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«Un perro que prefiere la pelota a jugar con otros perros es un perro adicto»


Desde Animalados hemos entrevistado a la educadora de Esencia Canina, Júlia Guiu, que nos ha desmontado algunos mitos sobre los perros. 

– ¿Hacemos bien los propietarios en promover el juego de nuestros perros con la pelota?
Contrariamente a lo que se cree, jugar a la pelota es una actividad que no aporta nada bueno para la salud física ni mental del perro. Entendamos «jugar a pelota» como lanzar cualquier objeto para que nuestro perro corra tras él, como palos u otros juguetes.

– ¿De dónde nos viene esta manía?

El juego de pelota es «cómodo» para los humanos porque no tenemos que pensar mucho y conseguimos que el perro corra y se canse. En algún momento nos convencieron de que un perro cansado no daba problemas. Para mí un perro feliz es un perro sereno y tranquilo.

– ¿Por qué parece que a los perros les gusta tanto? ¿es instinto? ¿no sabemos ofrecerles cosas mejores?

El instinto de caza empuja a los perros a perseguir el movimiento. En la vida salvaje esa persecución se compensa con horas de comer, roer, mascar, acicalarse y descansar. En el juego de la pelota sólo obtiene la parte estresante del comportamiento de caza. Que su cuerpo esté capacitado para correr no significa que deba hacerlo.
Hay juegos muy fáciles que son mucho más enriquecedores mental y físicamente para el perro. Pero suponen un poquito más de imaginación por nuestra parte.

 

– ¿Se puede hablar de perros adictos a la pelota?

Totalmente, por ejemplo un perro que prefiere la pelota a relacionarse con los demás perros, desde mi punto de vista es adicto a la pelota.

– ¿Cuál es el perfil del perro «pelotadicto»?

Mi experiencia me dice que hay algunas razas más propensas como los pastores o los terriers, y otras razas que difícilmente lleguen a tal adicción como los nórdicos.
Aún así el humano es quien desde cachorro propicia y acostumbra al perro a jugar a pelota. Cualquier perro que necesite jugar cada día, que lo prefiera a relacionarse con otros perros o que juegue más de 20 minutos, es adicto o está en proceso de adicción.

– ¿Cuál es el perfil del dueño que hace a su perro un esclavo de este juego?

No se trata de perfiles. Creo que todos lo hacemos de la mejor forma que sabemos. Es sólo falta de información.

– ¿Existen programas de deshabituación?

Como cualquier adicción necesita de abstinencia total. Dejar de lanzarle objetos para que los persiga, evitar sitios donde se juega a pelota y pasar por el período de abstinencia, serán los primeros pasos a seguir.

– ¿Qué alternativas proponéis?

Un ejercicio muy recomenable es la búsqueda de premios. Basta con tirar por la hierba una decena de pequeños premios para que los vaya buscando. A los perros les relaja la actividad de oler. Están siguiendo rastros, escogiendo entre todos los olores para quedarse con el premio que tu le has lanzado. Si vas practicando, el perro mejorará mucho. Para ellos, focalizarse en una cosa es como si hiciera  yoga…

– ¿Alguna más?

Pues juegos que requieran pensar… También proporcionarle paseos tranquilos y relajantes por distintos sitios para que pueda investigar cosas nuevas cada día. Además, son ideales las salidas a la montaña donde pueda disfrutar de la libertad y si es en compañía de otros perros mucho mejor.

– El perro también se cansa a base de pensar?

Si claro. Es que físicamente es muy difícil cansar a un perro. Tienen mucho fondo… Además, cansarlo psicologicamente te interesa mucho.

– Para muchas personas, la pelota es genial porque permite tener al perro suelto en un parque con la seguiridad de que no se escapará…

Si pero tampoco jugará con otro perro. Si un perro se va detrás de una bici o molesta a un niño es que algo no hemos hecho bien. Los perros tiene que ir aprendiendo por si solos. Y con la pelota les coartamos la posibilidad de ir tomando decisiones. Necesitan investigar y equivocarse… y alguna vez de cachorros se pueden escapar pero luego vuelven y les damos un premio para que vean que con nosotros están mejor…

– ¿Hay otras necesidades que estén mal detectadas y que las sobreestimulemos en exceso?

Hay un mal concepto de lo que el perro necesita. Por ejemplo hay algo se ha puesto de moda que es salir a correr o en bici con el perro. Igual que una vida sedentaria es mala, una vida atlética está demostrado que tiene graves consecuencias a la larga. El ejercicio que hace por sí solo de forma natural, es suficiente para tener su cuerpo equilibrado y lleno de salud. Los gestos repetitivos son los causantes de lesiones musculares y el dolor es el causante de muchos de los cambios de comportamiento repentinos. Las necesidades reales de un perro es estar acompañado, que lo entiendan, que lo traten con respeto y poder participar en la vida de la familia. Si tiene todo esto, difícilmente será infeliz.

– Además de educadores caninos tenéis una residencia en l’Ametlla del Vallès. Llama mucho la atención que no tenéis jaulas y que conserváis la estructura de familia. Es un modelo diferente a los que suele ser una residencia canina ¿no? Cuéntanos en qué os basáis…

Los perros vienen a pasar unas vacaciones divertidas, como si fueran unas colonias, conviviendo con otros perros, todos juntos y formando parte de nuestra familia como bien dices. Nunca están aislados, ni separados del resto del grupo y jamás quedan solos. Por eso, sólo aceptamos perros sociables y que puedan convivir con otros, es lo más importante. Nuestra casa está preparada y pensada para ellos, no faltan sofás y camas para que descansen. Además estamos en una gran parcela de 7500m2, donde pueden jugar e investigar todo lo que quieran con nosotros y con los demás compañeros perrunos.

Sobre todo siempre pedimos que nos visiten antes para que conozcan tanto el sitio como los perros de la familia. Así la adaptación al sitio nuevo será más agradable y fácil para ellos si ya nos conocen previamente.

– Te has formado con Turid Rugaas, la gran gurú mundial que desveló las señales de calma como lenguaje universal canino… ¿qué tal la experiencia?

Muy satisfactoria. Turid Rugaas tiene muchos años de experiencia y una visión de los perros muy empática. He aprendido mucho con ella en este año y medio. Junto con Nicolás Planterose, son para mí unos grandes referentes igual que para muchos otros educadores. Tanto sus conocimientos como su filosofía deberían difundirse más aún.

Entrevista de Emma Infante y Jordi Mumbrú a Júlia Guiu de Esencia Canina