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“Existe una discriminación brutal hacia los PPP por el simple hecho de nacer con una determinada raza”

La creación de los mal llamados Perros Potencialmente Peligrosos (PPP) ha generado una estigmatización tan sólida como injusta en muchos perros por el simple hecho de pertenecer a una raza determinada. El racismo de la propia normativa, los intereses personales, el desconocimiento social, la falta de profesionalidad por parte de los medios de comunicación y la irresponsabilidad de los propietarios son algunos de los motivos que han creado una reputación negativa y falsa sobre determinadas razas de estos peludos.

Como consecuencia de una serie de incidentes provocados por perros a finales del siglo XX, las administraciones competentes decidieron cambiar la normativa y regular la tenencia de los perros presuntamente peligrosos. De esta manera, el Real Decreto 287/2002 del 22 de marzo, por el que se desarrolla la Ley 50/1999 del 23 de diciembre, estableció como Perros Potencialmente Peligrosos (PPP) a una serie de razas de perro. Un listado que podía ser ampliado desde cada Comunidad Autónoma si se consideraba necesario.

El experimentado educador y cuidador de Perros Potencialmente Peligrosos, Miquel Montanera, explica para Animalados que “Muchos de los ataques de perros que impulsaron la ley de los PPP fueron provocados por perros de razas que no forman parte de esta lista. La realidad es que para poder aplacar el ruido mediático causado por estos incidentes de finales del siglo pasado se necesitaba una ley y decidieron crear una lista de razas de perro totalmente injusta”.

Montanera recuerda que “precisamente a la persona a la que se le encargó la elaboración de la lista de los PPP era un criador de Pastores Alemanes”, una raza que a finales del Siglo XX era la más popular y la que mayor número de ventas tenía en España. “Los perros de raza tipo Pitbull, Dóberman, Rottweiler… estaban entrando con fuerza en esa época en el estado español y generaban competencia a otras razas como el Pastor Alemán, así que pensó que la aparición de estas nuevas razas podría fastidiarle su negocio y decidió incluirlas en la lista de Perros Potencialmente Peligrosos”, añade.

Una legislación racista que ha calado con fuerza en la sociedad

Miquel Montanera se une a la opinión de muchos otros educadores caninos, expertos en conducta animal, veterinarios, abogados, etc., indicando que “La peligrosidad de un perro no depende de la raza, depende en gran medida de la educación que haya recibido el propio animal. Puedes tener un peludo de raza Chihuahua, por ejemplo, que si la persona responsable no le enseña correctamente, morderá o atacará a otros perros o a las personas. Obviamente no causará el mismo dolor que la mordida de un perro de tamaño grande, pero la realidad es que un perro mal educado te puede atacar independientemente de la raza a la que pertenece”.

La Ley de los PPP ha generado una estigmatización y una mala reputación sobre una serie de perros de una manera totalmente injustificada. Montanera considera que “se le ha dado tanta importancia a atribuir la peligrosidad a estas razas, que el mensaje ha calado en la sociedad. Es muy común escuchar en la calle ¡Cuidado con este animal que es un Pitbull!, o ¡Cuidado con este otro que es un Dóberman! Igual que existe el racismo entre las personas, se ha hecho lo mismo con estos animales. Existe una discriminación brutal hacia los perros llamados potencialmente peligrosos por el simple hecho de nacer con una determinada raza”.

Una ley que afecta gravemente al comportamiento del propio animal

Según exige la Ley, los PPP deben ir siempre en la vía pública con bozal y atados con una correa que no supere los dos metros de longitud, una normativa que afecta gravemente al comportamiento del animal. “Estas limitaciones provocan que los perros considerados de raza potencialmente peligrosa no puedan comunicarse en plenitud, ni socializar, ni relacionarse con otros perros o con otras personas. La propia normativa condiciona mucho la libertad del animal y provoca que en ocasiones el can pueda tener comportamientos más reactivos”, opina el educador canino.

Durante el pasado mes de abril, el Gobierno español informó que trabaja en la posibilidad de una nueva normativa que pondría fin a la lista de razas de perro potencialmente peligrosas para llevar a cabo en su lugar un mecanismo de validación de comportamiento de cada animal, evitando así prejuicios injustos y discriminaciones. Miquel Montanera cree que este cambio legislativo “es lo más lógico, pero lo más importante es conocer cuáles van a ser los criterios para establecer que un perro es potencialmente peligroso o no. También es muy importante saber quiénes van a ser los encargados de definir estos criterios. Tiene que ser gente correctamente formada y profesional, que conozca bien el tema y no los carcamales de siempre”.

Más del 50% de los perros de muchas protectoras españolas son PPP

La cría ilegal, el abandono y las dificultades para dar en adopción son otros problemas relevantes que sufren los PPP en España. La mala reputación instaurada injustamente en nuestra sociedad es un hándicap para la adopción de estos animales, pero Montanera comenta que “también cuesta mucho dar un PPP en adopción porque hay que tener una licencia concreta para poder tenerlos. Para conseguir esta licencia has que pasar un test psicotécnico que hay que pagar, has de tener un seguro que también hay que pagar, y además, hay que realizar unos trámites con el ayuntamiento en cuestión para conseguir la licencia, trámites que en algunos ayuntamientos también hay que pagar. Todo este proceso puede alcanzar los 200 euros y provoca que mucha gente ni se plantee adoptar un PPP”.

Por otro lado, existe una problemática histórica con la carencia de voluntarios con licencia para poder pasear y atender correctamente a los PPP de las protectoras, sin embargo, el experimentado cuidador afirma que “por suerte cada vez hay más voluntarios que obtienen la licencia y pueden sacar a estos animales a pasear. Los voluntarios están viendo de primera mano en el día a día de los refugios que toda la historia que hay alrededor de estos animales es mentira. Incluso los perros que más problemas generan muchas veces son aquellos que no son considerados perros de raza potencialmente peligrosa, pero la realidad es que más de 50% de los perros de muchas protectoras españolas son PPP”.

La desestigmatización de los PPP: una proceso de todas las partes implicadas

Los perros potencialmente peligrosos pueden llegar a existir, pero como ya hemos analizado nunca atendiendo a una cuestión de raza. Según la mayoría de los expertos en conducta animal, la peligrosidad de un peludo suele estar relacionada con una mala educación por parte de su responsable. “Si un perro da una serie de señales y el responsable no las atiende y continúa insistiendo con según qué acciones, es posible que el perro pueda tener una actitud reactiva. Una parte importante de las agresiones que hay por parte de perros suceden porque las personas no saben interpretar el comportamiento o las necesidades del animal. Es muy importante y hace falta más educación animal en los responsables”, explica Miquel Montanera.

Además de la educación animal, el experto en conducta de PPP considera que los medios de comunicación tienen también parte de culpa en la estigmatización que sufren estos animales. “Vende mucho publicar un titular destacando que un Pitbull o un Rottweiler han mordido o atacado a una persona. Muchas veces estas noticias se publican sin ni siquiera asegurarse de que el animal era realmente de esa raza. Estas cosas hacen mucho daño, pero la realidad es que vende más que el ataque haya sido de uno de estos animales que de un Pastor Alemán o de cualquier otra raza. Además, en la mayoría de las ocasiones no se explica por qué ha sucedido el incidente”.

Para acabar, Montanera opina que la desestigmatización de los PPP es un proceso que requiere la implicación de todas las partes. “Además de un cambio de ley y de más educación animal, los medios de comunicación tendrían que hacer campañas reales de los que son los perros considerados PPP, ni a favor ni en contra. Las escuelas también podrían poner su granito de arena con más formación en material animal. Es necesario que la ciudadanía esté más concienciada de lo qué realmente son estos perros para poder, entre todos, acabar con esta estigmatización. La gente ha de meterse en la cabeza que un perro puede ser un Pitbull o un American Standford, pero si el animal recibe la educación adecuada, es un perro como cualquier otro”.

España podría dejar de tener razas potencialmente peligrosas

El Gobierno español plantea una nueva normativa que pondría fin a la lista de razas de perro potencialmente peligrosas para llevar a cabo en su lugar un mecanismo de validación de comportamiento de cada animal, evitando así prejuicios injustos y discriminaciones.

Durante la I Jornada Política ‘Hacia una ley de Bienestar Animal’ organizada por la Real Sociedad Canina de España, el Gobierno anunció que espera presentar durante el próximo mes de mayo un anteproyecto de ley para modificar la Ley 50/99 sobre animales potencialmente peligrosos. Según informó Sergio García Torres, Director General de Derechos de los Animales, la intención es “plantear un mecanismo de valoración individual de los animales de compañía sin tener en cuenta la raza con la que han nacido”.

Animalados ha hablado con la abogada y educadora canina Aina Paredes Serrano, quien considera que esta modificación de la normativa de los perros potencialmente peligrosos (PPP) hará que la ley “sea más justa y menos discriminatoria, a la vez que pondrá fin a la estigmatización de muchos animales simplemente por el hecho de ser de una raza u otra. Los problemas de conducta en los perros en ningún caso están determinados por la raza, sino por la mala educación recibida por sus responsables o por las circunstancias que haya vivido el propio animal”.

Justamente, Paredes colaboró en 2019 con la campaña #NoSomosPeligrosos de la Fundación FAADA, en la que ya se pedía una modificación de la Ley de Perros Potencialmente Peligrosos al ser una ley ‘injusta e ineficaz’. “Proponíamos el fin de las razas de PPP para que se valorara la conducta del animal de manera individual. Planteábamos unas pruebas conjuntas en las que examinábamos a los responsables y a sus perros. Si conseguimos que se pueda evaluar tanto el manejo que tienen los responsables, como el comportamiento individual del animal estaremos ante una ley más justa”, afirma la especialista en modificación de conducta canina.

Se valorará la conducta del animal de manera individual

Aina Paredes recuerda que mucha gente se olvida de que la palabra potencialmente hace referencia a ‘en potencia, no de hecho’, por lo que con esta definición cualquier perro puede ser peligroso en el momento en el que tiene dientes. “Un perro potencialmente peligroso puede ser cualquier perro que pueda morder o causar algún tipo de lesión, ahora bien, un perro peligroso dependerá del comportamiento particular de cada animal y del manejo que tenga su guía o responsable”, aclara.

Además, el anteproyecto de ley que presentará el Gobierno en mayo prevé que los perros que necesiten algún manejo particular se deben educar con técnicas de mejora de comportamiento para que dejen de ser peligrosos. “Para las situaciones en las que un perro necesita un manejo especial, una reinserción o una reeducación existen personas muy válidas y preparadas que llevan muchos años trabajando en modificación de conducta animal de forma amable”, detalla la abogada.

Sobre quiénes serán los nuevos Perros Potencialmente Peligrosos con la modificación de la ley, Aina Paredes explica que “Desde FAADA proponíamos que los PPP debían designarse a partir de pruebas conductuales, como ya hacen en otros países a través de exámenes de sociabilidad por estadios o niveles en las que los perros pueden demostrar su manejo y capacidad de interacción social. Con este método nos basaríamos siempre en el comportamiento individual de cada animal para poder establecer, en el caso que fuera necesario, que un perro puede llegar a ser potencialmente peligroso”.

Por tanto, la modificación de la Ley 50/99 será una ley más justa y eficaz que a su vez reducirá el número de canes que formarán parte de la lista de perros potencialmente peligrosos en España. “Disminuirán los PPP de algunas razas, pero también es verdad que otros perros que actualmente no son valorados como PPP podrán formar parte de esta lista. La parte positiva de este cambio de normativa es que todo responsable tendrá que preocuparse más por saber con qué tipo de animal convive y deberá trabajar más en favor de su conducta. Por tanto, a la larga el número de PPP será muy inferior al actual, porque la gente será más consciente a la hora de vivir con un perro y se preocupará más por su educación”.

FAADA lanza una campaña para modificar la Ley de Perros Potencialmente Peligrosos

La Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales ha lanzado una campaña en la que pide la modificación de la Ley de Perros Potencialmente Peligrosos, una ley injusta e ineficaz.

El Real Decreto 287/2002 del 22 de marzo por el que se desarrolla la Ley 50/1999, de 23 de diciembre, es donde se establece la normativa actual sobre el Régimen Jurídico de la Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos. Anna Estarán, abogada especialista en Derecho Animal, nos explica cuál es el principal inconveniente de esta normativa: “la ley se promulgó atendiendo a las diferencias físicas y a la gravedad de la mordida de los perros, prescindiendo de informes de expertos etólogos o juristas y de estadísticas y datos que avalaran su utilidad”.

La organización FAADA ha creado la campaña #NOSOMOSPELIGROSOS para conseguir una modificación de la Ley de Perros Potencialmente Peligrosos en España. Una campaña que pide la firma de los ciudadanos para decirle claramente a los Ministerios de Interior y Agricultura que se trata de una ley injusta e ineficaz. Anna Estarán nos comenta que: “Lo ideal para establecer una ley justa y adecuada es que esta sea propuesta por un grupo de trabajo formado por etólogos, abogados, educadores caninos, criadores profesionales… con el objetivo de promover la tenencia responsable de perros independientemente de su raza”.

«Un perro no es potencialmente peligroso por pertenecer a una raza, sino por la educación que le hayan proporcionado sus responsables y las circunstancias que haya vivido». Este es el principal argumento que defiende que la ley actual es completamente incongruente.  Estarán detalla que: “La peligrosidad de un perro no tiene relación directa con la raza del animal. La posible peligrosidad de un perro está relacionada con la educación y con el contexto del animal. Por ejemplo, la separación temprana de sus progenitores o la socialización. Estos factores no se tuvieron en cuenta a la hora de establecer la ley actual”.

Desde la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales se quiere poner fin a las graves restricciones que sufren los llamados perros potencialmente peligrosos. Estas limitaciones no solo no han conseguido el objetivo que busca la Ley, sino que han generado otros problemas como la cría ilegal, la falta de socialización de los animales afectados y el abandono de las razas involucradas con el consecuente colapso de refugios y protectoras.

La abogada especialista en Derecho Animal nos explica cómo pueden afectar algunas de estas restricciones sobre el comportamiento de los perros: “En los procesos de socialización, llevar correa de dos metros o bozal, perjudica gravemente a los perros porque no pueden relacionarse libremente».

Para acabar con las injusticias que sufren los actualmente catalogados perros potencialmente peligrosos FAADA pide la modificación de la Ley, una modificación que tiene también el objetivo de desestigmatizar la imagen de estos animales tachados de peligrosos por sus características físicas. Puedes unirte a esta petición a través de este enlace:

https://unete.faada.org/peticion/no-somos-peligrosos/

«Todo propietario de perro debería pasar por una evaluación individual para evitar problemas»

Entrevistamos a Aina Paredes Serrano, licenciada en Derecho por la Universitat Rovira i Virgili. Aina cuenta con un máster de acceso a la abogacía y acceso al turno de oficio en 2014, con las especialidades de menores y violencia sobre la mujer. Es miembro fundador y actual vicepresidenta de la Sección de Derecho de los Animales del Ilustre Colegio de Abogados de Tarragona y de la Asociación Advocats en Defensa Animal Tarragona. Además, nuestra entrevistada es educadora canina titulada y especialista en modificación de conducta canina.

¿Puede afirmarse que hay leyes injustas?

Desde el punto técnico no, pues la Justicia como tal es la aplicación de las leyes. Sí puede existir normativa que vulnere una superior, el caso más conocido sería cuando vulnera la Constitución y se recurre al Tribunal Constitucional para que declare su inconstitucionalidad y la anule. No obstante, desde un plano más ético o moral sí podemos considerar una ley injusta e instar su modificación. Al fin y al cabo muchos son los precedentes que han construido la evolución de nuestra sociedad hacia una mayor cohesión entre la justicia ética y moral y la legislativa.

¿La legislación que regula la tenencia de perros potencialmente peligrosos es una de ellas?

A mi parecer sí, en ambas vertientes. Desde el punto de vista técnico debemos observar el Convenio europeo sobre protección de animales de compañía, hecho en Estrasburgo el 13 de noviembre de 1987 y ratificado por España. El artículo 4.2 del mismo recoge expresamente la obligación de toda persona que tenga un animal de compañía o se ocupe de él de procurarle cuidados y atención que tengan en cuenta sus necesidades etológicas.

Como bien sabemos, las necesidades etológicas de un perro (cualquier perro) incluyen las interacciones sociales (pues son seres gregarios como nosotros); que se les permita cierta libertad de movimiento; etc. Y todo ello se impide con la normativa estatal al prohibirles deambular sin bozal, sin poderlos soltar en los espacios para perros (que precisamente se crearon para cubrir necesidades etológicas de los mismos), se les obliga a ir siempre con correa no superior a 2m (en algunos municipios incluso 1,5 metros)…

En resumen: o bien la normativa estatal entiende que los perros de ciertas razas y características pierden su condición de perros y por lo tanto tienen necesidades etológicas distintas al resto, o claramente se contradice con el Convenio Europeo.

Más extensamente podríamos entrar además a valorar si ese incumplimiento supone a su vez daños graves para la salud física o psicológica del perro y entonces ya entraría en contradicción con otra tanta normativa de protección contra el maltrato animal.

¿Es útil la ley que se promulgó en 1999 para el control de los animales potencialmente peligrosos?

No, en absoluto. Desde el punto en que en la mayoría de ocasiones ni siquiera se controla que los animales estén censados, esterilizados o que se cumplan las obligaciones de tenencia de núcleos zoológicos este tipo de normativa tiende a dificultar aún más y a martirizar a quienes pretenden una tenencia responsable, creando múltiples trabas para ellos y escasos controles para los infractores. Si me paseo con un PPP por el centro de la ciudad es posible que me paren a pedirme la documentación, más aún según sean mis características físicas, pero si tengo un terreno con 10 de ellos sin esterilizar, criando para peleas es más difícil que me localicen.

Y… ¿Cuáles suponen y/o sufren un mayor peligro? ¿Tiene una base científica?

Por más que se pretenda, no. Desde la clasificación de ciertas razas mediante el anexo y hasta las medidas acordadas existen múltiples incoherencias. Pongamos un ejemplo, saliéndonos del Pit Bull Terrier o el Staffordshire Terrier que son los que a todos nos vienen a la mente al hablar de PPP.

El Akita Inu está también incluido como PPP (el adorable Hachiko, para muchos), realmente esta raza para quienes deseen informarse tiene una selección y origen que claramente puede determinar su “potencial” como peligro en caso de que decidan atacar, pero… ¿Qué pasa con el Akita Americano? Las diferencias son bastante escasas, el origen idéntico, pero no se encuentra en el Anexo I de la Ley y no cumple la mayoría de los requisitos del Anexo II. ¿Cuál es la base? Es más, si entramos a valorar el riesgo o peligrosidad de una mordida

¿Qué ocurre con los pastores alemanes, los malinois, o los perros lobo checoslovaco… O incluso… ¿Un mastín? Puedo entender que el daño que causa una mordida de un dogo argentino no es comparable al que pueda causar la mordida del chihuahua más agresivo, y de ahí su mayor “potencial” pero… ¿Y los que he enumerado u otros tantos?
Luego nuevamente las medidas que se establecen, como ya he expuesto antes, entiendo que no tienen ninguna base científica, pues lo que hacen es dañar al individuo impidiendo cubrir necesidades etológicas básicas y probablemente aumentando su malestar, reactividad y peligrosidad en consecuencia a ello.

¿Podríamos decir que no cumple la función para la que fue concebida incluso agrava la situación?

Claramente.

¿Se aplica por igual en todas las comunidades autónomas?

Todas basen de la normativa Estatal, aunque pueden realizar matices (siempre aumentando las limitaciones).

¿La transposición a Cataluña es mejor o peor que en otras autonomías?

Hay autonomías peores y mejores. Diría que no está en ninguno de los 2 extremos. La “mejor” sería la mera remisión a la normativa estatal, dado que no puede ser menos restrictiva. En el caso de Cataluña además añade matices como la prohibición de que puedan ser certificados como perros de asistencia, en su Ley 19/2009, de 26 de noviembre.

¿Es discriminatoria?

Indudablemente.

¿Se aplica? Y… ¿Si se hace se hace adecuadamente?

Se aplica en su vertiente recaudatoria, todos los ayuntamientos tienen claro que pueden cobrar para la licencia, en la mayoría de municipios la policía local tiene conocimiento de que debe parar y solicitar la documentación de según qué tipos de perros. Aunque, como he comentado anteriormente, la mayoría tiene la imagen de un par de razas concretas o de características similares, pocos identifican como PPP a los Akita o a los Fila Brasilero (por ejemplo).

También conozco de agentes sensibilizados con la causa que si ven que el perro está bien prefieren no aplicar la normativa, pues las consecuencias pueden ser peores que el no aplicarla, y mirar hacia otro lado. Muchos tampoco conocen la prohibición de pasear con más de 1 PPP a la vez… En fin, se aplica, pero solo algunos puntos de la normativa y con ejemplares muy similares. Ya ni se me ocurre preguntar qué controles se llevan de perros de otras razas o características que hayan sido catalogados como PPP por haber protagonizado agresiones a perros o personas. No creo que se aplique su totalidad, ni adecuadamente.

La licencia para tenerlos o pasearlos tiene una vertiente jurídica, una médica, una de responsabilidad civil y una burocrática. ¿Los mecanismos que los evalúan son infalibles? ¿Habéis obtenido la licencia?

En mi caso nadie vio a mi perro, su carácter o características físicas. Y puedo asegurar que si mi perro decidiera atacar a alguien, por características físicas, por mucho bozal y correa corta que lleve a mí me arrastra y mínimo un morrazo se lleva, si no es el caso de otro perro que le rompa el bozal y acaben los 2 en el veterinario.

Yo he visto a personas arrastradas por un Pomeranian. Los mecanismos establecidos NO EVALÚAN la capacidad del guía para controlar y manejar a su perro. Simplemente establecen un control para asegurar que en caso de que suceda algo, los daños queden cubiertos y que tomas unas mínimas medidas, como el seguro obligatorio del coche, la ITV…

¿Una posible reforma en qué dirección debería ir?

La Ley avanza siempre de la mano con la conciencia social, es difícil quitar el miedo a la gente a cierto tipo de perros, pero en el caso de que quiera controlarse la tenencia de estos animales sería mucho más correcto establecer una evaluación individual del propietario y el perro: ¿Qué nivel de reactividad o carencia de ella tiene el perro? ¿Qué control y manejo tiene el guía? ¿Es un perro que evita problemas y puede estar suelto con otros perros sin problema? ¿Tiene el propietario una buena llamada para controlarlo aún a distancia? ¿Puede interactuar con correa sin problema? ¿Tiene el propietario un buen manejo?… Una normativa que estableciera pruebas y certificaciones en este sentido, que fueran revisables, incluso periódicamente como la ITV, y fijara medidas limitativas solo en los supuestos que fuera necesario y de forma específica para cada caso/nivel.

A mi parecer, en un mundo ideal TODO propietario de perro debería pasar por estas pruebas, se evitarían muchos problemas y traumas.

Además de abogada eres educadora canina. ¿Cuál es tu experiencia con los Perros Potencialmente Peligrosos?

Hay de todo, además como he dicho, son más razas de las que la gente cree y con caracteres y comunicación distintas. No tiene nada que ver un Akita con un Pitbull.

Los “tipo presa”, los Terrier, suelen ser bastante del propietario y aunque no son los más ágiles para aprender si son muy constantes luego. Mi experiencia, incluso con aquellos que tienen problemas de conducta, es que con un buen manejo y un entorno adecuado mejoran notablemente, no tiene sentido estigmatizarlos de por vida. Además el bozal cuando intentas premiar es un engorro, las correas cortas son a menudo la causa de la reactividad, porque enseguida tienen tensión, la falta de libertad para relacionarse es otra causa importante, pues les crea mucha frustración y aislamiento.

La mayoría ya tienen problemas por comunicarse distinto a otros perros como pueden ser los retriever y esto no ayuda NADA.

Los propietarios o poseedores además de los requisitos administrativos… ¿Qué requisitos emocionales y técnicos deberían cumplir?

¡Qué gran pregunta! En general, además. Dicen que la formación para tener (cualquier) perro debería empezar 2 años antes de que nazca. Nadie debería tener perro para suplir carencias emocionales, eso no es su tarea, ni mucho menos para pagar sus frustraciones. Pero si además tienes un perro fuerte, evidentemente, esto requiere más de ti para su manejo. Tienes 2 opciones: o eres más fuerte o tienes buenas técnicas de manejo.

Para tener un perro tienes que aprender a estabilizarte, a ser firme pero sin enfado, no enfadarte es esencial. Un perro potente con alguien que le transmita seguridad, firmeza, sin agresividad ni enfado, comprensión… No tiene porqué suponer un peligro. Y mínimo debería asistir a clases de educación básica y algún club de socialización para aprender a interactuar con otros perros y personas.

¿Son más vulnerables al maltrato?

Concretamente los Pit Bull, Staffordshire Bull y American Staffordshire o cruces de estos tienen una alta tolerancia al maltrato por parte de humanos, su selección históricamente les ha llevado a ello y lamentablemente eso junto con su aspecto robusto les condena a menudo a tener propietarios con cierto perfil de agresividad que les “corrigen” a puñetazos; o a ser perros de guarda encadenados; o a peleas…

¿Hay suficientes recursos para la rehabilitación de perros maltratados o supervivientes de peleas?

Recursos y medios existen, es decir, hay métodos amables que pueden ayudar a estos animales y por suerte cada vez hay más profesionales en modificación de conducta formándose en este sentido. El tema es que para ello debe haber personas implicadas: particulares, asociaciones… Que decidan acudir a estos profesionales y seguir sus pautas. Es un trabajo MUY duro, sobretodo emocionalmente, para quién decide hacerse cargo. Y si ya es difícil que se logre adopción de PPP en un refugio, dados los requisitos y trámites administrativos cuando no tiene problemas, imaginad la dificultad de que alguien asuma eso además de la rehabilitación de perros con problemas de esa gravedad, que pueden suponer años de trabajo.

La gente quiere perros para disfrutarlos, no para ir evitando otros perros, sufrir incluso lesiones por tirones de correa, regresar frustrados a casa o verlo sufrir por el miedo y la ansiedad.
Ahora bien: si decides hacerlo te cambia por completo, maduras y mejoras como persona y creas un vínculo con otro ser que será seguramente el más especial de tu vida. Lo digo por experiencia.

¿Hay alguna sentencia que conozcas en el que haya PPP implicados y que te apetezca comentar?

Ciertamente, las Sentencias me resultan bastante desalentadoras, en este sentido la mayoría tratan la instrumentalización de los mismos como armas, existen varias sentencias de Audiencias coincidentes en que la causación de lesiones haciendo uso de un perro se incluyen claramente en el catálogo de medios peligrosos del artículo 148.1º del Código Penal y fundamentan la agravación en el aumento de la capacidad agresiva en el actuar del agente y en el mayor riesgo de causación de lesiones. Mientras que esta catalogación no influye en ninguna protección distintiva o especial para mutilaciones o maltrato de los mismos.

Espero pronto poder comentar otro tipo de sentencias, por ejemplo ahora en la asociación a la que pertenezco, ADAT, llevamos la acusación popular por la muerte de un Rottweiler que fue disparado por un agente de policía en Segur de Calafell, el joven Shaitan de 13 meses de edad llevaba meses vagando y su condición de PPP claramente le llevó al peor final, puesto que seguramente en caso de haber sido un Bichón Maltés nadie lo hubiera visto como un peligro, si no como la víctima de abandono que era.

¿Se persigue con igual celo el daño real que sufren estos animales frente al daño potencial que podrían causar?

Ni por asomo, como he comentado el primer daño se les causa por la propia normativa y después su estigmatización y características les lleva a otras muchas formas de maltrato, son doblemente victimizados y a razón de ello en los casos que se interviene por maltrato y son incautados difícilmente encuentran una nueva familia, muchos están condenados a morir en los refugios. Además las penas y sancionas por uno y otro y las medidas de prevención no tienen ni punto de comparación. Como he empezado diciendo faltan controles para asegurar que TODOS los propietarios son responsables, en lugar de dificultar a los que lo son los trámites y tenencia. Ignorando aquellos que no se presentan voluntariamente para realizarlos.

¿Cuál es el perro de Leo Messi?

El perro de Leo Messi se llama Hulk y pese a no ser un superhéroe, el nombre le hace justicia. Hulk es un Dogo de Burdeos, una raza que se caracteriza por su fuerza y corpulencia. Actualmente, mucha gente elige el Dogo de Burdeos por sus habilidades como perro vigilante. Los ladrones se lo piensan dos veces antes de entrar en una casa donde haya un perro de esta raza. Antiguamente se utilizaba para defender los rebaños de los lobos y de los osos. La raza tiene más de 600 años y es originaria de Francia, aunque parece ser que llegó hasta el país del buen vino de la mano de Alejandro Magno y de sus excursiones por el Tíbet.

Los Dogos de Burdeos son perros con la sangre muy fría, que difícilmente se ponen nerviosos y que raramente buscarán conflictos con otros perros ni personas. Ahora bien, si se encuentran en una pelea, difícilmente se dejan vencer. No llegan a ponerse de color verde cuando se enfadan, como el personaje de Marvel, pero casi.

A pesar de las características de fortaleza y su presencia intimidatoria, son perros fantásticos para estar con niños pequeños, ya que tienen mucha paciencia y son capaces de resistir cualquier travesura. Estamos seguros de que Thiago y Mateo, los dos hijos de Leo Messi, se hartan de jugar con Hulk. También estamos convencidos de que el regalo que Antonella Roccuzzo hizo a Leo Messi a principios del 2016 es un fan incondicional de su dueño. Los Dogos de Burdeos son perros extremadamente fieles y tienen una gran dependencia de sus dueños.

El perro de Leo MessiFísicamente, son fáciles de reconocer porque son una de las razas con la cabeza más grande de la especie canina. Los machos, como el que tiene la estrella azulgrana, pueden llegar a pesar más de 50 kg. Suelen vivir 10 años y, debido al peso, suelen tener problemas en las articulaciones. Necesitan mucho espacio para moverse… pero estamos seguros de que Leo Messi no vive en un piso pequeño.

 

Desde nuestro punto de vista, Hulk y todos los Dogos de Burdeos son perros potencialmente besucones pero, como muchos otros perros de muchas otras razas, están considerados perros potencialmente peligrosos (PPP). Esto significa que Leo Messi debe disponer de una licencia especial, tener un seguro de responsabilidad civil y haber demostrado que no tiene antecedentes penales y que está capacitado físicamente y psíquica para tener un perro de estas características. Además, estos perros se deben llevar siempre atados y con bozal. En las fotos colgadas en Instagram, el astro argentino incumple la normativa al llevarlo sin bozal y, en caso de que le pillaran, tendría que hacer frente a una sanción que va de los 150 a los 1.500 euros.

No seremos nosotros, desde Animalados.com, quienes animemos a que se sancione a Leo Messi, entre otras cosas, porque consideramos que esta ley merece una revisión.