Asociaciones en defensa de los animales y el ecosistema piden «una regulación estricta» de la caza

En Cataluña, sólo el 0.6% de la población tiene licencia de caza. Pero en temporada alta, hasta en el 90% del territorio permite la cacería. Más de 15 asociaciones han denunciado los desequilibrios que ello supone a la flora y fauna del país, a partir de una coalición de entidades llamada ‘La verdad de la caza’. «Más de un millón de animales mueren al año por culpa de la caza que, además, impide la autorregulación del ecosistema», explica Jaume Grau, portavoz de la nueva coalición.

La coalición de entidades reclama también que no se les margine en la elaboración de la futura ley de caza, que sustituirá la anterior aprobada durante el franquismo. Para las asociaciones, la futura ley, que hasta el momento sólo es un borrador, es mucho más cercana a los intereses de los cazadores que a los del «99% de la población» en palabras de Grau.

Las asociaciones subrayan que los animales son los principales perjudicados por la caza



Además de los 1.200.000 muertos, se estima que la cifra podría aumentar mucho más si se cuenta la caza furtiva. También critican el discurso del lobby de la caza, basado en la premisa de que «a más caza, menos problemas para el ecosistema». Grau se opone: «los datos demuestran muy claramente lo contrario, cuanta más cacería, más problemas para la flora y la fauna».

‘La verdad de la cacería’ denuncia que la caza está generando problemas para la vida humana. «Es una actividad incompatible con pasear por la naturaleza, con el excursionismo y con una interacción de las personas con el medio» explica el portavoz de la Coalición.

La Coalición se llama «La Verdad de la Cacería» y está formada por Ecologistas en acción de Cataluña, AnimaNaturalis, DEPANA, FAADA, Futuro animal, Galgos 112 y Libera y recibe el apoyo de 9 asociaciones más.

Entre líneas, la coalición intentará revertir la actual correlación de fuerzas entre el lobby de la caza y los defensores de la naturaleza. «La Generalitat y otras administraciones han escuchado mucho más los cazadores que a nosotros» se queja el portavoz de la coalición. «Hasta el punto que consideraron la caza una actividad ‘de interés social’ y que, por lo tanto, se debe preservar», se queja Grau.

El modelo propuesto por ‘La verdad de la caza’, basado en suprimir o limitar muy estrictamente esta actividad, se aplica a otras comunidades de Europa. El modelo ha resultado un éxito en Ginebra, donde zonas protegidas han visto como el ecosistema ganaba en biodiversidad y la relación entre personas y animales mejoraba sustancialmente.

Guillem Amatller

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