a que las personas con las que convivían habían fallecido”.

La asociación andaluza nos cuenta que: “Por suerte, no hemos sufrido una situación extrema de colapso, ya que solo hemos acogido a estos cuatro perros. Hemos podido mantener a los animales sin muchos problemas. Nos han llamado diversas familias para adoptar a perros, pero hasta que no mejore la situación sanitaria nosotros no comenzaremos a dar animales en adopción. Antes de comenzar un proceso de adopción tenemos que conocer bien a las familias adoptantes”.